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Nostalgia


Por  Teodoro Rentería Arróyave.- A la querida vecina, Carmelita Sainz, al amigo y reconocido colega, José Antonio Calcáneo Collado, a la siempre amada prima, Eugenia Kanafany Rentería y a todos los demás familiares y amigos entrañables, que en este año que termina hoy, emprendieron el viaje al éter eterno.

Nostalgia, dice el Diccionario de la Lengua Española, es la pena de verse ausente de la patria o de los deudos o amigos, así mismo, tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida; en consecuencia el antídoto es la Meditación, el verbo meditar es la acción de aplicar con profunda atención el pensamiento a la consideración de algo, o discurrir sobre los medios de conocerlo o conseguirlo. Por todo ello, hoy, en este día último del año, me permito regalarle amigo lector y radioescucha, el poema del numen de mi padre, doctor Fortino Rentería Meneses:

“Hay momentos y hay anhelos/ que nos endulzan la vida,/ como una virgen querida/ que nos llena de consuelo,/ y que nos eleva al cielo/ con su deleite y amor;/ y nos da luz y calor,/ nos alienta y nos levanta;/ con su clámide de santa…/ nos cubre y nos da valor.

¿Entonces por qué amargarnos/ y lastimar nuestro ser?/ Si en este mundo hay placer,/ no hay razón para quejarnos,/ debemos con fe alentarnos/ y hacer a un lado el hastío;/ no pensar en lo vacio/ ni en triste desilusión;/ tener fuerte el corazón,/ siempre ardiente ¡nunca frio!

No hay que pensar en la pena/ sino pensar en placeres;/ cumplir con nuestros deberes/ con nuestra mente serena; que no encontremos dilema/ que resolver no podamos,/ y que el camino que andamos/ lo crucemos con firmeza;/ con gusto, amor, y entereza/ ¡gozando de lo que amamos!

Yo en mis noches, cuando sueño,/ y sueño algún ser querido/ de los seres que se han ido/ (ya sea grande o sea pequeño),/ para mi es feliz ensueño/ sentirlos cerca de mí,/ y verlos tal cual los vi, cuando junto a mí vivieron,/ porque todos merecieron/ el amor que yo les di.

Meditemos con fervor,/ con devoción y ternura,/ alejando la amargura/ y lo que cause pavor;/ seamos cuan la blanca flor,/ que aún cortada da elegancia,/ nos perfuma su fragancia,/ y aún cortada, hace bella,/ y brilla como una estrella…/ dándonos ¡fe y esperanza!”

Felicidades supremas, grandiosas y extraordinarias en este entrante 2014 y para siempre. Es nuestro deseo de todo corazón.







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