OPINI脫N de Rafael Fernando Navarro.- El ser humano es una pregunta sobre s铆 mismo. Noticia oscura somos y la interrogante para iluminar esa oscuridad nos define como profundidad, hondura, misterio. No somos, vamos siendo. La empresa de ser hombre, dec铆a La铆n Entralgo. El hombre no es un dato, sino un quehacer siempre inacabado, un peregrino de s铆 mismo caminando hacia el llegar a ser.
Tambi茅n la historia, esa tarea humana, cuyo fin y finalidad se nos oculta, se pregunta por su devenir. Buscamos una luz, una verdad, una cosmogon铆a que responda a la eterna pregunta: qui茅n somos, qu茅 hacemos aqu铆, hacia d贸nde vamos. Y las filosof铆as, y sobre todo las religiones, est谩n ah铆 empe帽adas en prefabricar respuestas. Y nos ponen delante, promesas que implican el m谩s all谩 como elemento definitorio. Pero los humanos planteamos nuestras interrogantes aqu铆 y ahora y necesitamos respuestas aqu铆 y ahora. Todo aplazamiento a un cielo bondadoso o un infierno purificante nos deja absolutamente insatisfechos. El hambre no se sacia con plumas de 谩ngeles, sino con pan. Y el pan se amasa en justicia y no en caridad diferida y premiada en el otro mundo.
La palabra crisis tal vez sea estad铆sticamente la m谩s nombrada. Hay un pudor parad贸jicamente desvergonzado que evita el t茅rmino estafa. Los partidos pol铆ticos se autosatisfacen con soluciones de cuidados paliativos porque en el fondo ni creen ni desean la recuperaci贸n del enfermo. Por el contrario, la agon铆a del paciente les proporciona la oportunidad de cifrar en su llegada al poder la curaci贸n de los males. En el fondo son religiones laicas que cifran en su llegada al dominio la soluci贸n de los males. Son las plumas laicas de unos 谩ngeles residentes en la Moncloa. Y la ciudadan铆a va perdiendo la fe en quien le promete una sopa caliente, pero a cambio del voto que encender谩 el fuego para que el avecr茅m le d茅 gusto. Es un trueque, un comercio, en el que sabemos que se vende el producto al mejor postor y que el comprador es quien decide a la fuerza y de facto: la econom铆a.
En la calle estamos. Sin armas. Sin piedras para cargar la honda que hiera a Goliat. Exigiendo una dignidad que s贸lo nos ser谩 restituida si somos capaces de llevar a cabo una revoluci贸n de preguntas sin permitir la evasi贸n como respuesta.
Si la crisis no afecta a todos, es realmente una crisis? Por qu茅 en el reparto de la crisis a unos les toca el hambre y a otros multiplicar sus beneficios econ贸micos? Por qu茅 como consecuencia de la cris los bancos se lucran con millones y los pobres son desahuciados de sus casas por esos mismos bancos? Por qu茅 la enfermedad que arruina mi salud se ha convertido en mercanc铆a que enriquece la sanidad privada? ¿Por qu茅 mis suspensos universitarios me lanzan a la vendimia francesa mientras otros pueden dilatar la titulaci贸n ad infinitum? Por qu茅 hay ni帽os, muchos ni帽os, que pasan hambre mientras otros veranean en yates de lujo? Por qu茅 se abre y se dilata el abismo que separa a unos de otros? Por qu茅 unos son m谩s ricos a costa de que otros sean m谩s pobres? Por qu茅 el patr贸n de la gran empresa tiene el poder de dejarme sin trabajo, tal vez por el mal humor que le produjo el dolor de cabeza de su querida la noche anterior? Por qu茅 se excluye del derecho a la salud a los inmigrantes que no tienen papeles y su vida depende de una cartulina? Por qu茅 la pensi贸n de quinientos euros tiene que dar de comer a diez integrantes de familia? Por qu茅 esa urgencia de comedores sociales para paliar el hambre conscientemente producida por el capital? Por qu茅 el chantaje salarial que obliga a trabajar doce horas por cuatrocientos euros mensuales. argumentando que los parados tienen que estar satisfechos de que la esclavitud est茅 maquillada de creaci贸n de empleo? Por qu茅 el parado debe irse a Laponia en peregrinaci贸n mientras otros van al Caribe en avi贸n privado? Por qu茅 se le deniega una ayuda de unos pocos euros al sin trabajo no vaya a ser que se lo gaste en vino? Porqu茅 unos pocos tienen derecho al Vega Sicilia y a otros se les niega en Don Sim贸n de cart贸n plastificado? Por qu茅 todo lo que hemos cotizado para la enfermedad, la vejez, el paro se nos arrebata para que otros disfruten de jubilaciones millonarias? Por qu茅 se es demasiado joven para el primer trabajo y demasiado viejo para el 煤ltimo? C贸mo se puede decir que todo ha cambiado para que funcione como nunca el estado de bienestar y que se ha dado amparo sobre todo a los m谩s necesitados? C贸mo se puede mentir sin consecuencias?
Sin balas, sin armas qu铆micas, sin agresiones. S贸lo con la fuerza de la raz贸n, deber铆amos exigir respuestas a tantas y tantas preguntas que no caben en un art铆culo.
A lo mejor as铆 instauramos la revoluci贸n de la palabra convertida en pregunta. Tal vez otro mundo sea posible si creemos en las preguntas, si hacemos de ellas la revoluci贸n m谩s hermosa de la historia.