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OPINI脫N de 脕lvaro Cuadra.- El pr贸ximo gobierno de Michelle Bachelet se ha comprometido ante el pa铆s en un proceso de reformas que bascula entre respetar la institucionalidad y atender a las demandas ciudadanas expresadas en la movilizaci贸n social. Esto plantea el primer punto cr铆tico de la futura administraci贸n, a saber, la cuesti贸n de los equilibrios y los necesarios consensos que permitan avanzar en el programa de gobierno.El segundo aspecto que debe ser considerado dice relaci贸n con el f茅rreo andamiaje econ贸mico y pol铆tico en que se encuentra sumida la sociedad chilena desde hace d茅cadas. Una escena arcaica como la presente plantea un punto cr铆tico respecto al proceso de “reformas” que se quiere emprender. Las “reformas” se eval煤an por su profundidad, alcance y oportunidad. En el caso concreto de Chile, los sectores empresariales y de la derecha pol铆tica son m谩s bien proclives a establecer una sinonimia entre “reforma” y “riesgo”, o en el peor de los casos, “reformas” y “amenazas”.
Durante la llamada Guerra Fr铆a se estigmatiz贸 el “reformismo” como una impostura frente a una “verdadera revoluci贸n”, una l铆nea de pensamiento que, todav铆a hoy, es enarbolada por la extrema derecha para sostener su campa帽a de terror frente a cualquier atisbo de cambio. Como si el muro de Berl铆n siguiera en pie, todav铆a se insiste en levantar el fantasma del “comunismo” como una amenaza al “exitoso modelo chileno” Este tipo de discurso insiste en un universo bipolar ya extinto que se utiliza como coartada para mantener los enclaves autoritarios y olig谩rquicos en lo pol铆tico y en lo econ贸mico.
En el mundo de hoy, sin embargo, las visiones en blanco y negro ya no se sostienen. Lo cierto es que las escenas pol铆ticas a nivel nacional e internacional se mueven en una compleja gama de grises. De suerte que la noci贸n de “reformas” debe ser ponderada, en el momento presente, en virtud de su radicalidad, su alcance y oportunidad. En el Chile actual podr铆amos resumir un genuino proceso de reformas como un cambio de la constituci贸n. Dig谩moslo con toda claridad: Todo pretexto que postergue este anhelo mayoritario de los chilenos solo es prolongar la agon铆a de un modelo fracasado.
Pensar el cambio de la constituci贸n en nuestro pa铆s inaugura una discusi贸n, todav铆a abierta, sobre la modalidad de alcanzar dicho objetivo. El cambio del marco judicativo que rige los destinos de los chilenos es, bien mirado, el m谩s alto ejercicio democr谩tico al que podemos aspirar en este momento presente. No nos parece ingenuo sostener que
el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet tiene la oportunidad de hacer historia en Chile, abriendo los cauces para que nuestra sociedad cierre de una vez y para siempre el oprobioso pasado dictatorial que todav铆a hiede en nuestra vida ciudadana. Es hora de que nuestro pa铆s se reencuentre con un horizonte democr谩tico m谩s pleno, m谩s justo y m谩s inclusivo.