OPINI脫N de Franco Gamboa Rocabado, Bolivia.- En treinta y tres a帽os de democracia (1982-2014), las Fuerzas Armadas (FF.AA.) en Bolivia tienen muchos problemas de institucionalidad. ¿Qu茅 quiere decir esto? Significa que existe un lento proceso mediante el cual las normas y conductas de las instituciones militares reconocen y aceptan las enormes exigencias democr谩ticas en t茅rminos del respeto de derechos y cuidado de la estabilidad pol铆tica a cargo del poder civil.
La llegada de la democracia, luego de turbulentos reg铆menes de facto que duraron alrededor de dieciocho a帽os (1964-1982), hizo posible que la poblaci贸n vuelva a creer en un Estado donde se desarrolle todo tipo de libertades, gracias al establecimiento de la democracia, como la forma m谩s pac铆fica de gobierno. As铆 se puso fin a las largas jornadas de represi贸n, violencia y autoritarismo durante la d茅cada de los setenta.
Con el restablecimiento de un gobierno democr谩tico en el a帽o 1982 por parte del entonces presidente Hern谩n Siles Suazo, que recibi贸 el mando de parte de la junta militar encabezada por el Gral. Vildoso Calder贸n, se trat贸 de implantar los principios democr谩ticos, entre los cuales se pueden citar: la organizaci贸n de elecciones libres legitimadas por el voto universal; el respeto de todo tipo de acciones de oposici贸n frente un gobierno oficial; la defensa de derechos civiles, humanos, pol铆ticos y sociales; junto con la construcci贸n de una opini贸n p煤blica que informe abiertamente sobre el conjunto de los problemas del pa铆s. Sin embargo, el papel de las Fuerzas Armadas fue dejado de lado o arrinconado en la indiferencia, aunque el orden pol铆tico del aparato estatal iba a descansar, necesariamente, en lo que los militares pod铆an hacer como un 煤ltimo recurso para la estabilidad y el control de un nuevo tipo de acciones represivas.
La crisis econ贸mica, la eclosi贸n social y el desequilibrio pol铆tico del primer gobierno democr谩tico en el periodo 1982-1985, dieron lugar a que se abandone muy temprano la posibilidad de reformar a las instituciones militares debido a que surgieron nuevas prioridades como la soluci贸n de la hiperinflaci贸n, los problemas de la pobreza y la permanencia de una mala imagen de los comandantes, relacionada con los golpes de Estado. Siempre destac贸 una falta de profesionalizaci贸n y modernizaci贸n que tanto hac铆a falta en las FF. AA.
Para salvar a la democracia de una descomposici贸n pol铆tica y econ贸mica, se instaur贸 el llamado pacto por la democracia entre el gobierno de V铆ctor Paz Estenssoro (1985-1989) y Acci贸n Democr谩tica Nacionalista (ADN), partido mayor de oposici贸n en ese entonces, logrando as铆 una democracia pactada que luego deriv贸 en la construcci贸n de una fr谩gil institucionalidad y el retorno de viejas estructuras que se caracterizaron el clientelismo y cuoteo pol铆tico. El fortalecimiento institucional de las FF.AA. no pudo consolidarse dentro de un nuevo tipo de Estado democr谩tico.
Durante la administraci贸n del ex presidente Jaime Paz Zamora (1989-1993), varios eventos dom茅sticos e internacionales pusieron en cuesti贸n el rol de los militares bolivianos (por ejemplo, su participaci贸n en los casos de lucha contra el narcotr谩fico y algunos esc谩ndalos de corrupci贸n). En diciembre de 1991 se promulg贸 la Ley Org谩nica de las Fuerzas Armadas, la cual no gener贸 cambios substanciales en el funcionamiento tradicional de la instituci贸n militar. M谩s bien se dio lugar a la incursi贸n de los militares en la lucha contra el narcotr谩fico y, por lo tanto, se debilitaron las funciones constitucionales de defensa externa para concentrar sus labores en el control de narc贸ticos y la reestructuraci贸n del “orden pol铆tico interno”. Esto fue negativo y mostraba, una vez m谩s, la imposibilidad de modernizar institucionalmente a las FF.AA.
