Ir al contenido principal

Negocios privados y apropiaci贸n de los espacios comunes

A prop贸sito de las cocheras en las plazas

OPINI脫N de Ricardo Luis Mascheroni, Argentina.- “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin 茅tica. Lo que m谩s me preocupa es el silencio de los buenos”. Martin Luther King

Parecer铆a que la d茅cada de los ’90 nunca termina y que los herederos de Menem, insertados en todas las fuerzas pol铆ticas, siguen actuando con la misma l贸gica, en cuanto al hecho de seguir haciendo buenos negocios privados con espacios p煤blicos y semip煤blicos. 

A pesar que en esos a帽os, casi se liquidaron todas las joyas de la abuela (empresas y recursos estrat茅gicos del Estado), todav铆a quedan algunas de gran valor, como es el patrimonio p煤blico de los argentinos, al cual la patria contratista vigente a煤n, bajo la aggiornada figura de emprendedores y desarrolladores (valet estable de los amigos del poder), ve con buenos ojos y no le desagrada la continuidad de las tendencias neoliberales. 

Salvo honrosas excepciones, en la mente de los funcionarios, sean del orden nacional, provincial o municipal, subsiste y se incrementa las pr谩cticas de hacer buenos negocios con la tierra del Estado. 

De los terrenos portuarios (Puerto Madero, Rosario y Santa Fe, v铆a Master Plan marcaron el camino a seguir) se pas贸 a los ferroviarios, a los caminos de sirga, y los de las fuerzas armadas y otros tendr谩n el mismo destino. 

No soy original en nada al decir que, en los 煤ltimos a帽os y en distintas jurisdicciones y ciudades, ha recobrado fuerzas la neo mercantilizaci贸n de paseos, parques y espacios verdes pertenecientes al dominio p煤blico o privado del Estado, mediante la instalaci贸n de bares, playas de estacionamiento, cocheras o los denominados en la actualidad “n煤cleos de servicios”, tierras destinadas al uso com煤n que va a parar a manos de “desarrolladores o concesionarios”, los que a trav茅s de estos mecanismos obtienen ping眉es ganancia a expensas de todos, disimul谩ndose ese desapoderamiento, bajo el tentador argumento de mejor铆a de esos lugares, ya sea mediante la instalaci贸n de novedosos juegos para ni帽os, paneles sanitarios, playones deportivos y mayor eficiencia en la seguridad, en lugares supuestamente cada vez m谩s inseguros. 

Las distintas administraciones del siglo XXI, se sienten amos y se帽ores de esos espacios y en forma autoritaria y antidemocr谩tica disponen de ellos en forma unilateral, a espaldas de toda la comunidad y sin su participaci贸n, pese a llenarse la boca de instrumentar nuevas formas de democracia participativa.
Como expresa la Arq. y Urbanista Graciela Mariani: “Las formas que va tomando el crecimiento urbano son la expresi贸n de las interacciones entre las fuerzas, pol铆ticas, econ贸micas y sociales. Cuanto m谩s desiguales son sus fuerzas, as铆 de desigual ser谩 su representaci贸n en el espacio ciudad y cuando los intereses econ贸micos son preponderantes sobre los otros y seguramente los m谩s relegados ser谩n los intereses sociales, veremos que la especulaci贸n inmobiliaria, la de las de las construcciones m谩s sofisticadas, avanzan a una velocidad descontrolada, por sobre todos aquellos espacios que en otro momento fueron centro o partes del inter茅s social y la vida comunitaria.” “Y aqu铆 es donde aparecen los complejos de torres, los shopping centers, los hoteles de lujo, los estadios monumentales, inmensos edificios de estacionamiento, a茅reos o subterr谩neos y las autopistas para los traslados.” 

“A ese capital especulativo no le interesa ni los habitantes, ni la salud, ni la ecolog铆a ni las m谩s m铆nimas de las necesidades humanas y cuanto m谩s corruptas sean sus estructuras sociales, m谩s r谩pidamente se desarrolla arrasando con la vida ciudadana.” 

“Mientras tanto los jueces se declaran incompetentes para atender los de Amparo presentados por las ONG y Asociaciones vecinales, la fiscal铆a no quiere atender los reclamos vecinales, los medios hacen poco lugar a la protesta, los Consejos profesionales avalan el "progreso" en espera de futuros trabajos.” 

Algunos a帽os atr谩s, para un candidato a Intendente, posteriormente electo, me pidieron un aporte sobre el tema del Espacio P煤blico; respondiendo m谩s o menos lo siguiente: La especulaci贸n urbana se est谩 convirtiendo en el principal problema ambiental y social, que destruye nuestro recurso m谩s preciado, el suelo, provocando un alarmante aumento de la corrupci贸n. 

