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La reforma electoral del cacique Mariano

OPINI脫N de Rafael Garc铆a Almaz谩n/ Kabila.- ¿Cu谩ntas veces no habr茅 pedido yo desde mi Kabila, una reforma electoral? Muchos hemos sido los que nos hemos quejado de la injusta ley electoral espa帽ola. Y no s贸lo desde peque帽os partidos y ciudadanos particulares, recuerdo muy bien que a petici贸n del gobierno, hace cinco a帽os, el Consejo de Estado se pronunci贸 a favor de una reforma, y, c贸mo suele ocurrir, desde las mayor铆as parlamentarias no le hicieron ni puto caso (aqu铆 habr铆a que dejar para otra ocasi贸n la cr铆tica a esta instituci贸n. En definitiva, otro cementerio de elefantes, para los dos grandes partidos, que no sirve para nada, salvo para colocar a los ex).

En aquel momento era el PSOE quien gobernaba y dej贸 pasar ese dictamen sin pena ni gloria, a pesar de que era interesante y hac铆a que la ley electoral fuera m谩s democr谩tica y se aproximara m谩s a lo que es la esencia de la democracia: “un hombre, un voto”. Y de que hab铆a grupos minoritarios, entre otros IU, que la hubieran apoyado.

Pues bien, ahora que los peperos han visto las orejas al lobo con las elecciones europeas, y por mucho que digan que los resultados de esas elecciones no tienen que ver con las dem谩s, se les ha soltado el vientre y para curarse pretenden hacer un reforma que no quiere nadie m谩s que ellos, y que les vuelve a enfrentar con todos los dem谩s grupos parlamentarios, haciendo valer de nuevo ese rodillo parlamentario que tan bien saben utilizar.

Est谩 claro que la tendencia electoral es a una disminuci贸n palpable del bipartidismo y por lo tanto obtener mayor铆as absolutas ser谩 m谩s dif铆cil. Y es ah铆 donde les puede el canguelo. Ellos no quieren permitir perder poder y una forma de evitarlo es hacer esta reforma electoral: que el alcalde sea el cabeza de lista del grupo m谩s votado. De esta forma, con mayor铆as minoritarias –que hoy son mayoritarias, pero que saben que no volver谩n a producirse-- podr铆an conservar muchas alcald铆as que perder铆an si otros grupos se unen para elegir el alcalde, es el caso de ciudades importantes como Madrid y Valencia, entre otras.

Esa es su preocupaci贸n. Y como caciques que son utilizan todos los resortes para hacer cacicadas que son, seg煤n el DRAE: acciones arbitrarias propias de una persona que ejerce un poder abusivo. Y eso es lo que hacen: abusar del poder. Buscan sustituir un poder colegiado por los concejales por uno presidencialista, donde el alcalde –el suyo, al poder ser—sea quien tome personalmente las grandes decisiones.

Les importa un pito que un grupo peque帽o necesite diez veces m谩s votos, en las elecciones generales, que uno grande para obtener un esca帽o. Les importa un pimiento que la ley D’Hondt sea injusta y perjudique a los peque帽os partidos. Les trae al pairo que se utilice, en la ley electoral de las generales, la provincia como circunscripci贸n electoral, en vez de las CC.AA. o todo el Estado, cuando hoy no son sino meras unidades administrativas. No quieren hacer una reforma m谩s democr谩tica, sino m谩s totalitaria. En Madrid, por ejemplo, podr铆a gobernar un alcalde con un 32% de los votos y contra el 68% restante, ¿es esto democr谩tico?

En resumen, este reforma electoral que quieren llevar a cabo contra viento y marea y con la oposici贸n de todos los dem谩s grupos, no es sino un acto caciquil, un pucherazo electoral en toda regla, porque cambia, unilateralmente, las condiciones de juego nueve meses antes del partido y sin consensuar con nadie.

No queda otra que combatir esta medida. El PP tiene la ventaja al tener acogidos dentro de su arco ideol贸gico a toda la derecha, desde puros franquistas a liberales, pasando por democristianos y otros grupos conservadores, sin embargo, la izquierda se presenta dividida y eso hay que intentar arreglarlo uni茅ndose en la medida de los posible.

Hay que ponerse las pilas desde la izquierda y evitar de cualquier forma que esta reforma se lleve a cabo, utilizando todas las armas democr谩ticas posibles, bien pol铆ticas, sociales, judiciales o electorales. Todos los dem谩s partidos han de hacer un frente democr谩tico contra esta medida absolutista.

Y no se lo pierdan todo esto, bajo la excusa de “regenerar nuestra democracia”, dentro del m谩s puro esp铆ritu mariano, el esp铆ritu pinochista, el de la mentira constante, –¡tendr谩 jeta!--. Porque no hace tanto el mismo Rajoy hab铆a dicho textualmente: "Yo nunca modificar茅 la ley electoral por mayor铆a". Y ah铆 le tienen, mintiendo como un bellaco, ri茅ndose de los ciudadanos, y sigue sin dimitir.

Estos peperos no quieren perder ni un sill贸n y har谩n todo lo inimaginable para conseguirlo. Ya empez贸 la Cospedal con disminuir el n煤mero de parlamentarios y quitarle los sueldos en Castilla-La Mancha, dejando as铆 la posibilidad de ser diputado s贸lo a los que puedan permit铆rselo econ贸micamente.

No hay mas, y es que cuando he anunciado en muchas ocasiones que los recortes de la era Rajoy no son s贸lo econ贸micos, sino que tambi茅n de derechos, no ha sido en balde, 茅sta es una prueba m谩s. El PP est谩 cambiado el pa铆s para hacer de Espa帽a su pa铆s exclusivamente, dejando condiciones que les permitan jugar con ventaja y tener la sart茅n por el mango, de tal forma que ganar les sea m谩s f谩cil y les haga posible mantenerse en el poder per secula-seculorum. Est谩 en los dem谩s partidos movilizarse para evitarlo, si no habr谩 que lamentarlo.

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