OPINI脫N de Ainhoa Muguerza Osborne.- La exclusi贸n social afecta a uno de cada cuatro espa帽oles. Esta cifra supone que cerca de 12 millones de personas en el pa铆s no tienen un acceso digno a un empleo, a una vivienda, a la educaci贸n ni a la sanidad. Son datos que reflejan c贸mo los recortes se comen el Estado de Bienestar y provocan un aumento de las desigualdades sociales.
Organizaciones como C谩ritas y FOESSA denuncian esta realidad en su 煤ltimo informe sobre exclusi贸n y desarrollo social en Espa帽a. Personas como Annie Walteros desesperan ante una situaci贸n que no les protege. Esta joven colombiana relata en eldiario.es c贸mo su padre sufre una enfermedad cr贸nica por la que no recibe ninguna ayuda p煤blica. La reforma sanitaria de 2012 le ha dejado al margen de la cobertura universal por no haber cotizado nunca en Espa帽a aunque vive en el pa铆s de forma regularizada. Ante esta situaci贸n, la organizaci贸n M茅dicos del Mundo ha tenido que facilitarle la bomba de ox铆geno y los cuidados que necesita para poder respirar.
Disfrutar de un trabajo, de una educaci贸n y de una vivienda de calidad tambi茅n son factores que se traducen en una vida digna. Son “derechos y deberes fundamentales de un ciudadano” aseguran desde la European Anti-Poverty Network (EAPN), que agrupa a distintas ONG y a otras organizaciones involucradas en la lucha contra la pobreza y la exclusi贸n social.
Desde 2008 y tras el embiste de la crisis econ贸mica han visto c贸mo su actividad se ha intensificado. “Nosotros nos dedicamos a la incidencia pol铆tica y en los 煤ltimos a帽os hemos aumentado la presi贸n a nivel europeo y estatal para que se promuevan legislaciones y planes en favor de la inclusi贸n social”, sostiene Jon谩s Candalija, responsable de comunicaci贸n de EAPN. Esto conlleva el desarrollo de pol铆ticas en contra de la pobreza, la reserva de fondos para situaciones de emergencia y el apoyo a distintas medidas que pal铆en estas condiciones desfavorables.
La exclusi贸n social afecta a distintos colectivos como inmigrantes, personas con alguna discapacidad, refugiados o gitanos, entre otros. El abanico de quienes se enfrentan a alguna situaci贸n de carencia, dependencia o aislamiento se ha ampliado en los 煤ltimos a帽os por efecto de las pol铆ticas de recortes sociales. Por esta raz贸n, la Federaci贸n de Plataformas Sociales Pinardi, se encarga de ofrecer ayuda a j贸venes, mujeres y familias en riesgo de padecerla. Es el caso de Ewa que lleg贸 a Espa帽a desde Polonia con 12 a帽os. Su madre le insisti贸 para que acudiera a esta entidad en donde le ense帽aron el idioma, le formaron y le dieron herramientas para obtener su primer empleo. Por la misma experiencia pas贸 Abdu, de Mal铆, cuando lleg贸 al pa铆s sin conocer a nadie. Son personas que se integraron en un circuito que les era ajeno y hoy viven con los derechos que el Estado de Bienestar garantiza en teor铆a.
El informe tambi茅n pone de manifiesto c贸mo la privaci贸n social, pol铆tica y econ贸mica puede derivar en situaciones que a铆slen a los individuos del contexto en el que se desarrollan. Cuando los lazos familiares o con el entorno se debilitan, el descr茅dito hacia los gobernantes aumenta y la pobreza irrumpe en un pa铆s, crece el riesgo de padecer este hecho. Las desigualdades entre los ricos y aquellos que tienen lo m铆nimo para vivir, contribuye a esta brecha. En relaci贸n a estas diferencias Interm贸n Oxfam denuncia que si los milmillonarios del mundo diesen el 1,5% de su riqueza, todos los ni帽os podr铆an ir a la escuela.
C谩ritas recuerda que la sociedad en su conjunto puede ayudar a paliar la exclusi贸n de una persona. La confianza, la empat铆a o la escucha son elementos que reconocen al otro como sujeto. La ayuda no pertenece a nadie en exclusiva, sino que se trata de acompa帽ar a quienes se encuentran en una situaci贸n desfavorable y darles las herramientas para que puedan desenvolverse por s铆 mismos. Detectar y mejorar esta realidad es por tanto posible a nivel pol铆tico e institucional pero tambi茅n personal e individual.