Por Alicia Puleo.- El paradigma de igualdad de la Ilustraci贸n permiti贸 que la estratificaci贸n de g茅nero apareciera a algunos esp铆ritus cr铆ticos en toda su escandalosa ilegitimidad. Rousseaunianas como Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft percibieron las contradicciones inherentes tanto a la conceptualizaci贸n de los sexos del fil贸sofo ginebrino como a la nueva exclusi贸n pol铆tica que se estaba gestando. En Francia, Olympe de Gouges, dramaturga antiesclavista autora de la obra La esclavitud de los negros, publica en 1791 la Declaraci贸n de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana como radicalizaci贸n y universalizaci贸n de la Declaraci贸n de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 que, con el ambiguo t茅rmino "todos los hombres" ocultaba el reforzamiento de la antigua exclusi贸n de las mujeres. Si antes de la Revoluci贸n algunas arist贸cratas pose铆an derechos derivados de los privilegios de su estamento, ahora tambi茅n ser谩n despose铆das de ellos en tanto miembros del colectivo femenino. Al comienzo de su Declaraci贸n, De Gouges apela al paradigma de la Naturaleza invitando al hombre a observar la armon铆a y colaboraci贸n que reinan entre los sexos en las especies animales y vegetales. El "dominio tir谩nico" aparece, entonces, como alejamiento y corrupci贸n con respecto al estado de naturaleza: "S贸lo el hombre se fabric贸 la chapuza de un principio de esta excepci贸n. Extra帽o, ciego, hinchado de ciencias y degenerado, en este siglo de luces y de sagacidad, en la ignorancia m谩s crasa, quiere mandar como un d茅spota sobre un sexo que recibi贸 todas las facultades intelectuales y pretende gozar de la revoluci贸n y reclamar sus derechos a la igualdad"[1]. En el art铆culo d茅cimo de su Declaraci贸n, De Gouges afirmaba: "la mujer tiene el derecho de subir al cadalso, debe tener tambi茅n igualmente el de subir a la Tribuna"[2]. Los revolucionarios s贸lo le conceder谩n el primero. Como otro girondino tambi茅n feminista _el fil贸sofo Condorcet_ fue condenada en el per铆odo revolucionario conocido como el Terror, en 1793. Su muerte en la guillotina concede, ante nuestros ojos, un aura de hero铆smo a su figura.
Hija de un carnicero, tuvo posiblemente que haber sido testigo, en su infancia, de la violencia del sacrificio y descuartizamiento del ganado. Ya adulta e independiente, su extraordinario amor por los animales la llev贸 a vivir rodeada de ellos, a defender la hip贸tesis de la transmigraci贸n de las almas entre humanos y animales y a pedir, momentos antes de ser ejecutada, que se ocuparan de sus compa帽eros no humanos que dejaba desasistidos. Si tuvi茅ramos que caracterizar el pensamiento de Olympe de Gouges con categor铆as actuales, dir铆amos que era antisexista, antirracista, y antiespecista. Si se ha querido ver a Rousseau como pensador pionero del ecologismo, podemos, desde luego, considerarla como una de las precursoras del ecofeminismo.
[1] De Gouges, O., Declaraci贸n de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, en Puleo Alicia (ed.), La Ilustraci贸n olvidada. La pol茅mica de los sexos en el siglo XVIII, Anthropos, Barcelona, 2da edici贸n, 2011, p.155.
[2] ibid, p.158.
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