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El asco de Albert Pla y el sabor de las manzanas


21.10.13. OPINI脫N de Juan Carlos Monedero.- A Manolo V谩zquez Montalb谩n, que ya nos falta desde hace diez a帽os

Mueren centenares de hombres y mujeres sin patria en la costa de Lampedusa. Una ley italiana impide ayudar a los n谩ufragos, bajo riesgo de recibir una acusaci贸n de apoyo a la inmigraci贸n ilegal. La Uni贸n Europea tampoco ha movido un dedo. En su d铆a pact贸 con Gadafi para que frenara la inmigraci贸n africana. Cuando dej贸 de serles 煤til, movieron sus fichas para que fuera asesinado. Llegan inmigrantes muertos y m谩s muertos y m谩s muertos al Dorado europeo. Conforme crece el n煤mero de ahogados, disminuyen los minutos que se les concede en televisi贸n. Libia es hoy un pozo de desorden y muerte. Tambi茅n para los millones que ya est谩n pasando hambre y necesidad en el tercer mundo dentro de este primer mundo. Nos sobran inmigrantes, gitanos, desobedientes, manifestantes, defensoras del derecho al aborto, defensores de los derechos sociales, reclamantes de una vivienda digna, estudiantes expulsados de las aulas… Esta Europa da asco. A m铆, Europa me da asco. Y a quien no le d茅 asco es que tiene el nivel de repugnancia muy alto. Al Papa Francisco, la Italia de Lampedusa, del Vaticano, de la mafia y Berlusconi le da asco. En Espa帽a los ricos son cada vez m谩s ricos y los pobres m谩s pobres. A quien no le d茅 asco debe de ser, entonces, porque le da gusto. Si alguien cree que decir que Espa帽a da asco es insultar a los que se levantan todos los d铆as a las seis de la ma帽ana para ir a levantar Espa帽a casi seguro es porque no madruga para trabajar. O siente con los que no madrugan. Hay gente que pone el coraz贸n en su verdugo.

Dice Albert Pla que le da asco ser espa帽ol. Han salido muchos espa帽oles a decir que el asqueroso es 茅l: “¡Asqueroso!”, le ha gritado mucho buen espa帽ol, en un insulto muy de urinario de colegio. “¡Asqueroso!” le han llamado desde Ana Botella al quiosquero de mi barrio, dolidos en su amor patrio. Que si Espa帽a da asco no menos asco damos, en un sencillo silogismo, los que no podemos hacer otra cosa que ser de la patria que nos escoge. No pocos pensadores han dicho que hacer esencia del accidente de haber nacido en un lugar o en otro peca de facilismo e, incluso, de estupidez (no lo dice Albert Pla, que lo dice, entre otros muchos, Santayana, que para muchos fue uno de los m谩s importantes fil贸sofos espa帽oles, aunque los espa帽oles a los que les da asco Albert Pla no lo sepan). Porque si una de las cosas m谩s importantes de tu vida es ser vasco, catal谩n o espa帽ol, cuando bien pod铆as haber nacido en Marruecos, en Alemania, en Venezuela o en los Estados Unidos, es que est谩n midiendo mal las cosas importantes de tu vida. Lo m谩s relevante no puede ser fruto de una casualidad. Atr茅vete a escoger qu茅 quieres ser. No seas una manzana.

Como dec铆a Sartre, hay m谩s humanidad en el sabor de un pollo al mole (cuya salsa lleva decenas de chiles variados cocinados durante horas) que en el sabor de una manzana. La manzana s贸lo puede saber a manzana. Y las manzanas no solamente no nos dan asco, sino que nos gustan. Confundir el lugar de uno en el mundo con el sabor -determinado- de las manzanas limita la inteligencia a un lugar muy infantil. Uno siempre espera un poquito m谩s de los seres humanos. No es extra帽o que las esencias de cualquier patria siempre est茅n m谩s ancladas en el interior profundo -el interior de la tierra y tambi茅n en el interior de la historia, construido como si fueran surcos reales en la lectura interesada del pasado-. A las patrias les gusta el inmovilismo. Suele ser lugar com煤n que cuanto menos te mueves, m谩s patriotero eres. El nacionalismo se cura viajando.

