*31.10.13. OPINI脫N de Bruno Peron Loureiro.- Mientras los gobiernos reaccionen con reprobaci贸n a las denuncias de espionaje que afectan sus intereses estrat茅gicos, los ciudadanos publican sus libros de vida en Internet. Empresas como Facebook, Google y Twiter, al contrario del obsequio que parecen ofrecer, ofrecen contenido p煤blico solo como facilitadoras del acceso a mayor n煤mero de personas. Detr谩s de todo acto gratuito hay generalmente una acci贸n interesada y meticulosamente planeada.
El objetivo de estas empresas estadounidenses mencionadas es el de cualquier negocio, expandirse, lucrar, ser eficiente, conquistar clientes y aumentar la productividad, mientras que su diferencial es el de contar con habilidades innovadoras y tecnol贸gicamente restrictas en el manejo de los recursos de Internet. Su foco pasa a ser entonces no solo conquistar clientes, sino tambi茅n invadir su consciencia, descubrir sus preferencias y perfilar su identidad.
La violaci贸n de la privacidad de este modo es un tema mucho m谩s limitante que escuchar las conversaciones del vecino. Es una relaci贸n de voluntad. Los gobiernos y sus tomadores de decisiones no quieren ser espiados, mientras que los usuarios de Internet quieren que sus diarios sean vistos. Esta apertura de sus vidas esta en forma de blog, fotograf铆as, tweets (lo que alguien hace a esa hora), cambios en los chats, biograf铆as, historias profesionales y compras virtuales.
Para una idea m谩s clara de la evoluci贸n de los usos y apropiaciones de la Internet, es suficiente comparar los cambios en los chats. Tuve una sensaci贸n de amplitud cuando instal茅 a mediados de los 90 el MIRC (Internet Relay Chat) que fue un programa popular de chats virtual. Comenc茅 a entender el significado de globalizaci贸n. Despu茅s que me conect茅 a una sala de chat, la primera persona con la que convers茅 en ingl茅s se identifico como habitante de las Filipinas. Me aproxim茅 a alguien del otro lado del mundo.
Cuando la Internet era una novedad comercial la mayor铆a de las personas se identificaba con apellidos en los programas de chat (ICQ, MIRC). Al pasar el tiempo hubo la necesidad de crear entradas (MSN, Orkut; Facebook) con nombre completo, direcci贸n electr贸nica e informaci贸n de las preferencias editoriales, eduacionales, musicales, sexuales, entre otras.
Este cambio en la oferta de servicios del chat por Internet evidencia algunos intereses. Me refiero sobre todo a los de las corporaciones que mejoran la eficiencia de su publicidad para conquistar clientes. Cito el ejemplo de la publicidad dirigida que resulta del funcionamiento de las cookies (aplicaciones que se instalan en el navegador de Internet cada vez que accesamos a un website. Atraves de ellas los mensajes publicitarios sobre un producto que buscamos en Internet nos alcanzan frecuentemente al accesar a otras p谩ginas web.
La internet se convirti贸 en un gran medio donde se realiza la pol铆tica cultural de los Estados Unidos. Mientras los Ministerios de cultura ponen dinero en ballet, opera y la restauraci贸n de espacios antiguos, el gobierno de los Estados Unidos patrocina –sin tener una pol铆tica explicita– su sector corporativo v铆a Internet. Sus empresas hacen nada m谩s ni nada menos que guardar las preferencias de los ciudadanos de todo el mundo (excepto de China) en un microchip que cabe en la palma de la mano.
Las redes sociales son entonces una espada de dos filos. Por un lado ellas son un espacio p煤blico donde las personas que se conocen en la vida real muestran lo que no son, con el fin de ocultar sus imperfecciones y no perder el tiempo en el transporte urbano para encontrar alguien en el mundo f铆sico., por otro las empresas que dirigen estas redes sociales obtienen informaciones de aquello que sus usuarios quisieran ser y las usan para fines comerciales.
En este horizonte de usos y apropiaciones del Internet, recomiendo que los gobiernos inviertan pesadamente en educaci贸n y en investigaci贸n cient铆fica y tecnol贸gica, evitando la censura. Hay inversiones que no se pueden aplazar. Una de ellas es la que cambia nuestra relaci贸n con el uso de las nuevas tecnolog铆as de Internet. La modernizaci贸n de nuestro ambiente nos est谩 dejando atr谩s.