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El secuestro del Agua en Chile

OPINI脫N de Aldo Torres Baeza, Chile.- De agua venimos, y de agua somos. Agua en el cerebro, vertiginoso oc茅ano que forja las rutas para los barquitos del pensamiento y la imaginaci贸n. La vida emergi贸 de los oc茅anos y del 煤tero los cuerpos que la animan. Agua en las l谩grimas y agua en las c茅lulas; cuerpos qu铆micamente hermanos del mar. Somos agua que piensa, agua que r铆e, y agua que transita por el mundo. “La vida es agua organizada”, dec铆a Jacques Costeau. No nos ba帽amos dos veces en el mismo rio, dijo Her谩clito, comparando el fluir de la vida con el fluir del agua. Todo fluye, sobre todo el agua. El filosofo Jordi Pigem, escribe: “El agua que hoy se evapora cae como lluvia en otro lugar en unos diez d铆as, en un ciclo que cada tres milenios hace circular por la atm贸sfera un volumen de agua equivalente al de todos los oc茅anos. El agua circula y tiende a lo circular: la gota quiere ser esf茅rica, el estanque responde a la piedra con ondas conc茅ntricas, los remolinos fluyen en espiral, los meandros, calas, bah铆as y golfos labran curvas y semic铆rculos”. El agua nos concede la vida y nos une. Ser铆a imposible concebir la cultura china sin el R铆o Amarillo y el Yangts茅, o imaginar a la cultura 铆ndica sin el Indo y el Ganges, Mesopotamia sin los r铆os que la abrazaban, Egipto sin el Nilo o Grecia sin el Egeo. Sin agua nada nace, solo habr铆a tierra seca, el desierto de Nietzsche colapsar铆a las puertas, los cielos no regalar铆an arcoiris y las plantas sus frutos.

Sin embargo, el agua tambi茅n ha sido secuestrada por cuatreros que la secan, tipos que s贸lo les interesa el agua en la liquidez del capital y en el sello de agua de los billetes. Las guerras por el agua ya est谩n ocurriendo. Autenticas guerras de conquista, de colonos y colonizados. Pero la versi贸n nueva del conquistador no dispara flechas, no lanza bombas, ni utiliza fusiles. El proceso es m谩s silenciosos, m谩s sutil. Transitan como civiles estos filibusteros internacionales que exigen privatizaci贸n o muerte.

A Chile ya arribaron, hace ya hartos a帽os, con la pata de palo y el loro al hombro. Hoy, chupan agua hasta secar la tierra, contaminan, envenenan, privatizan. Cuando ya nada queda, se marchan a atarle la soga al cuello a nuevos territorios. Todo justificado por el actual marco legal e institucional que rige el uso y manejo de los recursos h铆dricos en Chile, declarado en la Constituci贸n pol铆tica (o apol铆tica) de 1980,y luego detallado en el C贸digo de Aguas de 1981. Es decir: en una Constituci贸n amasada en los hornos del a dictadura, atravesada por los principios del neoliberalismo m谩s fundamentalista del mundo. Sobre el agua, el art铆culo 5° del C贸digo, dice: “bien nacional de uso p煤blico y se otorga a los particulares el derecho de aprovechamiento de ella. Repito: “¡se otorga a los particulares el derecho de aprovechamiento de ella!”. Esto quiere decir que su manejo, como todo en Chile, queda sujeto a las leyes del mercado, tierra f茅rtil para los especuladores de la vida. Leonardo da Vinci inici贸 un tratado sobre el agua. Ah铆, afirmaba que el agua es la sangre de la Tierra. La sangre es a nuestro sistema circulatorio lo que el agua es al gran sistema circulatorio de la biosfera. Pero en Chile poseer es m谩s importante que las teor铆as de Da Vinci. Vale preguntarse: ¿Llegar谩 el d铆a en que nos privaticen el agua de la lluvia y el agua en los cuerpos?

En el discurso del 21 de mayo Bachelet declar贸, entre otras cosas, que el agua es un bien de uso p煤blico, y que se realizar铆an modificaciones en el c贸digo agua.

¿Qu茅 pas贸?

¿Todos olvidaron lo dicho el 21 de mayo?

¿Qu茅 pasa con el agua en Chile?

El agua es un derecho, y como derecho, no puede estar en manos de una peque帽a elite. Elite extranjera, por lo dem谩s. En Chile, el 90% de los derechos son propiedad de tres grupos econ贸micos: AES-Gener (estadounidenses), ENDESA (espa帽oles), y Colb煤n (del grupo Matte). A estos grupos econ贸micos no les interesa que el agua sea mucho m谩s que un recurso econ贸mico. Claro est谩, para ellos es una mercanc铆a m谩s, vendible y transable, como quien especula con un autom贸vil. A ellos les importa medio bledo las propiedades m谩s ins贸litas del agua. Del mismo Pigem: “El agua es la sustancia m谩s com煤n en la biosfera y en el organismo humano, pero tambi茅n es la m谩s ins贸lita, con una serie de propiedades 煤nicas («an贸malas» seg煤n los cient铆ficos) sin las cuales la vida ser铆a qu铆mica y f铆sicamente imposible. Cuando el agua se congela se expande y se vuelve menos densa (alcanza su mayor densidad a 4° C); de no ser as铆, el hielo en vez de flotar se hundir铆a y se extender铆a por el fondo marino, dej谩ndolo sin vida. El hielo asombra por sus propiedades deslizantes y por su viscosidad (podemos hacer bolas de nieve pero no bolas de arena). Y cuando se comprime cristaliza en un m铆nimo de doce estructuras (del hielo 1 al hielo 12) con propiedades distintas. El agua tiene puntos de fusi贸n y ebullici贸n ins贸litamente altos, y se calienta y se enfr铆a mucho m谩s lentamente que la mayor铆a de las sustancias conocidas, l铆quidas o s贸lidas. Es altamente corrosiva y lo disuelve casi todo. A nivel molecular est谩 mucho m谩s estructurada que la mayor铆a de los l铆quidos, semejante a un cristal. Los copos de nieve tienen (casi siempre) seis ramificaciones m谩s o menos id茅nticas, pero cada copo tiene un dise帽o distinto: cada nevada es un derroche de creatividad geom茅trica. Otra curiosidad: los ge贸logos empiezan a creer que en el interior de la Tierra, en las estructuras cristalinas del manto, hay enormes cantidades de agua, suficiente como para llenar todos los oc茅anos treinta veces”.

Como experiencia, quiz谩s resulte necesario saber que a fines de octubre del 2004, un plebiscito decidi贸 el destino del agua en Uruguay. La poblaci贸n vot贸 a favor de considerar al agua un derecho p煤blico. .A ver si alg煤n d铆a dejamos de imitar la construcci贸n de malls y nos da por imitar este tipo de cosas. A ver si nos contagiamos un poquito de esa dignidad charr煤a, y comenzamos a considerar a la democracia como un fin, no como un medio, que vaya m谩s all谩 de elegir a rostros sonrientes que adornan la ciudad cada cierto tiempo. A ver si alg煤n d铆a valoramos el sentido y la importancia de lo p煤blico. En fin, a ver si alg煤n d铆a consideraremos que el derecho a la vida es m谩s importante que el derecho a la propiedad privada.

aldotorresbaeza@gmail.com

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