OPINI脫N de Bruno Peron Loureiro.- El programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) anunci贸 que Brasil mejor贸 un poco su colocaci贸n en el 脥ndice de Desarrollo Humano (IDH) y se sit煤a ahora en el 79潞 lugar. La mejora de esta posici贸n se debe a algunos avances en indicadores econ贸micos y sociales brasileros, pero tambi茅n en el cambio de m茅todo de la Organizaci贸n de las Naciones Unidas (ONU) para evaluar el desarrollo de 187 pa铆ses. Vale recordar que el PNUD hab铆a clasificado a Brasil en el puesto 85 en 2013.
El IDH se calcula a trav茅s de tres par谩metros: escolaridad (tiempo que se pasa en la escuela), expectativa de vida y renta individual (que se calculan como una media). La ONU, luego de haber aplicado sus par谩metros en 2014 calcul贸 que los brasileros viven una media de 73,9 a帽os, estudian durante 7,2 a帽os y ganan U$ 14.275.- por a帽o. Mientras tanto, cr铆ticos de este m茅todo consideran que Brasil sufrir铆a un retroceso de un tercio de su IDH si fuesen consideradas sus desigualdades econ贸micas y sociales, ya que estos n煤meros reflejan solo una media nacional.
Enfatizo que el IDH brasilero est谩 por debajo de otros pa铆ses sudamericanos: Venezuela (67潞), Chile (41潞), Argentina (49潞) y Uruguay (50潞). Todav铆a el PNUD considera que apenas cinco pa铆ses nuestroamericanos mejoraron su posici贸n de IDH, Panam谩, Surinam, Chile, Brasil y Uruguay. Medidas de desarrollo como las del PNUD nos ayudan a pensar sobre las divisiones que manchan a Brasil y perturban la interacci贸n arm贸nica entre los sectores de arriba y los de abajo.
No es suficiente con que Brasil bata sus records de exportaci贸n (como el de la soya, que congestiona los puertos) y sea una estimulador de inversores (algunos nacionales y muchos extranjeros) mientras su poblaci贸n vive realidades divergentes. De esta forma no solo digo que Brasil es un pa铆s desigual, est谩 dividido econ贸mica, ideol贸gica y socialmente.
A煤n con sus divisiones internas, el pa铆s marca un IDH de 79潞 lugar. Mientras tanto este 铆ndice podr铆a ser mucho m谩s alto o mucho m谩s bajo en funci贸n del grupo poblacional que se considere. Por eso, hay personas que est谩n siempre dispuestas a comprar las novedades que importamos (principalmente en comunicaci贸n) mientras otras apenas sue帽an en tenerlas y otras caen en la criminalidad y se atreven a perturbar el sosiego de quienes las pueden tener.
Adem谩s de esto, Brasil es imaginado en forma diferente por cada brasilero. Para decirlo de una manera sencilla, hay aquellos que depositan toda su confianza en el Estado como un padrastro de m煤ltiples tetas, mientras otros apuestan al mercado y su potencial de negocios. Esta disidencia repercute en los candidatos favoritos a la Presidencia y en la aptitud que ellos tienen de aparentar ser tan diferentes.
En este momento Brasil necesita corregir los rumbos de sus peque帽os que crecen sin estudios, oyen peleas familiares y conviven con la escasez en su hogar. Por eso, aquellos que critican los programas de transferencia de renta (como la Bolsa Familia) deber铆an colocarse en el lugar de quien llora por recursos para comprar materiales escolares y alimentos industrializados.
¡Pena que dan aquellos que no aprovechan bien este incentivo tan merecido! No deber铆an desperdiciar las oportunidades m铆nimas que aparecen y correr el riesgo de perpetuar la escasez en sus familias. Peores son aquellos que se desestimulan del trabajo dignificante. Muchos prefieren tramar estafas (por ejemplo intervenciones telef贸nicas o cartas fraudulentas para obtener datos personales) y robos (como el de la f谩brica de Samsumg en Campinas en julio de 2014) a construir una vida inicialmente ardua, pero m谩s claramente justa y luego m谩s recompensadora.
Es preciso colocar de la forma m谩s r谩pida posible a los l铆deres del Brasil alrededor de la mesa a fin de retomar las discusiones sobre su desarrollo y sus desigualdades inhibidoras. En esta reuni贸n no deber谩 haber preconceptos, ya que comediantes y jugadores de f煤tbol han sido diputados m谩s inspiradores y serios que muchos pol铆ticos de carrera en el Congreso Nacional.
La mala posici贸n de Brasil en el IDH sugiere que la sociedad se articule r谩pidamente para reinventar los rumbos de sus medio-ciudadanos. A mi modo de ver el dinero p煤blico tiene que invertirse sobre todo en la educaci贸n de los ni帽os y en el est铆mulo al trabajo emprendedor.
De esta forma, es preciso que entren riquezas a Brasil, que cambie la mentalidad de sus trabajadores y que se cultive una interacci贸n ciudadana y complementaria entre las personas. Mientras tanto Brasil es un gigante de rodillas, grande pero sujeto a peque帽ez.
Lector, nuestro trabajo por Brasil apenas comienza, despierte su conciencia antes de dar vuelta esta p谩gina.
http://www.brunoperon.com.br