OPINIÓN de Teodoro Rentería Arróyave, México.- Es de urgente necesidad que el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa revise a profundidad su nómina de consejeros, puesto que ya son muchas las decisiones que ha tenido que cancelar, recular o cuando menos modificar.
La última, consistente en hacer más duro el Programa Hoy no Circula, al prohibir el uso de los automotores viejos, los que usan las familias más necesitadas de sus vehículos porque son simplemente y llanamente instrumento de trabajo.
No sabemos cual es el meollo de la absurda decisión, y es pregunta: ¿en verdad, el intento es bajar la contaminación de la monstruosa urbe o por el contrario favorecer a los vendedores de vehículos automotores?
Si nos remitimos a la historia, dicho programa fue diseñado para un tiempo perentorio, luego se vio una veta para que el usuario pagara nuevos gravámenes, igual que ocurrió con la Tenencia, así surgieron los Centros de Verificación con sus abultadas multas.
Tal como están las cosas, se supone que un vehículo que cumpla con la especificaciones y pases la verificación correspondiente, su propietario tiene el derecho de usarlo en las conflictivas calles, avenidas y supuestas vías rápidas, muy aparte de su antigüedad. Es obvio, que la inequitativa decisión salva a los carísimos autos clásicos.
Además, cómo se le ocurre al jefe de Gobierno Mancera Espinosa, anunciar el endurecimiento del programa que nos ocupa, cuando aún no entra el plan maestro del transporte público, que sabemos existe, pero que por razones no reveladas no se ha echado andar.
Ahí están pendientes otras asignaturas como el Metrobus en la principal arteria de la Ciudad de México, la presumimos todos, el Paseo de la Reforma, y le tienen tal medio al Pulpo Camionero, que no se atreven a tocarlo y ahí enseñamos el cobre a propios y extraños con esos mugrosos, destartalados microbuses, que además un día si y otro también producen accidentes, inclusive mortales.
Nadie también se atreve, seguramente por lo votos, a poner en orden a los operadores de esos microbuses y de los taxis, una inmensa mayoría son piratas y los protegen las tribus de la llamada izquierda.
Por último, ¿Cómo es posible que se decretan más días de descanso a los vehículos de la gente más necesitada, cuando aún no se reanuda la abollada Línea Dorada?
Señor jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, le ofrecemos la gracia de la duda, pero por favor, escoja mejor a sus consejeros.