En una canci贸n de Pla, dos que se acaban de conocer en un bar terminan follando encima de la mesa. Cuando el camarero llega a echarlos, le piden que los case. Cosas de la amor. El camarero, despu茅s de dudar, dice “venga, va”. Una fiesta donde todo promet铆a un drama. Terminan convidando a todo el mundo y celebrando la luna de miel en el garito. En otra canci贸n, su novia es una terrorista. No sabe qu茅 hacer, si denunciarla o darle m谩s amor para que cambie su comportamiento. “Un polic铆a muerto, un polic铆a menos”, dice un estribillo. Y al igual con un pol铆tico, con un guardia civil. Al final, matan a la peculiar novia. Pla termina “Una novia muerta es una novia menos”. En otra, un gallo af贸nico que no puede anunciar el nuevo d铆a cree que llega el fin del mundo. Va a buscar a dios, pero resulta que dios no existe. S贸lo existe el gas de los pedos que se tiran los gusanos que se comen los cad谩veres. En otra, un pr铆ncipe ahoga a su hermanito para que su acceso a la corona no peligre. No podemos olvidar la cabeza cortada de un espalda mojada mexicano que, decapitado por los agentes federales con el cigarro en la boca y rodando y rodando, manda al carajo a todo el imperio norteamericano prendiendo con ese cigarrito fuego a todo pa铆s “¡A tomar por culo Guasint贸n!”, grita el cantante. La embajada norteamericana a煤n no lo ha invitado el 4 de julio. Parece sensato que a quien no le haga gracia este humor, no tiene por qu茅 contratar a Pla. La iglesia cat贸lica nunca financiar铆a una conferencia de Nietzsche, Dawkins o Leo Bassi para que les dijera en su cara y en sede eclesi谩stica que si uno tiene un amigo invisible est谩 loco pero que si cien millones tienen un amigo invisible son una religi贸n respetable. Ni parece sensato que lo invite la guardia civil ni la unidad de antidisturbios en el d铆a del cuerpo. Terminar铆an usando las defensas, eso que antes llam谩bamos porra.

En cambio, cuando un pol铆tico, aunque sea de Gij贸n, confunde lo p煤blico con su sacrist铆a, est谩 privatizando lo que es de todos. Incluidos a los que les gusta el sarcasmo de Pla. Pol铆ticos que censuran a artistas, alcaldes que proh铆ben conciertos, concejales que sacan cuadros de exposiciones o alcaldesas que retiran unas banderas o proh铆ben un encuentro al tiempo que hacen exposiciones nazis y franquistas en colegios p煤blicos o celebran a los ca铆dos por dios y por Espa帽a dan asco. Igual que da asco que se beatifiquen a casi seiscientos religiosos fatalmente asesinados durante la guerra civil mientras ciento veinte mil dem贸cratas republicanos siguen asesinados en fosas comunes, simas, zanjas y carreteras. Tanta desigualdad da asco. El asco selectivo es mentira. Si eres sensible, lo eres con todo. De lo contrario, tu asco es hipocres铆a.

Dec铆a Cernuda, m谩s elegante que Albert Pla, que era “espa帽ol sin ganas”. Buena parte de los que han pedido la cabeza del artista catal谩n, har铆an otro tanto con el poeta sevillano. De hecho, muri贸 en el exilio. Lo exiliaron los franquistas. Los que dieron un golpe de Estado en nombre de Espa帽a. Alg煤n d铆a, Pla dir谩 -si no lo ha hecho ya, cosa bastante probable- que le da asco ser catal谩n. Y le dar铆a asco ser italiano, franc茅s, alem谩n, brit谩nico o norteamericano. Es que este mundo da asco. Algunos no escuchan campanas cuando la patria vibra. Los cazadores de herejes, de cualquier lado, se encontrar铆an en el mismo pelot贸n de fusilamiento. No pongan sus sucias manos sobre Mozart. Algunos no queremos medir el arte con el criterio de lo pol铆ticamente correcto expendido en los grandes centros comerciales. Cuando Pepe Rubianes dijo que la Espa帽a que asesin贸 a Lorca le daba asco, le castigaron prohibi茅ndole representar una obra de Lorca. ¿Qui茅n era el asqueroso?

Somos el 煤nico animal que siente repugnancia. Nos ayuda a mantener la salud. La democracia ha construido sociedades m谩s decentes que las autoritarias. La clase obrera que sembr贸 la democracia lo hizo en nombre del internacionalismo. El nacionalismo latinoamericano reivindic贸 contra la colonia una gran patria -Nuestram茅rica-. Las patrias sin m谩s, reflejadas solamente en s铆 mismas, tienen el alcance moral del campanario. Con demasiada frecuencia la reivindicaci贸n patriotera de las patrias -una de sus expresiones m谩s comunes- ha generado tanto dolor, tanto da帽o, tanta ira, tantas separaciones que s贸lo los que tienen un est贸mago muy agradecido pueden no sentir asco. Hay un lugar com煤n que da fuerzas y paz, y otro que est谩 construido con muros, barrotes y l谩grimas ajenas. Una cosa es sentir muy por dentro ese lugar donde “los ni帽os sue帽an con truchas” y otra exterminar a alguna antipatria en nombre de la patria. Seremos un pa铆s decente cuando esto segundo nos d茅 a todos asco. Mucho asco. Un asco tan profundo que tengamos que inventarnos otra cosa. Para que las manzanas sean solamente eso, manzanas, y la democracia, ni m谩s ni menos, democracia.

*comiendotierra.es

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