OPINI脫N de Javier Madrazo Lav铆n.- Un buen amigo, hablando de las dificultades que surgen en la convivencia en pareja, entre amigos e incluso en el trabajo, siempre hace un mismo comentario, fruto de la observaci贸n y la experiencia: “Cuando alguien quiere volar dale el doble de cuerda”. Es, sin duda alguna, una actitud inteligente, que parte de la escucha, la comprensi贸n y el respeto. Vienen a mi memoria estas palabras, cargadas de sabidur铆a, cuando pienso en la actitud del Gobierno del Estado espa帽ol y las dos formaciones mayoritarias -PP y PSOE- cada vez que Euskadi y Catalunya reivindican el derecho que les asiste a decidir su futuro.
Todas las personas tenemos sue帽os y aspiraciones; los pueblos, tambi茅n. Se podr谩n compartir o no, se entender谩n o no, pero nadie est谩 autorizado para negarlos. A煤n recuerdo la impotencia que sent铆a cuando siendo coordinador general de Izquierda Unida en Euskadi me acusaban, como si fueran delitos y yo un peligroso delincuente, de actuar como un lun谩tico independentista, un soberanista que merec铆a ser condenado o un nacionalista radical, pr贸ximo a la izquierda abertzale, por defender el derecho a decidir. Nunca tuve la oportunidad de explicar el porqu茅 las personas y los pueblos del mismo modo que podemos pensar igualmente podemos decidir.
Quienes niegan este derecho niegan la esencia misma de la democracia, aunque c铆nicamente apelen a ella para legitimar su intransigencia. Coartar la voluntad de las personas y los pueblos es un gran error. S贸lo se logra alejarles a煤n m谩s, cuando no perderles. Euskadi y Catalunya tienen que ver reconocido su derecho a ser aquello que su ciudadan铆a desee, pero no 煤nicamente como naciones que lo son, sino tambi茅n, y sobre todo, como comunidades que se preocupan por el desempleo, los recortes, las privatizaciones, los abusos,…. Cometemos un gran error si creemos que el derecho a decidir se agota en un refer茅ndum para determinar si somos un pueblo independiente o no,…
Afortunadamente, decidir es muchas m谩s,… Y por eso le tienen tanto miedo, y unos y otros, en definitiva los mismos, cierran filas para impedir su ejercicio. Decidir Implica poder decir no a quienes nos imponen la reforma laboral, el copago sanitario, la explotaci贸n de la juventud, la marginaci贸n de muchas mujeres, el trato a las personas inmigrantes, el olvido de la tercera edad,… Por ello, me inquietan tanto quienes vetan el derecho de Catalunya a decidir su futuro el pr贸ximo mes de noviembre como quienes impulsan pol铆ticas regresivas siguiendo los dictados del FMI, el Banco Central Europeo o la Comisi贸n Europea. Ni unos ni otros est谩n en esa izquierda que a帽oro, en la que tanto conf铆o, aunque no siempre sepa estar a la altura que a me gustar铆a.