Instaurando su base de operaciones en el Chapare cochabambino con la ayuda de la embajada de Estados Unidos, que tutel贸 la intervenci贸n militar en la pol铆tica antinarc贸ticos, el Ej茅rcito (una de las instancias m谩s importantes de las FF.AA.) particip贸 en las tareas de erradicaci贸n de cultivos de coca provocando grandes consecuencias sociales y pol铆ticas. Una de 茅stas fue la estigmatizaci贸n antidemocr谩tica y violenta con la que fue visto el Ej茅rcito por parte de los campesinos cocaleros. La instituci贸n militar volv铆a a convertirse en una amenaza que viola los Derechos Humanos por medio de constantes agresiones armadas.
Los conflictos sociales en Bolivia sufrieron trasformaciones de 铆ndole radical durante el periodo democr谩tico del gobierno de Gonzalo S谩nchez de Lozada (1993-1997). Este gobierno estimul贸 varios conflictos debido a la implantaci贸n de pol铆ticas econ贸micas y sociales de ra铆z neoliberal, provocando movilizaciones sociales. En esta situaci贸n de mayor conflicto, los militares asumen otro rol: reprimir las movilizaciones que se propagaban en el pa铆s y mantener el orden pol铆tico a trav茅s de medidas de facto como el estado de sitio.
Recordemos que las tres reformas consideradas importantes en el gobierno de S谩nchez de Lozada (Ley de Reforma Educativa, Privatizaci贸n y Participaci贸n Popular) fueron aprobadas e implementadas en el a帽o 1993 en medio de un total estado de excepci贸n. As铆 qued贸 claro que las funciones represivas en el 谩mbito interno adquirieron mayor preponderancia, en relaci贸n a otro tipo de institucionalidad para las FF.AA. pues la violencia represora se transform贸 en un recurso de 煤ltima instancia para proteger la legitimidad cuestionada de diferentes gobiernos democr谩ticos. Una contradicci贸n profunda y la se帽al de desinstitucionalizaci贸n en las FF.AA. que fue muy dif铆cil de corregir hasta la actualidad (2014). La imagen militar perdi贸 credibilidad al ser utilizada como instrumento de coerci贸n de los mismos gobiernos democr谩ticos. Esto hace pensar en un retorno a medidas dictatoriales que socavan las relaciones c铆vico-militares en Bolivia.
El gobierno de Hugo Banzer (1997-2000) se vio involucrado en un conflicto de 铆ndole econ贸mica en la ciudad de Cochabamba provocando la movilizaci贸n denominada “Guerra del Agua”, debido a los intentos por privatizar la provisi贸n de los servicios de agua potable. El conflicto se extendi贸 a lo largo del pa铆s en apoyo a la demanda de los cochabambinos.
La presencia militar fue una vez m谩s requerida para mantener el orden, ante la inminente promulgaci贸n del “estado de sitio” que estimular铆a mayor tensi贸n en Cochabamba. La represi贸n gener贸 un centenar de heridos y varios muertos. El resultado inmediato fue una mayor ruptura y desconfianza entre las FF.AA. y la sociedad civil. Esto expresa que los conflictos altamente desestabilizadores, son asumidos por manos no profesionales porque se descart贸 la “negociaci贸n y resoluci贸n alternativa de conflictos”. En el caso de la Guerra del Agua, el conflicto violento fue administrado 煤nicamente por los soldados que hac铆an su servicio militar a lo largo del a帽o. Esto revel贸 una gran letalidad por el grado de inexperiencia y falta de preparaci贸n del personal militar que solamente reprimi贸 sin tratar de retomar el control de los conflictos por medio de pactos democr谩ticos, ligados al respeto de las garant铆as constitucionales.
En el segundo mandato de S谩nchez de Lozada (2002-2003) se evidenciaron dos momentos de tensi贸n social: uno en el mes de febrero de 2003, con la movilizaci贸n de varios sectores de la sociedad civil a la que se sum贸 el amotinamiento de la fuerza p煤blica, derivando en un enfrentamiento con el Ej茅rcito y el saldo lamentable de dos d铆as de represi贸n, 23 muertos y varios heridos.
Un segundo acontecimiento surgi贸 en el mes de octubre del mismo a帽o, cuando se pidi贸 la renuncia inmediata de S谩nchez de Lozada en la denominada “Guerra del Gas”. El saldo negativo de la represi贸n de octubre provoc贸 78 muertos y m谩s de 400 heridos; este clima de violencia provoc贸 el derrocamiento y posterior huida del presidente. El com煤n denominador durante estos momentos conflictivos fue la presencia de las FF.AA., convertidas en un recurso inestable y extremo de represi贸n violenta con graves consecuencias para la democracia y la misma instituci贸n militar.
Posteriores gobiernos como el de Carlos D. Mesa (2003-2005) y Eduardo Rodr铆guez Veltz茅 (2005), tampoco lograron un cambio dentro la instituci贸n militar, pues s贸lo mantuvieron un statu quo sin transformar efectivamente ning煤n 谩rea de las FF.AA. que hasta el d铆a de hoy mantienen ambiguos principios de lealtad hacia la democracia y de muy precaria profesionalizaci贸n, si se compara esta situaci贸n con otras instituciones militares en el 谩mbito latinoamericano.
Con la llegada de un nuevo gobierno en el a帽o 2006, encabezado por Evo Morales Ayma, lo que se intenta es proyectar medidas econ贸micas, sociales y pol铆ticas que beneficien a la sociedad boliviana. Sin embargo, esta pretensi贸n tampoco ha logrado una mayor legitimidad y reconocimiento de autonom铆a institucional para mejorar la relaci贸n entre las FF.AA. y la defensa de la Constituci贸n, o el respeto de la sociedad civil hacia la instituci贸n militar como entidad que defiende la soberan铆a estatal con plena confiabilidad.
Hoy en d铆a, no hay una mayor reforma para identificar un conjunto de nuevos roles militares y una mejor profesionalizaci贸n de las FF.AA. M谩s bien, Evo Morales deleg贸 a 茅stas otras funciones como controlar el contrabando y ser parte de la seguridad p煤blica, lo cual no resuelve su crisis de institucionalidad y agudiza sus problemas de organizaci贸n que afectan, no s贸lo a los militares sino tambi茅n a su misma funcionalidad dentro de un sistema democr谩tico.
Existe un grave d茅ficit de institucionalidad y problemas de modernizaci贸n dentro de las Fuerzas Armadas, concentr谩ndose en el an谩lisis de las condiciones de violencia que se practica en los cuarteles. 脡stos son un escenario pre-moderno y desprovisto de capacidades para reformarse desde adentro. La pregunta central en este caso es: ¿cu谩les son los problemas de institucionalidad que est谩n profundamente enraizados dentro de las Fuerzas Armadas bolivianas? Todos estos repercuten seriamente y generan diferentes escenarios de violencia que destruyen los valores b谩sicos del sistema democr谩tico.
Aqu铆 se afirma como hip贸tesis de trabajo que la carencia de una institucionalidad en las FF.AA. impacta en la aparente instrucci贸n integral que se imparte a los conscriptos en los cuarteles del pa铆s, bajo el nombre de servicio militar obligatorio, generando patrones de autoritarismo violento y determinando una ausencia de adaptaci贸n de la instituci贸n militar a las exigencias de un sistema de derechos democr谩ticos y del nuevo tipo de Estado Plurinacional.
El problema de construcci贸n de institucionalidad dentro las FF.AA., viene desde la instauraci贸n de la democracia en Bolivia, debido a la falta de claridad e inter茅s de los legisladores y militares de alto rango en tratar temas como su modernizaci贸n y formaci贸n profesional, provocando as铆 condiciones de violencia en los cuarteles y en la intervenci贸n de los militares en los momentos de manutenci贸n del orden pol铆tico interno. Estos problemas crean incertidumbre respecto a los principios democr谩ticos que las FF.AA. deben obedecer en Bolivia. La democracia, una vez m谩s, est谩 en constante peligro.