Ir al contenido principal

El lado amargo de las golosinas Fiesta

OPINI脫N de Esther Vivas.- Los chupa chups kojaks, las piruletas de coraz贸n, las gominolas de mora, los pica pica Fresquitos, los lolipop… acompa帽aron a muchos de mi generaci贸n de peque帽os al salir de clase, yo en cambio me qued茅 con los sugus y los palotes. Ayer, cuando Fiesta anunciaba el cierre de la compa帽铆a, y la continuidad de sus golosinas quedaba en el aire, algunos hicieron un flashback a su infancia.

A mi, sin embargo, los kojaks, su producto estrella, nunca me dijeron gran cosa, a pesar de que en mi adolescencia las “chuches”, y en concreto las de Fiesta, eran monotema familiar. Mis padres durante m谩s de veinte a帽os trabajaron en la empresa. Con la crisis de los 80, tuvieron que cerrar el puesto de huevos en el Mercado Central de Sabadell y dejar de repartirlos a comercios varios, poniendo punto y final al negocio familiar que hab铆a empezado mi abuelo, siendo uno de los primeros repartidores de huevos de la ciudad. As铆, lo recordaba 茅l con orgullo. El trabajo en Fiesta, como comerciales y repartidores de la marca, fue el mejor trabajo y m谩s estable que encontraron.

De este modo, las “chuches” acompa帽aron muchos a帽os de mi vida, y me dieron, gracias al arduo trabajo de mis padres, de estudiar y comer. No s茅 si tras los art铆culos que hoy escribo denunciando el impacto tan negativo de la comida basura en nuestra salud, donde hay que destacar especialmente las consecuencias del consumo de golosinas con toda su carga de aditivos, colorantes y edulcorantes qu铆micos, que enferman a los m谩s peque帽os, hay alg煤n tipo de raz贸n freudiana. ¡Qui茅n sabe!

Ayer, dichos recuerdos volvieron a la memoria, cuando mi hermano a trav茅s del hilo de whatsapp familiar nos anunciaba el cierre de la compa帽铆a. Mis padres se alegraron. ¿Por qu茅? Desde hace cuatro a帽os ya no trabajan en la empresa, esta les ech贸, neg谩ndose a servirles m谩s producto para su venta, despu茅s de m谩s de veinte trabajando para ellos como aut贸nomos, siendo falsos empleados de la firma: ni indemnizaciones, ni subsidio por desempleo, ni prejubilaci贸n, ni compensaci贸n alguna, de un d铆a para el otro de “patitas en la calle”, mi padre con 61 a帽os y mi madre con 58. La excusa, como siempre en estos casos, la falta de productividad, las pocas ventas… y en definitiva que ya no eran tan j贸venes como anta帽o. Trabajadores, al fin y al cabo, de usar y tirar. En vano fueron los intentos para denunciar la empresa, pues los abogados les dijeron que no hab铆a nada que hacer. As铆 es la impunidad de los “grandes”.

Con la liquidaci贸n ahora de la f谩brica, con su planta en Alcal谩 de Henares, pienso en todos aquellos trabajadores de su plantilla con la soga al cuello, que pueden quedarse sin trabajo si la empresa no es adquirida por otros. De momento, ya han aceptado una reducci贸n de 16 puestos de trabajo, una rebaja del 9% del complemento salarial, la desaparici贸n del transporte colectivo y la reducci贸n a 15 minutos del tiempo para comer. El chantaje de la crisis golpea de nuevo.

No es dulce todo lo que parece. Sin duda alguna, este es su lado m谩s amargo.




ARCHIVOS

Mostrar m谩s


OTRA INFORMACI脫N ES POSIBLE

Informaci贸n internacional, derechos humanos, cultura, minor铆as, mujer, infancia, ecolog铆a, ciencia y comunicaci贸n

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de Espa帽a bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra informaci贸n es posible