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Argentina. Una sociedad rural cada vez más ligada al macrismo

Exposición de Palermo, repetitiva en su libreto neoliberal-conservado

OPINIÓN de Emilio Marín, Argentina.- Ayer culminó la Exposición Rural de Palermo y el sábado 26 fue el discurso del presidente de la SRA. Como sus predecesores en el cargo, Etchevehere cargó las tintas a favor de los negocios del sector en detrimento de las demandas populares.

Esta vez la 128° Exposición Rural de Palermo duró dos días menos que los acostumbrados. Fueron once en vez de trece y los organizadores alegaron el objetivo de bajar los costos. Quizás también querían sugerir que ese “ajuste” tenía que ver con la responsabilidad del gobierno nacional. Como si los costos de cada uno de los stands para los casi medio millar de empresas y 2.000 expositores fueran determinados por Cristina Fernández de Kirchner o el ministerio de Agricultura de Carlos Casamiquela.

A propósito de la parte organizativa, es bastante enrevesada pues se inauguró el 17 de julio con el tradicional corte de cintas, copada casi en forma total por Mauricio Macri y dirigentes del PRO. Luego siguió hasta que recién el 26 de julio se la dio oficialmente comenzada con el discurso del titular ruralista. Al día siguiente, 27, se bajó el telón. Si esto fuera organizado por el gobierno, seguro que “Gaceta Ganadera” (léase “La Nación”) diría que es contradictorio y poco comprensible “para la gente”.

Ya no llegó primero un toro bautizado “Cleto” como en 2008, en homenaje al vicepresidente Julio Cleto Cobos, que había proporcionado a los aliados de la Mesa de Enlace una memorable victoria sobre la resolución 125. Esta vez una vaca, “Dulcinea”, fue la primera en bajar y Etchevehere dijo que había que contemplar “cuestiones de género”.

En vez de hacer chistes sobre la femineidad, el hacendado entrerriano debería autocriticar los números machistas de su entidad, puesto que sobre 20 directores y 28 vocales titulares y suplentes, 48 dirigentes, sólo hay dos mujeres: Alicia María Fregonese de Marcuard y María Adela Nores Bodereau. Un ridículo 4 por ciento...

Al margen del sexo de la cúpula rural y de los 4.500 ejemplares de las razas ovina, caprina, equina, etc, lo que más importaba para los dueños de la muestra eran los negocios y la cuestión política.

Tiren contra “la yegua”

El casi medio millar de stands de empresas y expositores tuvo un nivel similar de consultas al del año pasado, con una caída de las ventas reales. Claro que este declive no debe ser tomado como algo absoluto, porque en maquinaria agrícola también debe sumarse las ventas de Expoagro, propiedad de Clarín y “La Nación”. La de este año se hizo en marzo en Ramallo, Buenos Aires, y si se suman las operaciones de uno y otro evento es posible que el panorama pesimista ventilado en Palermo no sea tal.

También se quiere explicar parte de los números no tan florecientes en que el gobierno nacional no puso stand, como si esta ausencia tuviera algo que ver con los resultados. En todo caso, sí estuvo, como siempre, la provincia de Buenos Aires conducida por un amigo de la casa, Daniel Scioli, con su representación oficial, la del Banco Provincia, etc.

El año anterior la estadística aseguró que la muestra había tenido una asistencia de 800.000 personas. Este año, al menos hasta el momento, el cronista no pudo encontrar cuál había sido la concurrencia. Como duró dos días menos, puede que no haya sido alcanzado aquella cifra. ¿De quién es la culpa? El actor Max de Lupi en su diálogo con una compinche tan bruta y cacerolera como su personaje, siempre termina contestando ese interrogante con un “la culpa es de la yegua”. Ya se sabe refiriéndose a quién.

Habrá que aguardar los números finales que proporcione Claudio Dowdall, director general de “La Rural predio ferial de Palermo”. A los fines de la recaudación, todo sirve. Desde la compra de una cosechadora o tractor, hasta la parte de las diversiones y comidas a las que apuntan con la fecha elegida, que coincide con las vacaciones escolares de invierno en la Capital. Está todo fríamente calculado por los señores que tienen por lema “Cultivar el suelo es servir a la Patria”.

En esas ganancias irán a medias los ruralistas que usurpan el predio gracias a Menem-Cavallo, que se lo vendieron a a un precio vil que nunca pagaron del todo, más sus socios de esa empresa donde tallan, entre otros, Francisco de Narváez. La justicia al servicio de las corporaciones les dio cautelares suficientes como para trabar el intento legal del Estado de recuperar esos terrenos tan valiosos.

¿Revanchista yo?

