Ir al contenido principal

La democracia nace en el asfalto

OPINI脫N de Rafael Fernando Navarro.- Tal vez deber铆amos renovar todos los d铆as el convencimiento de que queremos vivir en democracia. Porque la democracia no es algo sobrevenido, sino una elecci贸n vital. O bien que nos naciera de tan adentro esa convicci贸n que nos llevara a amarla y comprometernos con ella hasta el punto de vincularnos a su estilo de modo reflejo. La democracia no es un negocio piramidal de esos que brotan de vez en cuando entre un grupo de gente cuya c煤spide s贸lo tiene inter茅s en la base en la que se sustenta en la medida que ampl铆a sus contactos y la enriquece. La democracia nace en el asfalto, a ras de suelo.

La democracia no son los otros. La democracia soy yo en cuanto acepto sentirme responsable de los dem谩s y en la medida en que gozosamente acepto que los dem谩s se unan a mi esfuerzo creador para entre todos construir un mundo de todos y para todos.

La democracia es la calle. En el asfalto nace, expandida como una plaza grande, y va adelgazando hasta su c煤spide, donde residen los pol铆ticos libremente elegidos. En su cumbre, con conciencia de v茅rtice vulnerable y en todo momento dependiente de la base electora, los pol铆ticos deber ser conscientes de que su labor es la encomendada por las bases y saber que s贸lo la vocaci贸n de servicio puede sustentarlos en la legitimidad de su quehacer.

Es frecuente tener que soportar que algunos argumenten que una democracia representativa puede desprenderse de ese mandato que nace en el asfalto y justificar as铆 decisiones al margen del pueblo, como si una vez elegidos pudieran acaparar el poder absoluto y absolutista como cuando el poder ven铆a directamente de un dios que se desentend铆a del factor humano y otorgaba al soberano un poder de origen divino desentendido de las aspiraciones ciudadanas. El monarca mandaba por delegaci贸n divina y hab铆a que acatar sus decisiones como palabra del alt铆simo. Esta visi贸n inconfesable del poder parece conformar la visi贸n pol铆tica de algunos con exclusiva conciencia de vasallo y de pol铆ticos con posturas dictatoriales disimuladas.

Seg煤n el reciente baremo del CIS, el paro es la principal preocupaci贸n de los espa帽oles. En segundo lugar aparece la corrupci贸n pol铆tica. Comprensible. El litoral mediterr谩neo es un mar de tiburones. Sigue por Andaluc铆a y Castilla La Mancha y asciende, v铆a Comunidad de Madrid, hasta Galicia. La hermosa Espa帽a se ha convertido en la maloliente Espa帽a. El humus nos ahoga hasta el punto de que nos invade una podredumbre interior capaz de infectarnos los ojos y cegar una visi贸n que nos lleva a juzgar equ铆vocamente ese v茅rtice donde vive la denominada clase pol铆tica, condenado a todos por unos pocos. Esa nube en las pupilas nos hace pronunciar un juicio equivocado y peligroso, terriblemente peligroso porque en ese caldo de cultivo siempre acechan los salva patrias con tanques en el pecho y cachas brillantes de pistolas. Todos los partidos aseguran que hay que acabar con la corrupci贸n y todos prometen emprender medidas eficaces contra ella. ¿Pero qu茅 medidas son esas?

Esperanza Aguirre, a la que algunos denominan animal pol铆tico (yo s贸lo veo la animalidad, pero no encuentro lo de pol铆tico) ha aparecido 煤ltimamente con el busto por encima del micr贸fono y los pies por debajo del atril golpeando el trasero de Rajoy. Y haciendo un alarde de cinismo corrupto (perdonen el pleonasmo) ha dicho que asume su responsabilidad con respecto al personaje por ella elegido, defendido y ensalzado llamado Francisco Granados. Y ha repetido por todos los plat贸s y emisoras esa decisi贸n de asumir su responsabilidad. ¿Pero en qu茅 ha consistido esa asunci贸n de responsabilidad? ¿En dimitir de la presidencia del PP en Madrid? No. M谩s bien dice ser una v铆ctima tan enga帽ada como el pueblo llano por un alcalde ascendido por ella a consejero, senador m谩s tarde y ahora a presidiario por arte y gracia de la justicia. Ella es una v铆ctima, asegura. Si no supo a qui茅n eleg铆a no vale para dirigente. Si lo supo y no tom贸 medidas, es tan corrupta como ellos. ¿Por qu茅 entonces sigue dirigiendo? ¿Qu茅 significa en este caso asumir la responsabilidad? Ah铆 queda la interrogante.

Carlos C煤e le pregunta a Mar铆a Dolores Cospedal si tiene una explicaci贸n clara para desmentir al juez Ruz que asegura en un auto que las obras de G茅nova se hicieron con dinero negro y el periodista le urge a que aclare la situaci贸n. La Secretaria General no responde a la pregunta y con el mismo cinismo corrupto (perdonen de nuevo el pleonasmo) dice que el PP. ha hecho todo lo que ha podido para ayudar a la justicia.

El pa铆s es una enorme pregunta. Los dirigentes pol铆ticos de los distintos partidos son un silencio sacr铆lego.

Los que han sido elegidos para estar en la c煤spide han perdido la conciencia de que la democracia nace en el asfalto. Tal vez hemos dejado de vivir en una democracia y nos hemos resignado a un absolutismo 谩spero.

Tal vez deber铆a convencernos de que queremos vivir en una democracia y ser consecuentes con esta aspiraci贸n.

ARCHIVOS

Mostrar m谩s


OTRA INFORMACI脫N ES POSIBLE

Informaci贸n internacional, derechos humanos, cultura, minor铆as, mujer, infancia, ecolog铆a, ciencia y comunicaci贸n

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de Espa帽a bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra informaci贸n es posible