OPINI脫N de Amy Goodman y Denis Moynihan.- “Mi administraci贸n se compromete a crear un nivel de transparencia del Gobierno sin precedentes”, escribi贸 el Presidente Barack Obama el 29 de enero de 2009, apenas d铆as despu茅s de haber asumido la presidencia. Y agreg贸: “La transparencia fortalecer谩 nuestra democracia y promover谩 la eficiencia y la eficacia del Gobierno”. Hoy, tras seis a帽os de mandato, la “nueva era de transparencia del Gobierno” parece otra gran promesa c铆nicamente incumplida.
Durante el “Sunshine Week”, el evento que la industria de los medios de comunicaci贸n celebra cada a帽o para educar a la poblaci贸n sobre la importancia de la transparencia del Gobierno, Associated Press inform贸 que “el a帽o pasado, m谩s que nunca antes en la historia, el Gobierno censur贸 partes de expedientes gubernamentales o directamente deneg贸 el acceso a ellos al p煤blico en virtud de la Ley de Libertad de Informaci贸n de Estados Unidos (FOIA, por sus siglas en ingl茅s)”. El informe de AP agrega: “El a帽o pasado fue el peor desde que Barack Obama asumi贸 la presidencia en lo que respecta a los esfuerzos del Gobierno de ser m谩s transparente con respecto a sus actividades”.
La noticia no tom贸 por sorpresa a Ryan Shapiro, un estudiante de posgrado del Instituto Tecnol贸gico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en ingl茅s) que acaba de entablar una demanda a nivel federal contra el FBI, la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en ingl茅s) para intentar obtener registros p煤blicos sobre el papel desempe帽ado por Estados Unidos en el arresto de Nelson Mandela en 1962, que lo har铆an pasar los siguientes 27 a帽os en prisi贸n. Cuando sus solicitudes de informaci贸n sobre Mandela, en virtud de la Ley de Libertad de Informaci贸n, fueron denegadas, Ryan Shapiro decidi贸 entablar una demanda. “Quiero encontrar estos expedientes, en primer lugar, porque me interesa saber por qu茅 la comunidad de inteligencia de Estados Unidos consideraba a Mandela una amenaza a la seguridad estadounidense y qu茅 papel desempe帽贸 la comunidad de inteligencia de Estados Unidos en el boicot a la lucha de Mandela por la justicia racial y la democracia en Sud谩frica”.
Cuando Shapiro present贸 su pedido de informaci贸n a la NSA para obtener detalles del arresto de Mandela hace m谩s de 50 a帽os, la agencia le respondi贸: “Con respecto a su solicitud de informaci贸n de inteligencia sobre Nelson Mandela, hemos determinado que la existencia o inexistencia de los materiales que solicita es actualmente un asunto clasificado”. ¿Medio siglo m谩s tarde?
Shapiro tambi茅n quiere obtener informaci贸n sobre la inclusi贸n de Mandela en la lista de sospechosos de terrorismo de Estados Unidos hasta 2008, muchos a帽os despu茅s de que fuera el primer presidente de Sud谩frica elegido democr谩ticamente y varios a帽os despu茅s de haber obtenido no solamente el Premio Nobel de la Paz, sino tambi茅n la Medalla de Oro del Congreso de Estados Unidos y la Medalla Presidencial de la Libertad, condecoraci贸n otorgada por el presidente de Estados Unidos.
Le pregunt茅 a Shapiro por qu茅 quer铆a obtener los documentos. “La respuesta est谩 relacionada con una concepci贸n muy estrecha de la seguridad nacional, esta concepci贸n miope que antepone las alianzas militares y el lucro empresarial a los derechos humanos y las libertades civiles”.
Por su trayectoria, Shapiro tiene un inter茅s personal en el hecho de que el Gobierno califique a los activistas de “terroristas”. En 2002, particip贸 en un acto de desobediencia civil cuando se infiltr贸 en una granja donde se cr铆an patos para la producci贸n de foie gras: “Los animales est谩n encerrados en jaulas tan peque帽as que no pueden estar de pie, ni moverse ni extender las alas, estas condiciones horrorosas son la regla general en los criaderos industriales. Rescat茅 o rob茅 abiertamente a los animales de la granja industrial y realic茅 un documental al respecto. Lo hice como un acto de desobediencia civil, pero es un delito, por el que tuve que cumplir 40 horas de servicio comunitario”. Desde entonces, buena parte de los estados del pa铆s han ido aprobando las denominadas leyes ‘Ag-Gag’ que equiparan este tipo de activismo por los derechos de los animales con actos de terrorismo y pueden implicar penas de prisi贸n severas.
Shapiro afirma que la tesis en la que est谩 trabajando, titulada: “Cuerpos en Guerra: animales, la libertad cient铆fica y la seguridad nacional en Estados Unidos”, investiga “el uso de la ret贸rica y el aparato de seguridad nacional para marginar a los activistas que protegen los derechos de los animales, desde el siglo XIX hasta la actualidad ”. Para encontrar la respuesta a su investigaci贸n, Shapiro necesita acceder a una gran cantidad de documentos p煤blicos. Ha presentado 700 solicitudes ante el FBI, en virtud de la Ley de Libertad de Informaci贸n, y est谩 en busca de 350.000 documentos clasificados, lo que le ha ganado el mote del solicitante “m谩s prol铆fico” del Departamento de Justicia. Por su parte, El FBI calific贸 parte de su tesis como una amenaza a la seguridad nacional.
En 2008, cuando Barack Obama estaba en plena campa帽a electoral, era a menudo presentado como catedr谩tico de derecho constitucional. Como tal, suponemos que estudi贸 las obras de uno de los autores de la Constituci贸n, James Madison, el cuarto Presidente de Estados Unidos, considerado el “Padre de la Declaraci贸n de Derechos”. Madison escribi贸 en 1822: “Un gobierno popular, sin informaci贸n popular ni los medios para obtenerla, no es sino el pr贸logo de una farsa o una tragedia, o quiz谩 de ambas”. Tras las revelaciones de Edward Snowden acerca del amplio espionaje y vigilancia de la NSA y los p茅simos antecedentes de falta de transparencia del Gobierno, el Presidente Obama ya ha sobrepasado tr谩gicamente la farsa.