El mensaje de Etchevehere en la inauguración como en su discurso del sábado 26, se destacó por su furioso contenido antigubernamental. A los once años transcurridos los llamó la “década degradada”, con una enumeración de los costados negativos. Como buen político no se privó de sumar a esa lista aspectos que pueden ser achacados al gobierno con otros que tienen que ver con los propietarios y especuladores que él representa, más las sequías e inundaciones, que corresponden a la naturaleza y no a la política.

Por ejemplo, la caída en la producción de trigo del año pasado, ¿tiene o no que ver con esos problemas climáticos? Y además, ¿se relaciona o no con la opción de los productores -acicateados por la Mesa de Enlace y Monsanto- por un monocultivo de soja que les da mayores dividendos?

La caída de empleos y el cierre de frigoríficos y tambos, ¿es algo absolutamente diferenciado del fenómeno de sojización, que gana tierras en detrimento de la cría de ganado para la producción de carne y leche?

Y si de carnes se trata, algunos de los resultados negativos en exportación, ¿no tienen punto en común con el cierre de mercados en Europa y Estados Unidos, que denunciaron a Argentina en la Organización Mundial de Comercio?

Un dirigente de una entidad “social”, supuestamente no partidaria, debería tener una óptica amplia y objetiva. Etchevehere podría cuestionar algunas retenciones, como la de la soja, pero valorar otras medidas positivas. No. El hacendado no rescata nada favorable en once años. Todo Negativo. Igual que TN y Clarín. Ni Asignación Universal por Hijo ni las demandas argentinas por Malvinas ni menos aún la defensa del país frente a los fondos buitres.

“El fallo condena a la Argentina a pagar y si no se paga sería negativo para el país; estamos a horas de caer en un default que nos parece bastante negativo para el país”, declaró el ruralista.

Su sector siempre acusa al gobierno nacional de ser “revanchista con el campo”, pero la muestra comenzó el 17 de julio, justo el aniversario del “voto no positivo”. Y Etchevehere lo recordó y lo festejó, junto con la “invicta” Mesa de Enlace.

Amigos son los amigos

Como sus antecesores Pereda, Alchourrón, Crotto, Miguens y Biolcati, el titular de la SRA clamó por anular las retenciones y bajar el gasto público que explicó como determinado por “el populismo y la corrupción”. Pidió garantizar la “seguridad jurídica” para atraer inversores e incrementar las cosechas hasta 160 millones de toneladas.

Junto con ese programa oligárquico propio de la entidad fundada en 1866 por José T. Martínez de Hoz, lo suyo tuvo un sentido ultra opositor. Exigió la unidad de la oposición para un nuevo ciclo a partir de 2015, aunque el palco desmentía tal unificación. Es que fuera de Macri y el radical Ernesto Sanz, el resto de los presidenciables de la derecha había pegado el faltazo. En los días previos estuvo Sergio Massa, elogiando al campo como que es un Fórmula-1 pero al que hay que ponerlo en pista. ¿El gobierno lo había dejado en boxes?

Sería un error del gobierno creer que sólo lo estaba criticando la SRA. El 26 de julio se mostraron allí Héctor Méndez, José Urtubey y Daniel Funes de Rioja, de la Unión Industrial Argentina (UIA). Aplaudían Jaime Campos (AEA), Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio), Claudio Cesario (Asociación de Bancos de la Argentina), Miguel Blanco (IDEA), Carlos de la Vega (Cámara de Comercio), Carlos Wagner (Cámara de Construcción), Diego Pérez Santisteban (Cámara de Importadores) y Enrique Mantilla (Cámara de Exportadores).

La lista representa el establisment a enfrentar, que no se agota en la Rural ni Clarín. Da la idea del tipo de programa antimonopólico que se necesita y de las fuerzas sociales a movilizar para no perecer en el intento.

De todo el arco ruralista el más afín es Macri. Declaró: “hay que liberar absolutamente las retenciones a los productos que se exportan y con la soja habrá que hacer una reducción paulatina”. La coincidencia del PRO está reforzada por la pertenencia a ese partido del hermano de Etchevehere y el ex titular rural, Luciano Miguens.

“Gaceta Ganadera” informó el 25 de julio la declaración patrimonial del jefe de gobierno: “declaró un patrimonio de $ 51 millones y más de US$ 3 millones. Préstamos por casi $ 19 millones, inversiones forestales y acciones en sociedades agropecuarias son los puntos más destacados de la presentación realizada por Macri”. Agregaba: “el 80% de su capital está invertido en sociedades agropecuarias; tiene campos para actividades agrarias y ganaderas en Buenos Aires y Entre Ríos. Sin embargo, el líder de Pro no detalló en qué empresas participa”.

Macri y la Sociedad Rural tienen en común la ideología conservadora, que justifica la explotación de trabajo semi esclavo. Sus vínculos políticos están soldados por la pertenencia a la misma clase de grandes propietarios de tierra.




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