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San Mariano Rajoy

OPINI脫N de Rafael Fernando Navarro.- El Papa Francisco, tan dado a canonizar al por mayor, ha perdido una oportunidad fant谩stica, porque por el mismo precio deber铆a haberte subido a los altares, y proclamarte San Mariano Rajoy. Hubiera quedado bien tu barba de profeta sufridor entre la carne bonachona de Juan XXIII y el deportista Juan Pablo II. Dicen que hacen falta milagros para llegar a la gloria de Bernini. Y de milagros t煤 vas sobrao. Recibiste en herencia un pa铆s desgarrado, con la carne de la econom铆a ensangrentada, tanto que parec铆a que el pa铆s era un inmigrante subsahariano que hubiera saltado las cuchillas de Melilla. Pero t煤, antes de irte a no s茅 d贸nde a ver jugar a Espa帽a contra no s茅 qui茅n, apareciste en Moncloa y nos dijiste que le hab铆as plantado cara a Europa, que le hab铆as espetado cuatro verdades a la mandona Merkel, y que pod铆amos estar tranquilos porque todo estaba ya en regla. Fue todo en pocos d铆as. Qu茅 poder milagroso el tuyo, Mariano.

Prometiste que no ibas a subir los impuestos y nada m谩s sentarte en tu despacho presidencial nos empujaste a todos los ciudadanos a encaramarnos en el Everest de Montoro. Y tuviste clara la visi贸n prof茅tica del futuro cuando aseguraste en tu primera visita a Europa que te la iban a armar cuando promulgaras una ley para crear empleo y la ministra B谩帽ez, sin encomendarse a la virgen de Roc铆o, consiguiera que se disparara el n煤mero de parados. Otro milagro que vamos asimilando con el paso del tiempo.

Nunca dar铆as dinero a los bancos porque en tu visi贸n de asceta, estilo Francisco de As铆s, pensabas que deb铆an alimentarse con poco y vestirse con menos. Pero despu茅s, y guiado por tu coraz贸n compasivo, te dieron l谩stima Rato y las Cajas sembradas por la geograf铆a espa帽ola volcadas en obras sociales, y les diste millones con el f铆n 煤ltimo de que siguieran siendo el remedio de los hipotecados, de los comprometidos con la investigaci贸n, de los becados. Y Rato sigui贸 con el papel caritativo de Blesa y aument贸 las preferentes para que a nadie le faltara dinero en el futuro. Eres santo, Mariano.

Y en tu misi贸n redentora, nombraste a Wert para que anulara la Educaci贸n para la Ciudadan铆a que era perversa (ya Rouco se hab铆a dado cuenta) y que ense帽aba que la democracia era una responsabilidad compartida y dec铆a que los homosexuales ten铆an derecho a amarse (si Franco, pensabas t煤, levantara la cabeza) y que le dec铆a a los ni帽os que ellos ven铆an al mundo porque se estremec铆an las entrepiernas masculinas y femeninas y hab铆a que volver a la semillita depositada y que los ni帽os nos los mandaba Sarkocy desde Par铆s.

Y conseguiste que los investigadores, los universitarios, estudiaran sin dinero porque Wert era consciente de que los padres no pagaban porque se lo gastaban todo en pinchos de tortilla y ca帽as.

Y recortaste gastos de sanidad porque Mato afirmaba que no habiendo camas la gente enfermar铆a menos porque no vale la pena una neumon铆a si no tienes la posibilidad de un ingreso hospitalario. Y negaste la asistencia a los inmigrantes porque te evitabas el bochorno de repatriarlo con el gasto que eso conlleva. Y pusiste de moda la muerte de los cr贸nicos porque ten铆an la mala costumbre de afincarse en la dolencia y no independizarse de ella. Y los dependientes, las enfermedades raras, la medicaci贸n que la gente consum铆a como si fueran anchoas de Revilla. Y se te acumulaban los milagros. Y cambiabas la herencia del p茅rfido Zapatero y la burbuja inmobiliaria de tu onan铆stico padre Aznar. Y no olvidaste a las mujeres. Gallard贸n se encarg贸 de hacerles ver que la mujer que no es madre no es aut茅nticamente mujer. Y la justicia universal para qu茅 si podemos vivir con una justicia peque帽ita que se encargue a medias de la g眉rtel, y de los sobresueldos y de la financiaci贸n de los partidos pol铆ticos y de destruir discos duros y de aguantar un registro de la polic铆a de Ruz. El papa Francisco deb铆a haberte empujado a los altares porque te sobran milagros que certifican la rectitud de tu mirada hist贸rica. Pero la iglesia lleva un retraso de siglo y no es hija del presente.

Y Montoro simultaneando amnist铆as fiscales con exigencias de pago de impuestos a los bares y talleres mec谩nicos. Es milagrosa esta simultaneidad, dejando que los empresarios, casta adulta y madura, pueda hacer con los obreros lo que se le antoje que para eso son empresarios y tienen dinero y el dinero es poder y capacidad de decir que hay un mill贸n de personas que no valen para nada.

Y Fern谩ndez-Balaguer-opus d谩ndole seguridad a la ciudadan铆a porque nada hay m谩s seguro que quedarse en casa viendo supervivientes y desahuciando con su polic铆a a miles de hipotecados para que aprendan a vivir en plena naturaleza y de paso que aprendan los bancos sus derechos y los ejerzan.

No voy a seguir, Mariano, porque no podr铆a enumerar el n煤mero y la grandeza de tus virtudes. S贸lo espero que el Papa Francisco caiga en la cuenta y que Bernini te acoja en su seno.

Aqu铆 me quedo, de rodillas, extasiado ante tu magnitud y agradeciendo que a los viejos les subas las pensiones un 0.25 %. Gracias, San Mariano. Ora pro nobis.

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