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Podemos, fortalezas, debilidades y contradicciones

OPINI脫N de Carlos Carnicero.- Pablo Iglesias es persona inteligente, con enorme facilidad para generar empat铆as, con un discurso fluido en un universo de pol铆ticos que necesitan un papel para dar los buenos d铆as. Conoce la pol铆tica por su vinculaci贸n a fundaciones que han asesorado a l铆deres latinoamericanos progresistas. Incluso su aspecto de reedici贸n moderna de Jesucristo frente a las masas le proporciona un aura de confianza en su palabra. Su evangelio se reduce al episodio de Cristo echando a los mercaderes del templo. Tiene enormes aliados en la corrupci贸n; si no existiera Miguel Blesa, Pablo Iglesias tendr铆a que fabricarlo. Es su mejor cartel electoral. La desafecci贸n de los ciudadanos frente a las instituciones es el solar donde est谩 edificando su propia maquinaria de poder.

Estoy convencido de que “Podemos” es un fen贸meno populista, dicho sea sin acritud, como diagn贸stico que un polit贸logo como Iglesias no tendr铆a m谩s remedio que suscribir. Predicar en este erial que solo ampara corrupci贸n, ineficacia y falta de esperanza es f谩cil, con la condici贸n de no contrariar a los feligreses.

Su gran fortaleza, como la de todos los populismos, es el hartazgo de los ciudadanos en esta Espa帽a en crisis sist茅mica. Abominar de todo lo que observamos es requisito imprescindible para atraer a los descontentos, que son muchos. Diferencias econ贸micas en expansi贸n favorece el rechazo para quienes est谩n y gobiernan las instituciones. Pero hay m谩s requisitos para el 茅xito: afirmar lo que la mayor铆a quiere o铆r y evitar pronunciarse sobre los asuntos que un pronunciamiento claro generar铆an divisi贸n o rechazo. Hasta ahora ten铆a un blindaje frente a la indefinici贸n de lo controvertido: no formulaba un discurso de poder. Ahora lo ha hecho: quiere ser presidente de Gobierno. Y ese objetivo obliga a presentar propuestas concretas de todos y cada uno de los asuntos graves; ya no vale, a partir de ahora, la indefinici贸n.

Hay videos memorables de Pablo Iglesias, r谩pido con el trueno en la respuesta. Afirm贸 que el Rey debe aguardar lista de espera para sus tratamientos m茅dicos.El daguerrotipo de Urdangar铆n metiendo mano a la caja incita a disfrutar de la imagen imposible del Rey en la cola del ambulatorio. Es un brindis al sol, porque nunca su ministro de sanidad tomar铆a disposiciones para que esa imagen fuera real. Pero como boutade es atractiva, casi incluso para mi.

Preguntado por la coalici贸n de Obama para atacar al Califato, su respuesta es que la violencia no es la soluci贸n; que hay que dialogar con los l铆deres yihadistas que deg眉ellan gentes de centenar en centenar. De tal modo que Iglesias, como corolario, es partidario de hablar y no hacer otra cosa frente a la expansi贸n del Califato. No tiene receta para intentar evitar miles de asesinatos fr铆os en nombre de la fe verdadera. Ahora, la debilidad, una de ellas, de Pablo Iglesias es su confrontaci贸n con la realidad con la obligaci贸n de adelantarnos sus recetas de gobierno.

Hay asignaturas pendientes en el ideario de podemos. No le da mucha bola al feminismo, incluso en declaraciones de sus l铆deres, Podemos no cree que la regulaci贸n progresista del aborto sea una prioridad en Espa帽a.

Pero el gran problema de Iglesias es las contradicciones de su discurso cl谩sico populista con sus actos de partido.

Al final, Iglesias, abominador de la “casta” y de los partidos tradicionales, est谩 a punto de inaugurar su organizaci贸n con estructura cl谩sica de partido y pasar a formar parte de la casta dirigente. Un l铆der, un partido disciplinado y un programa de gobierno para atraerse al centro pol铆tico. Este polit贸logo brillante ha terminado de golpe con el eje pol铆tico izquierda-derecha, como si los privilegios de la casta no estuvieran sustentados en una ideolog铆a profundamente conservadora y en las diferencias econ贸micas. Dar por desterrada la lucha de clases es una ingenuidad perversa.

Todo populismo necesita un “jefe” indiscutido y una guardia pretoriana que obligue a obedecer sin pesta帽ear. Iglesias acaba de enterrar la asamblea como instrumento de control del aparato; y ha creado un partido que ser谩 gobernado por un sanedr铆n similar al de los partidos tradicionales.. Lo ha dicho Para ganar necesita unidad de acci贸n. Una formulaci贸n leninista del partido en quien niega la necesidad de la izquierda claramente, sin tapujos: para asaltar el poder hace falta un l铆der. Solo uno.

Pablo Iglesias surfea sobre una ola favorable. Tambi茅n disfruta de la comprensi贸n del PP, que sabe que el PSOE es el m谩s d茅bil frente a la embestida de Podemos. El PP considera mucho m谩s amenazante una recuperaci贸n del PSOE que la eclosi贸n de Podemos.

Tengo algunos prejuicios contra Podemos porque considero que los populismos, por su propia naturaleza y por los ejemplos de la historia, son la mayor amenaza para el sistema democr谩tico. No creo que el c谩ncer sea nuestro sistema de partidos y de representaci贸n. El mal son estos partidos y la forma en la que sus 茅lites ejercen su poder e influencia.

Hay un dicho cubano que viene al caso. El marido o la mujer burlada pueden tener la tentaci贸n de arrojar por la ventana el lecho de la infidelidad. Pero librarse del sof谩 o la cama obliga a dormir en el suelo. Los muebles, las instituciones, no son el problema. Los responsables son quienes duermen en la cama o reposan en el sof谩.

*ccarnicero.com

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