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Fútbol, política y negocios van de la mano de FIFA

OPINIÓN de Emilio Marín, Argentina.- El equipo de Sabella empezó de menor a mayor en el torneo. Terminó primero en su grupo y clasificó para octavos de final. Hubo en Brasil una pausa de las protestas sociales. Lo que no se tomó respiro fueron los negocios de FIFA.

Con algo de filosofía, los hinchas repetirán que “el fútbol es así”, para explicar la alegría que los embarga luego del triunfo sobre Nigeria. Es que los dos golazos de Lionel Messi no habían sido suficientes, ante el empate parcial de los africanos, y tuvo que venir un rodillazo casual de Rojo para hacer la diferencia.

“El fútbol es la dinámica de lo impensado”, definió Dante Panzeri hace años en una precisión no superada. Si el referí hubiera cobrado el penal cometido por Zavaleta contra el atacante iraní, en el partido anterior, ayer no habría habido tanta alegría.

Los enviados especiales, corroborados por las cámaras de la Televisión Pública, informaron que Porto Alegre estaba copada por 200.000 argentinos, de los cuales 40.000 tenían sus entradas para el partido.

Por eso el relator “Pollo” Vignolo decía que si uno cerraba los ojos, al escuchar a la tribuna, habría asegurado que estaba en Argentina. En ese aliento afortunadamente se omitió el lamentable “es para vos, brazuka puto la puta que te parió”, cantado antes por esos hinchas, discriminadores y ofensivos con el país sede del Mundial. Esta vez fueron respetuosos, con el “Vamos, vamos, Argentina...”.

A propósito de aquella multitudinaria excursión, ¡cuánto mentía la oposición política con eso de que no se podía viajar al extranjero por el cepo cambiario y la persecución de la AFIP! Salvo que ahora se diga que esos 200.000 compatriotas fueron como Messi gambeteando al cepo y Ricardo Echegaray.

Está bien que el Mundial es una circunstancia muy especial para mucha gente que vive el fútbol como pasión. Y que ese cuarto de millón de personas no son los 40 millones de argentinos. De todos modos, queda claro que la situación económica no es lo calamitosa que tratan de vender Clarín y “La Nación”. En ese sentido, Cristina Fernández de Kirchner podría decir que les metió un gol.

El mayor gol que hizo el gobierno es que las transmisiones de la Televisión Pública podrán revalorizar el programa “Fútbol para Todos”, que permitió ver todos los partidos. Los críticos tendrán que callarse la boca, al menos hasta el 13 de julio, cuando concluya el torneo. Después sí, volverán a la carga con la plata que le cuesta al Estado y las publicidades K. Pero ahora se ven los partidos y los goles en vivo y en directo, no cuando el monopolio Magnetto lo decidía.

La política brasileña

Diversos movimiento sociales y populares aprovecharon la realización del mundial para ganar las calles, si bien no con la masividad que lo hicieron en 2013 durante la Copa Confederaciones. En esa ocasión fueron millones los que protestaron contra el costo del transporte y por demandas más políticas, de críticas a la corrupción y al sistema político. Dilma Rousseff admitió entonces que varias de las demandas eran justas y promovió reformas, algunas frenadas en el Congreso, donde su Partido de los Trabajadores no tiene mayorías suficientes. Su imagen salió desgastada de esa ola de marchas, algunas duramente reprimidas por la policía brasileña. Ésta también puede presumir de ser, en materia de dureza, “o máis grande do mundo”.

En vísperas del Mundial hubo otra tanda de movilizaciones, de menor intensidad. Se cuestionó el costo enorme de refaccionar doce estadios, aeropuertos, rutas y otras obras exigidas por la FIFA, en desmedro de los presupuestos de salud y educación popular.

Ignacio Ramonet, fundador de Le Monde Diplomatique, escribió al respecto: “el Mundial ha supuesto una colosal inversión estimada en unos 8200 millones de euros. Y los ciudadanos piensan que, con ese presupuesto, se hubieran podido construir más y mejores escuelas, más y mejores viviendas, más y mejores hospitales para el pueblo”. Y no se puede decir que sea un comunicador de la derecha, ni mucho menos.

Se expresaron jóvenes sin trabajo, campesinos y movimientos indígenas que reclaman tierra, obreros del Metro que pedían mejores salarios, etc. En general la respuesta gubernamental fue bastante represiva, confiando en segundo término en que el desarrollo del mundial -con el enorme atractivo que ejercería sobre el público- iría imponiendo la agenda de Neymar por encima de aquellas reivindicaciones. Y los primeros resultados de su selección, los goles de quien brilla en el Barcelona y los muy buenos partidos de Francia, Alemania, Colombia, México y Argentina, de hecho fueron poniendo en un segundo plano a las luchas.

