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La mezcla de la corrupci贸n y el dengue es explosiva


OPINI脫N de Marco A. Gand谩segui, h, Panam谩.-  El dengue es una enfermedad que la salud p煤blica ha identificado, estudiado y dominado plenamente. Se sabe perfectamente cu谩les son los procedimientos para erradicar esta enfermedad y mantener a la poblaci贸n libre de los estragos que puede causar.

Entonces, ¿por qu茅 Panam谩 est谩 en las garras de una epidemia de dengue? En cuesti贸n de meses se han reportado m谩s de 4 mil casos y 8 muertes. Hay que preguntarse por qu茅 las autoridades pol铆ticas y de salud del pa铆s no toman las medidas necesarias para erradicar las causas de la enfermedad. Para colmo, quienes se proclaman conocedores de la materia aseguran que la causa del dengue es el paname帽o, especialmente el paname帽o de los sectores populares de la poblaci贸n. Son ‘cochinos’, dicen las autoridades. Lo peor de todo es que la mentira ha sido repetida tantas veces que mucha gente lo acepta como una ‘verdad’.

Es de conocimiento generalizado que la causa del dengue es la proliferaci贸n de un min煤sculo agente que propaga la enfermedad: el mosquito aedes aegypti. El peque帽o insecto se reproduce s贸lo en condiciones favorables. Necesita agua limpia estancada para depositar sus larvas. Estas s贸lo las encuentra cuando la naturaleza es intervenida por actividades de la sociedad.

En la historia de Panam谩 tenemos el caso – casi legendario – de las epidemias de fiebre amarilla que afectaron al Istmo durante la construcci贸n del Canal de Panam谩. Los franceses removieron tierras y trajeron equipo de construcci贸n (entre 1880 y 1893) que se convirtieron en espacios ideales para el mosquito. A partir de 1904 EEUU inici贸 su per铆odo de construcci贸n (hasta 1914) con conocimiento de los efectos del mosquito y control贸 la enfermedad. Los trabajos de construcci贸n se realizaron en el marco de una estricta pol铆tica de salud p煤blica: No se permitieron la existencia deherbazales, se eliminaban los residuos de chatarra y se aseguraba el drenaje de todas las aguas. La limpieza industrial y dom茅stica era una obligaci贸n, tanto en la antigua Zona del Canal como en las ciudades terminales de Panam谩 y Col贸n.

Con altos y bajos esta pol铆tica de salud se mantuvo a lo largo del siglo XX. La misma se consolid贸 en la d茅cada de 1970 con el lema de ‘Salud igual para Todos’. A fines del siglo, se produjo un cambio importante que en la actualidad estamos pagando sus consecuencias. Los gobiernos de turno – especialmente a partir de 1996 - abandonaron las pol铆ticas de salud p煤blica.

En la actualidad, tenemos ciudades ahogadas en basura, inmersas en chatarra y con herbazalesa orillas de edificios p煤blicos, empresas privadas e, incluso, escuelas. Mientras que no regresemos a aplicar pol铆ticas de salud p煤blica, no se resolver谩 la actual epidemia de dengue que azota al pa铆s.

En vez de subvencionar a quienes lucran en la banca, en la Zona Libre de Col贸n, en los casinos que promueven el juego de azar y en otras actividades improductivas, hay que invertir en salud p煤blica. Una pol铆tica de salud s贸lida s贸lo requiere una fracci贸n de las subvenciones oficiales que reciben los especuladores paname帽os y extranjeros para realizar sus negocios.

En primer lugar, hay que tener una pol铆tica de recolecci贸n de basura que no tenga como objetivo realizar ping眉es ganancias con la compra de equipo y la contrataci贸n de trabajadores. Hay que eliminar los focos de basura dom茅stica e industrial que se acumulan en quebradas, calles y terrenos bald铆os a lo largo y ancho del 谩rea metropolitana de las ciudades de Panam谩 (incluyendo San Miguelito) y Col贸n, y sus alrededores. A pesar de que se declar贸 un estado de emergencia, no se ha planificado medida alguna para resolver el flagelo de la basura.

Por otro lado, urge construir las redes de agua potable para que llegue a cerca de medio mill贸n paname帽os en el 谩rea metropolitana. Es una poblaci贸n que todav铆a depende de camiones cisternas que reparten agua o del agua de lluvia (en ‘invierno’). Los gobiernos paname帽os suelen mentirle al pa铆s y a las agencias internacionales diciendo que el 95 por ciento de la poblaci贸n urbana tiene acceso al agua potable. En realidad, es s贸lo el 50 por ciento, aproximadamente.

Igualmente, urge desarrollar una pol铆tica que convierta los herbazales en 谩reas libres del mosquito y disponibles para el esparcimiento de la poblaci贸n. Esta pol铆tica de salud requiere una inversi贸n permanente anual de 25 millones de d贸lares. La misma cantidad que gast贸 el gobierno en las fiestas de fin de a帽o o en el mantenimiento del avi贸n presidencial.

En vez de presentar un plan de trabajo, lo 煤ltimo que propone el gobierno es invertir 10 millones de d贸lares al a帽o en la introducci贸n de un (s煤per) mosquito con genes modificados (transg茅nico). El negocio es de una empresa inglesa que busca clientes en todo el mundo. En EEUU no ha podido poner a prueba sus s煤per mosquitos y en Brasil los esparci贸 en una peque帽a comunidad del noreste de ese pa铆s sin resultados positivos.

Hay que poner manos a la obra, con un gobierno capaz de liderar a la poblaci贸n para acabar con la epidemia del dengue. No hay tiempo para convertir la tragedia de la familia paname帽a en otro negocio millonario.

30 de enero de 2014.

*Marco A. Gand谩segui, hijo, es profesor de Sociolog铆a de la Universidad de Panam谩 e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA) www.marcoagandasegui14.blogspot.com

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