No se entiende, que el municipio con la proliferaci贸n de 谩reas t茅cnicas o a trav茅s de pomposos planes que al inicio de cada gesti贸n se anuncian como Planes Directores, Reguladores, Estrat茅gicos, o cualquier otra denominaci贸n, nada diga al respecto, y quiera presentar a la ciudadan铆a un Plan Urbano que es m谩s de lo mismo. 

Sospechosamente, nunca existen pol铆ticas o mecanismos de regulaci贸n, ni prevenciones ambientales para preservar la calidad de vida y el bienestar de los vecinos, cuando de grandes inversiones se trata. Ya sean, grandes mercados, telefon铆a, autov铆as, obras en zonas inadecuadas, lechos de crecidas o de inundaci贸n, entre otras. 

Transcrib铆a del informe "Geo Argentina 2004" lo siguiente: “Se observa que las normas urbanas terminaron por aplicarse solo a la clase media ya que "El mercado sol铆a eludir o manipular el control normativo en la producci贸n de h谩bitat para los sectores socioecon贸micos altos, en tanto los sectores bajos no pod铆an cumplimentarlo por su incapacidad econ贸mica"; el resultado "baja calidad ambiental de grandes sectores urbanos" y "la inexistencia o m铆nima provisi贸n de servicios". 

"Se consolid贸 la hegemon铆a de la rentabilidad: se protege aquello que deja ganancia o -al menos- no implica inversi贸n social, mientras que se estimula o tolera todo tipo de arbitrariedad individual, aun cuando se agravie derechos personales o normas preestablecidas. El shopping y la autopista son, as铆, una suerte de salvaje pragmatismo para el cual la modernizaci贸n s贸lo puede consumarse en t茅rminos de exclusi贸n social."
Los espacios p煤blicos son objeto de apropiaci贸n privada y el Estado Municipal va resignando cada vez m谩s su poder de polic铆a y su capacidad de regulaci贸n e intervenci贸n frente a tales iniciativas. 

En ese esquema, plazas, paseos, parques, zonas de escurrimientos, playas, albardones costeros, cursos de agua, reservorios, terrenos p煤blicos, calles, espacios a茅reos, terminales de ferrocarril y dem谩s bienes de ese patrimonio van siendo abandonados esperando la oportuna "ayuda de los emprendedores" en perjuicio de la ciudadan铆a. 

Los reglamentos de zonificaci贸n no se cumplen y tampoco existe la voluntad pol铆tica de hacerlos cumplir.
Y propon铆a una decidida intervenci贸n de la administraci贸n municipal en ejercicio del principio de autoridad y el poder de polic铆a tendientes a la recuperaci贸n, conservaci贸n y mejoramiento de esos espacios, en beneficio de la comunidad, estableciendo un orden de prioridades apoyado por los resultados de las consultas sociales. 

Quiero terminar con una reflexi贸n de Jordi Borja (reconocido urbanista catal谩n) que dice: “Actualmente el car谩cter especulativo del capitalismo financiero cuya l贸gica cortoplacista es producir dinero por medio de dinero, degrada y miserabiliza el espacio p煤blico y a la larga conlleva la progresiva disoluci贸n de la misma como el 谩mbito m谩s real de la democracia.” 

“Los urbanistas deben ser tambi茅n voces cr铆ticas, que denuncien los muros que cierran calles y barrios, la privatizaci贸n de los espacios p煤blicos y la exclusi贸n de colectivos sociales. Y no ser c贸mplices de operaciones que proponen rehabilitaci贸n de zonas deficitarias pero que persiguen expulsar a una poblaci贸n para que ocupen el lugar colectivos m谩s solventes.” 

“Lamentablemente los urbanistas en su mayor铆a no se plantean estas cuestiones, unos por af谩n de lucrarse en las operaciones perversas citadas, la mayor铆a por no haber tenido una formaci贸n m谩s integral, que combine el dise帽o formal y los efectos sociales, la cualificaci贸n del entorno urbano con el sentido que ello tengo para la ciudadan铆a, la funcionalidad urban铆stica con la expresi贸n pol铆tica. El urbanismo no puede olvidar que no es solamente una t茅cnica y un arte, es tambi茅n un instrumento de intervenci贸n social y un ejercicio de responsabilidad pol铆tica.” 

Los dejo para que lo piensen y me despido hasta la pr贸xima Aguafuertes.





ARCHIVOS

Mostrar m谩s


OTRA INFORMACI脫N ES POSIBLE

Informaci贸n internacional, derechos humanos, cultura, minor铆as, mujer, infancia, ecolog铆a, ciencia y comunicaci贸n

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de Espa帽a bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra informaci贸n es posible