OPINI脫N de Bruno Per贸n, Brasil.- El Progreso camina con el cambio de mentalidad en Brasil. Se han pasado los d铆as de culpar a las naciones atrasadas que colonizaron Am茅rica del Sur e impusieron sufrimiento en cambio de la riqueza f谩cil (oro, plata, az煤car). Ahora, nos quedamos con un examen introspectivo con el fin de descubrir el significado de ser una nueva naci贸n y luchar por ella. Pero la lucha que defiendo es simb贸lica, interior y sin derramamiento de sangre.
No hablar茅 de divisi贸n de Brasil, sino de polarizaci贸n entre los intereses, deseos y posibilidades de progreso. Brasil termin贸 un proceso electoral apretado, que se defini贸 por una diferencia de casi 3,5 millones de votos en una poblaci贸n de 201 millones. La palabra "cambio" prevaleci贸 en estas elecciones, incluso entre los votantes de la candidata victoriosa.
Escribo, sin embargo, sobre un punto un poco m谩s delicado que polarizara el pa铆s entre expectativas paternalistas, por un lado, y desvinculadas por el otro. Se debe dividir las tareas c铆vicas, m谩s bien. Un ciudadano no ejerce sus funciones en un voto aislado, sino con otros que tambi茅n creen en una zona m谩s f茅rtil de la convivencia y la interacci贸n. Ser ciudadano, sin embargo, ha sido un gran reto de los brasile帽os que ponen su atenci贸n en cuestiones viles.
Algunas de ellas son la intolerancia y la persecuci贸n (especialmente del g茅nero, la piel y la religi贸n), verdades falsas que generan muchos aficionados imprudentes, y el sensacionalismo y la normalizaci贸n de la violencia en los medios. Del mismo modo, estamos dedicados a chismes y fechor铆as, pero nos olvidamos de que hay algo m谩s importante y prioritario en que pensar, por ejemplo, en la educaci贸n c铆vica y la reforma interior.
Los s铆ntomas de Brasil en el momento son desalentadores y perjudiciales para el progreso de la naci贸n. Posponemos un futuro brillante y pac铆fico para Brasil debido a nuestra falta de preparaci贸n c铆vica y nuestro infantilismo moral. Por lo tanto, reitero que tenemos que emprender una reforma a fondo de nuestros pensamientos y nuestras actitudes.
No tengo ninguna duda de que hay puntos de luz que indican buenas intenciones en tal oscuridad. Brasile帽os moralmente elevados se encuentran rodeados por "operaci贸n" de esto y aquello para combatir actos de corrupci贸n, de casos intencionales de falta de respeto a los dem谩s, y de la apat铆a c铆vica que se reproduce en nuestras instituciones educativas.
En este contexto, menciono un principio gigante de esa apat铆a c铆vica: ponemos toda nuestra confianza en los placeres de la cultura oral en lugar de las labores de alfabetizaci贸n. Por ejemplo: los televisores est谩n siempre prendidos en las crueldades del patrimonio delet茅reo de nuestra cultura del chisme, la destrucci贸n y los residuos. Pocos brasile帽os realmente se "conectan" en la deforestaci贸n irresponsable en el pa铆s, y en los efectos catastr贸ficos de la sequ铆a en el sureste de Brasil. Todo esto suena como un desequilibrio fortuito de la naturaleza. Nuestra ilusi贸n.
Por lo tanto, el gas asfixiante de un n煤mero grande de brasile帽os que tienen mala educaci贸n sofoca el progreso c铆vico, familiar y nacional de aquellos puntos de luz escasos que acabo de mencionar. Se piensa en la naturaleza como un ser a nuestro favor, y en otros seres humanos como disputadores de espacios y posiciones. Tenemos sed de conocimiento!
Es por eso que creo que habr谩 cambio de vibraciones y de era. Por supuesto, esta transformaci贸n ps铆quica y social no ocurrir谩 en un piscar de ojos, o con pocos esfuerzos bienhechores. El primero ser谩 el de anular la beligerancia que durante tanto tiempo se ha encargado de la psicoesfera de nuestro planeta. Por lo tanto, cualquier ser humano va a pensar diez veces antes de cometer cr铆menes contra sus semejantes y otras especies.
La conciencia nos dar谩 el primer consejo de amigo.
Para ello, es necesario higienizar nuestros pensamientos.
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