Luego del 13 de julio aquellos reclamos volverán. Y como la política no se durmió, el sábado 21 Lula y el PT proclamaron a Dilma como candidata a la reelección. Las elecciones serán el 5 de octubre próximo y la oposición también ya tiene al menos dos candidatos: el senador socialdemócrata Aecio Neves, ex gobernador de Minas Gerais, del PSDB, y el gobernador de Pernambuco, Eduardo Campos, del PSB.

Dilma, Aecio y Campos están haciendo precalentamiento. Saben que el 13 de julio salen a la cancha y que disputan algo más que levantar una copa de casi 40 cm de alto y 5 kilos de oro. Tendrán en disputa el gobierno de un país de casi 200 millones de habitantes y el más importante de Sudamérica, aunque a los argentinos no les guste reconocerlo.

Negocios de FIFA

La entidad rectora del fútbol mundial sigue presidida por el suizo Joseph Blatter, que en los días previos a la apertura hizo una “asamblea” en Brasil buscando otro mandato (y van...).

Los negocios de la televisación le dejan muchos millones de dólares. De ese modo cuenta con los recursos como para entregar algo a las asociaciones que la integran y a los participantes, para generar adhesiones bien interesadas.

También gana mucha plata con los patrocinadores (Coca Cola, McDonald’s, Budweiser, etc.). Algunos violan reglas del gobierno brasileño, por ejemplo Budweiser pudo vender cerveza en los estadios, cosa que no era permitido.

Esos sponsores impusieron a Rousseff la prohibición de venta ambulante en las cercanías de los estadios, afectando a miles de brasileños que podían ganarse unos cuantos reales.

Esa lista de patrocinadores es cuestionable por los antecedentes negativos de McDonald's, que no es precisamente responsable en lo social.

El 3 de junio pasado, en Brasilia se conoció una Carta de entidades sindicales a Blatter denunciando su complicidad con la firma de hamburguesas. La Regional Latinoamericana de la Unión Internacional de los Trabajadores de la Alimentación (Rel-UITA), la Confederación Nacional de los Trabajadores de Turismo y Hospitalidad (CONTRATUH), donde contraponían aspectos de la declaración de principios de la FIFA con su alianza con McDonald's. Citaba el estatuto de aquella donde se habla de “proteger la imagen del fútbol, y sobre todo la propia, para evitar que métodos y prácticas ilegales, inmorales o contrarias a los principios éticos puedan perjudicarla”.

Los firmantes confrontaban tal compromiso con el prontuario de “una compañía conocida no sólo por la escasa salubridad de muchos alimentos presentes en su menú sino también por explotar, maltratar y discriminar a sus trabajadores y trabajadoras. Los salarios irrisorios, las inhumanas e insalubres condiciones de trabajo, las largas jornadas diarias y, principalmente, la represión contra cualquier intento de organización sindical, son pruebas de la dura realidad vivida por la mayoría de los trabajadores de McDonald's”.

Pese a ese notable gol en la red de FIFA y la multinacional, Blatter dirá que ese partido sigue cero a cero, que ese gol no vale. Recontravale.

El mafioso y Diego

Uno de los vicepresidentes de FIFA es Julio H. Grondona, radical de origen pero videlista de ejercicio en 1979 y luego del color que estuviera en Balcarce 50; eterno mandamás en la AFA y ladero del suizo.

Grondona tuvo el tupé de acusar de “mufa” a Diego Maradona y asegurar que sólo cuando éste abandonó el estadio fue que Messi pudo definir el partido con Irán. El hijo de Grondona también tuitteó las groseras expresiones de su padre.

Diego se defendió en “De zurda”, que hace con Víctor Hugo Morales y que va por Telesur y la Televisión Pública. En su contragolpe puntualizó que lo que tiene se lo ganó jugando al fútbol y que lo de Grondona se lo dio la FIFA. Otro tiro al ángulo que muchos argentinos festejaron casi tanto como el del rosarino al iraní Haghighi.

Fidel Castro entendió que debía saludar a su amigo Maradona, “ante el esfuerzo mezquino de los intrigantes” (léase Grondona). Le escribió: “sigo tu programa por Telesur sobre la Copa del Mundo y gracias a ello puedo seguir el extraordinario nivel de ese excepcional deporte. No creo posible una educación adecuada para los jóvenes de todos los países sin el deporte y en el caso de los varones sin el fútbol. Admiro tu conducta por numerosas razones. Tu has vencido las pruebas más difíciles como atleta y joven de origen humilde. Igual que a tí, saludo a Messi, formidable atleta que da gloria al noble pueblo de Argentina. Nada pueda separar lo que ambos tienen de gloria y prestigio a pesar del esfuerzo mezquino de los intrigantes”.

Cuba no entró al Mundial pero el mensaje de su comandante en jefe también fue un golazo.

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