OPINI脫N de Rafael Fernando Navarro.- Deber铆amos preguntarnos cuanto antes, y con la precisi贸n de un cirujano, por la pervivencia de la democracia. Sin miedo a separar capas, a abrir tejidos para llegar de forma irremediable hasta tumores para extirparlo evitando hemorragias, pero con la decisi贸n de quien sabe que se puede acabar la anestesia y en consecuencia aportar un dolor indecible al cuerpo que est谩 delante sobre una mesa, cubierto por completo de oscuridad y donde s贸lo se percibe el campo operatorio. Es la forma 煤nica de terminar con 茅xito una intervenci贸n y devolver al enfermo a la normalidad gozosa de su vida. Pero antes, debe el cirujano contar con estudios de tiempos de coagulaci贸n, salud card铆aca, oxigenaci贸n en sangre, etc. para que la intervenci贸n responda al diagn贸stico previo y exacto.
La democracia es una par谩metro pol铆tico, el menos malo, para convivir en paz y llevando a la ciudadan铆a al ejercicio de la responsabilidad de sus tareas y a la plenitud de su dignidad como seres humanos.
Nuestra democracia fue el resultado de un esfuerzo de sudor, sangre e incluso muerte de un pueblo rebelado durante a帽os contra una dictadura infame. El triunfo empez贸 all谩 por 1.975 cuando desentubaron a Espa帽a, al dictador le explot贸 el trombo como una granada y el horizonte se llen贸 de libertad. Empez贸 el caminar y hemos llegado a 2.014 dejando atr谩s tricornios invasores, cafeter铆as Galaxias sin clientela de sables y cuarteles militarmente cuadrados ante el poder civil.
“Le llaman democracia y no lo es” Algunos movimientos ciudadanos han llegado a esta conclusi贸n. Nos queda el nombre pero se nos ha vaciado de contenido. No hay democracia. Y los profesionales de la pol铆tica llaman a estos movimientos izquierdas radicales, antisistema, filoetarras, terrorista de baja intensidad y nos previenen contra sus formas de ver la pol铆tica con el mismo inter茅s e inyectando el mismo miedo a la ceguera que nos met铆a la iglesia ante la masturbaci贸n. Pese a las autodefensas de los pol铆ticos “profesionales” frente a estos movimientos, creo que en el fondo son conscientes de que en este pa铆s nos hemos dado cuenta de que no queremos confundir democracia con esa bulimia de poder que ellos ostentan. El pueblo tiene hambre de democracia y precisamente por esa necesidad incuestionable desprecia lo que nos quieren vender como tal. Necesitamos una democracia viva, din谩mica que se proponga metas de bienestar para la ciudadan铆a, que tiene la impresi贸n de que le est谩n entregando una democracia de pl谩stico como si la hubieran encargado en esos bazares chinos donde venden paraguas y velas de cumplea帽os todo mezclado y sin calidad ninguna.
Los pol铆ticos son vistos como un problema para la democracia y no como una soluci贸n que le d茅 cuerpo, elegancia y plenitud a esa tarea en favor de la res-p煤blica. Todos los d铆as nos desayunamos con apropiaciones indebidas, sobresueldos, mordidas, dinero arrebatado y evadido. Y ver que mientras unos buscan un trozo de pescado en un contenedor otros est谩n amontonando dinero robado a sus est贸magos, no es precisamente un aliciente para apreciar a los pol铆ticos.
Aparte la corrupci贸n econ贸mica, lo que realmente destruye la democracia es la corrupci贸n de la palabra. Cuando se quiere hacer creer que no ha habido ni hay otros caminos para salir de la crisis (de la estafa, para hablar claro) que matar de hambre los est贸magos o dejar sin recursos a los dependientes, el ciudadano toma conciencia de que a los pol铆ticos no les importa el bienestar de la poblaci贸n en general, sino el enriquecimiento de los poderosos. Desde que el actual gobierno subi贸 al poder, los due帽os del Ibex han visto aumentada su riqueza en un 67 %.
Y ahora vuelven a salir a la plaza p煤blica y sin el m谩s m铆nimo rubor los mismos que sab铆a que no podr铆an cumplir el programa que presentaron, pero que no obstante predicaron y vuelven ahora a soltar como un mantra de la falsedad. Mar铆a Dolores de Cospedal dice que el Partido Popular “jam谩s ha enga帽ado a sus lectores” Y Pons asegura que el gobierno est谩 cumpliendo su programa y que terminar谩 de llevarlo a la pr谩ctica cuando termine la legislatura. Y Rajoy se siente contento ante los datos de una EPA que demuestra que hay una miseria que nos llega al cuello. Y B谩帽ez asegura que la recuperaci贸n va sobre ruedas. Y Montoro afirma en sede parlamentaria que vamos a asombrar al mundo.
Un gobierno prevaricador que miente a sabiendas est谩 demostrando que le sobra la chuler铆a de sus afirmaciones para re铆rse descaradamente de los ciudadanos. Y a los ciudadanos nos escuece esa chuler铆a porque uno se imagina a Arriola ri茅ndose en su despacho de las consignas impuestas a los Florianos, a los Pons, a las Dolores, Las F谩timas…
Cuidado. El pueblo no es tonto. Y esos pol铆ticos prevaricadores son el mejor caldo de cultivo para la aparici贸n de salvapatrias, de movimientos de polainas, de amaneceres dorados o de ultraderechas como en Francia.
La democracia se puede desesperar y convocar fuerzas que nada tienen que ver con las aspiraciones leg铆timas de todo un pueblo.