Ir al contenido principal

¿No deberían “pedir perdón” los votantes del PP?

OPINIÓN de Rosa María Artal.- Emprendida la senda de las peticiones de perdón –tan falsa como ellos mismos-, no estaría de más que se sumaran los votantes del PP y nos pidieran excusas al resto de los españoles por habernos clavado a semejante gente en el poder. En un país serio, los políticos no piden perdón, afrontan sus responsabilidades. No somos una familia, sino una sociedad civilizada. Pero a los votantes sí podría exigírseles un gesto de ese tipo. La prensa conservadora –tan cómplice de lo que ocurre- ahora anda espabilando y al menos critica algo la corrupción del PP y hasta informa de lo que está pasando.

Es inaudito que semejante disloque no haya saltado por los aires antes. Muchos lo advertimos. Algunos, para ser exactos, mientras la gran prensa les hacía el juego. No falta un detalle. Los “púnicos” con Francisco Granados, chulito de las tertulias, a la cabeza, están siendo investigados por haberse puesto las botas a comisiones de contratos públicos que podían gestionar al tener mano en la Administración. Elmodus operandi del PP y su caja B, según el juez, por otro lado. Pero, además, escenificaban hasta ayer la España franquista de “La Escopeta nacional” como si no hubiera pasado el tiempo. Cacerías con juego, alcohol y prostitución (mira por dónde lo que ha “subido” medio punto la economía española). Muchos de estos saraos se hacían en Toledo. Ese lugar donde reina Cospedal habilitando cotos de caza sin ir más lejos. Qué casualidad.

El gran José María Aznar entre tanto, negociaba sustanciosos contratos con el dictador Gadafi mientras concedía premios a la democracia. Ignacio Escolar, director de eldiario.es que ha publicado la exclusiva lo resume aquí y yo destaco este párrafo resumen:

“La información que hemos publicado hasta ahora sobre Aznar y Gadafi no implica ninguna ilegalidad; no le hemos acusado de ningún delito. Pero sí es una tremenda inmoralidad. La de un hipócrita, patriota del dinero como único ideal. La de un cínico, que usó recursos públicos –su oficina de expresidente y a un funcionario que pagamos entre todos– para sus negocios personales, y que encima da lecciones de rectitud y ejemplaridad a los demás. La de un impresentable, que reparte diplomas de demócrata –y que nos embarcó en una guerra ilegal en Irak– mientras trata de “amigo” a un dictador que financió durante décadas el terrorismo internacional”.

Por cierto, otro valor emergente del PP, Pablo Casado, andaba colaborando con Aznar en estos menesteres.

Y para que no nos aburramos de las tarjetas de oro negro de Caja Madrid, se avanza lo que está por llegar: a Fiscalía Anticorrupción analiza ya otras 20 operaciones sospechosas remitidas por el FROB, cuyo monto supera ampliamente los gastos cargados a la entidad por los consejeros en las tarjetas. Serían créditos ventajosísismos para personas de élite y hasta compra de terrenos que tenía Caja Madrid a precios de amigo, casi regalados. La que tenía montada allí esta chusma (parece que más, bajo la dirección de Blesa, a la sazón el que subió de la mano de Aznar) es de escándalo.

Y, mientras, España lidera el aumento de la desigualdad en Europa y es el país más desigual tras Letonia. Tres informes atestiguan esa realidad, terrible en todos sus datos pormenorizados: 800.000 niños han entrado en la pobreza desde aquel aciago día de Noviembre de 2011. Ése es el resumen de la España de Rajoy, de la España del PP, dedicada a fomentar la riqueza de las ya grandes fortunas a costa de los demás.

Y… de nombrar director de informativos de TVE, la televisión pública estatal, al subdirector y jefe de opinión de La Razón ¿qué me decís?

El tipo, Rajoy, pide perdón -dice- escondido en su escaño, sin admitir preguntas, negando un pleno de verdad sobre el tema, y sin signos de arrepentimiento. No soltaría esas bravatas del “y tú más”. Penoso. Como su colega madrileña que anda de nuevo todos los días chupando cámara. Nuestra amiga Angels Martínez Castells le dedicó un sentido consejo. Sin desperdicio hasta llegar al final en el que vemos en qué quedaron las aspiraciones de ser la Thatcher española.

Por todo ello, lo mínimo es que esos 11 millones de compatriotas que nos metieron a esta peligrosa banda en los órganos de poder, digan algo. Lo del perdón es un decir, a mí no me sirve en ningún caso. Lo deseable es que fueran adónde dejaron sus apoyos y pidieran cuentas. Porque lo que hacen tiene un nombre: cómplices.

Los hay de una cierta lógica. Estos:



Y los hay decididamente… simples:



*http://rosamariaartal.com/




">


ARCHIVOS

Mostrar más


OTRA INFORMACIÓN ES POSIBLE

Información internacional, derechos humanos, cultura, minorías, mujer, infancia, ecología, ciencia y comunicación

El Mercurio Digital (elmercuriodigital.es) se edita bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra información es posible




AI FREE: DIARIO LIBRE DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL