Ir al contenido principal

Necesito un muerto

OPINI脫N de Rafael Fernando Navarro.- No hace tanto tiempo, el terrorismo era una necesidad para unos cuantos. Mayor Oreja, ministro que fue, eurodiputado que es, ha demostrado que no sabe hablar de otro tema. Jam谩s nadie le ha o铆do hablar de econom铆a, de medio ambiente, de sanidad. Tiene una incapacidad total para otras parcelas de la vida. Y si desaparece el terrorismo, se convierte en una barba blanca que no sabe qu茅 decir. Como Gallard贸n, que se resume en unas cejas, dando tumbos, recortando que es f谩cil, amputando derechos que es f谩cil, como un macho cabr铆o frente a la mujer que es f谩cil. Y lo mismo le pasa a Isabel San Sebasti谩n, a Alcaraz y ahora es el alimento 煤nico de ese nuevo partido que se llama VOX.

El 22 de Marzo se celebr贸 el d铆a de la dignidad. Porque un est贸mago vac铆o, un ni帽o con hambre, un dependiente sin ayuda, el hijo de un obrero sin universidad, el enfermo convertido en mercanc铆a, el anciano alimentando a su hijo de 50 a帽os, el desahuciado, el parado sin posibilidad de trabajo, el cliente de C谩ritas en busca de una bufanda para el ni帽o o un plato de lentejas para calentar la soledad, el emigrante que tiene que exiliarse en busca de trabajo, todo ellos forman circunstancias que recortan la dignidad que nos pertenece. Y el 22 de Marzo el pueblo se ech贸 a la calle a exigir dignidad. 4.000 dijo Telemadrid. 40.000 permiti贸 el miope Marhuenda. 350.000 la polic铆a municipal. 2.500.000 los organizadores. No entro. Los que estuvieron en la calle y los que no, exigimos a gritos que es urgente que nos devuelvan la dignidad. Porque tal vez podamos vivir sin otras cosas, pero nos negamos a durar (no es lo mismo que vivir) sin ella.

Y al final pas贸 lo que pas贸. Gente que golpea a gente. Polic铆as contra civiles. Civiles contra polic铆a. Violencia maldita que apu帽ala la reivindicaci贸n justa, constitucional, la exigencia ineludible de una dignidad arrancada a jirones. Y un gobierno que reduce a violencia el grito indignado. Y una Delegada del gobierno, una Alcaldesa torpe, que abrevian el hartazgo de un pueblo y lo estuchan en una cajita que s贸lo guarda golpes. Y unos Marhuendas, Merlos, Terchs, Cuestas, Gonz谩lez, Los Santos que, miopes absolutos, s贸lo vieron desmanes que hay que condenar y que yo tambi茅n condeno. Y un Presidente de la Comunidad de Madrid que palpa nazismo y amaneceres dorados porque tiene los ojos sucios, empa帽ados de Esperanza Aguirre, empe帽ada en destronar a Rajoy.

Estaba de cuerpo presente un cad谩ver de dignidad hist贸rica: Adolfo Su谩rez. Y explotaron su grandeza para pisotear la grandeza de los que en la calle gritaban libertad, libertad sin ira, libertad, como unos Jarchas de 2014.

Y en los balcones de Castellana, asomados a un fanatismo ciego, unos opinadores repartiendo calificativos. Filoetarras, miembros de Herri Batasuna, radicales de izquierdas, nazis, amanecer dorado. Con la boca llena de odio, de parcialidad, de v贸mito pestilente. Eran 50, 100, 500. No entro. Porque por encima del n煤mero que se asigna hab铆a un n煤mero infinito de personas necesitadas de dignidad, pidiendo auxilio a la vida para que nadie le arranque esa piel que da elegancia a la existencia, sentido, coherencia.

A muchos les hubiera venido bien un muerto porque no quer铆an ver el muerto que estaba gritando en la calle. Hubieran necesitado un polic铆a muerto, un manifestante muerto para justificar su actitud de n谩usea incontenida. Por suerte no muri贸 un polic铆a, ni un manifestante. Pero me preocupa que nadie vio ese pueblo al que est谩n matando poco a poco, inyect谩ndole miedo para que se conforme con una esclavitud laboral, para que se mueran a tiempo los enfermos sin gastar demasiado en medicaci贸n cara, en que no se alargue la vida porque se nos llenan los jardines de viejos improductivos, de mujeres que se empa帽an en no hipotecar su 煤tero en el banco malo de Gallard贸n, en ser due帽as del misterio hermoso de su cuerpo.

Nuestros gobernantes necesitaban tal vez un cad谩ver fabricado por esa ley mordaza del ministro-opus, de B谩nez-blanca-paloma, de Alberto-Rouco-mitrado, sin darse cuenta que el pa铆s est谩 lleno de muertos de hambre, de muertos sin esperanza de futuro, de muertos sin un ma帽ana, sin esperanza, sin trabajo, asqueados de ser cad谩veres que se suicidan no porque los vayan a suicidar sino porque est谩n cansados de ser cad谩veres rentables para la bolsa, para la prima de riesgo, para la deuda, para la banca usurera.

Atocha, El Prado, Recoletos, Cibeles. Cad谩veres sembrados en cunetas, como en otros tiempos. Ya no hace falta un polic铆a muerto. Ni un manifestante. Puede ser que basten 4.000, 40.000…2.500.000. Una cosecha que el capitalismo lleva en parihuelas mientras canta un responso por la dignidad enterrada.

ARCHIVOS

Mostrar m谩s


OTRA INFORMACI脫N ES POSIBLE

Informaci贸n internacional, derechos humanos, cultura, minor铆as, mujer, infancia, ecolog铆a, ciencia y comunicaci贸n

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de Espa帽a bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra informaci贸n es posible