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Anestesia

OPINI脫N de Rafael Fernando Navarro.- Hay sentencias que huelen a anestesia. Como huelen los quir贸fanos a carne abierta, a herida programada, a sangre brotada con equilibrio para que la vida no se pierda por las calles de batas verdes. Debi贸 ser terrible en otros tiempos, cuando el manco de Lepanto, cuando a Ignacio de Loyola le amputaron creo recordar que una pierna, cuando el cuchillo, la sierra, cuando el hueso astillado o la herida infectada. Terrible. Hoy nos meten en el t煤nel de un sue帽o infinito. Nos inyectan un reloj que va descontando minutos de dolor para la muela, para el cr谩neo abierto o la epidural que hace de la criatura que viene una repique de alegr铆a. Hoy tenemos anestesia.

Hay sentencias judiciales que huelen a quir贸fano. Setenta y cinco a帽os pedidos para esos j贸venes que fueron embri贸n del 15-M. La insurrecci贸n esperanzada aparc贸 en la Puerta del Sol y en los soles de muchas plazas espa帽olas. Y aquellos j贸venes crecieron y se multiplicaron. Y se nubl贸 el sol de la democracia y se nos qued贸 en nube pura una transici贸n que fue como pudo ser y un desarrollo del poder que infect贸 la alegr铆a de la libertad. Y la Puerta del Sol se abri贸 a fuerza de fuerza interior, de m煤sculo del alma, de 铆mpetu transformador, exigente.

Y fueron miles de descontentos, de indignados apoyados, empujados, elegidos como representantes del grito que ven铆a de lejos. De hogares con hambre, con paro, con cansancio hist贸rico. Porque el poder est谩 siempre a punto de convertirse en dictadura. Porque los elegidos olvidan a los electores. Porque la memoria arrincona a la mayor铆a absoluta que reside siempre en el pueblo por m谩s que nuestra democracia sea representativa y no asamblearia. Y los elegidos se esconden frecuentemente en ese chiquero para huir de las exigencias de los ciudadanos y tienen miedo a las embestidas de quien reclama estar presente en las decisiones importantes de la sociedad.

Y algunos poderosos reunieron sus insultos y los lanzaron como drones destructores. Total eran un grupo de desarrapados, melenudos, sucios, sin costumbre de ducha. Izquierdistas ultras, amigos de etarras, aniquiladores del sistema democr谩tico, destructores de los valores cristianos propios de los vig铆as de occidente, violentos holgazanes que quer铆an vivir sin trabajar, aprovechados de esquinas para propiciar roces de muslos con ingles, amorfos vividores a los que no hay que darles mayor importancia, a los que hay que evangelizar para llevarles la buena nueva de ideales sublimes como llegar a quebrar un banco, llenar el tarjetero con documentos black para gastar en sujetadores para amantes, en joyas para la novia oculta, en matar elefantes, en bebidas para paladares exquisitos.

Y junto a esa Juventud, los yayoflautas. Floriano, ese talento pol铆tico con pinta de Cesar romano, los mira con la ternura de un nieto que siente desprecio por la mayor铆a de edad cerebral. Y Marhuenda, reptando por las cercan铆as de un Rajoy que ganar谩 las elecciones y Losantos, y el Cascabel de Intereconom铆a, y Cuesta y Merlo…y todo ese cuadro period铆stico infectado de sobres ocultos… Esos j贸venes deben aspirar a ser Camps, Fabra, Correa, Matas y no conformarse con luchar por el bien de los dem谩s. Y los yayoflautas no tienen derecho a quejarse de nada. Les suben un 0,25 sus pensiones, como nunca en la historia de este pa铆s.

Y pasado el tiempo, llegan las sentencias que huelen a quir贸fano. 75 a帽os para esos 14 j贸venes. Por resistencia a la autoridad, como si los ciudadanos no fueran la autoridad suprema de la democracia. Condenados por exigir, por pedir derechos, por auspiciar un giro que tenga en cuenta la voz del pueblo. Por ut贸picos que nunca han aceptado que la utop铆a la tiramos hace tiempo al contenedor de material no reciclable, porque apestaba, porque no se pueden alcanzar los horizontes, porque no vale la pena luchar por una verdad prematura.

75 a帽os de c谩rcel. Se trata de anestesiar. Se trata de ahogar el grito en ese silencio que tanto valora Rajoy. Se trata de tapar la boca con el miedo a 75 a帽os de c谩rcel. Mejor en casa, viendo a Jorge Javier o a Somoano. Preservados del fr铆o del invierno, de la solanera del veranos. En un sof谩. Confiados en que nuestro representantes pol铆ticos pueden rompernos todas la ilusiones porque somos conscientes de que saben los que hacen. Nos pueden dejar sin futuro, sin trabajo, sin vivienda, sin sanidad, sin ense帽anza. Pero tenemos la tranquilidad de que saben qu茅 es lo mejor para el populacho.

El quir贸fano es una advertencia. No somos mancos de Lepanto. Vale la pena la anestesia.

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