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Ser libanés en el Perú

OPINIÓN de Raúl Wiener, Perú.- La verdad siento hasta vergüenza del juez, la fiscal y los oficiales de la Dircote que se han tomado en serio el papel de perseguidores del terrorismo internacional y como si nada han enviado a un ciudadano libanés casado con una peruana que querían abrir un negocio en el país, a prisión “preventiva” por 18 meses, amenazándolo además con un condena a 30 años de prisión.

Entre los argumentos para esto que no es otra cosa que una condena anticipada (en eso está deviniendo la prisión “preventiva”), el juez y la fiscal dicen tener como prueba la auto-confesión del detenido de ser simpatizante de Hezbollah organización nacionalista libanesa que lucha contra Israel y que Estados Unidos y Europa tienen clasificada como “terrorista internacional”, aunque no se le conozca ninguna acción fuera de su territorio y que Ghaleb Hamdar asegura que le obligaron a firmar con apremios físicos y engaños.

También la policía dice haber hallado material para explosivos en la basura de la casa del libanés, que sería utilizado para algún atentado, agregando que tenía fotos del Aeropuerto Jorge Chávez y otros lugares públicos. O sea, que Hezbollah estaría planeando abrir un nuevo frente de guerra en Lima para presionar a Israel a no intervenir en su país y para eso habría mandado a un solo hombre para que lance bombas. La idea es brutalmente ridícula, pero lo que no lo es, son lo 18 meses encarcelados que va a pasar este señor porque como siempre, aquí se aplican clichés en vez de análisis con sentido. Y como ningún abuso es sancionado, se puede mandar personas a la cárcel hasta que salgan sin que ninguno de los responsables responda por sus actos.

A mi me ha pasado encontrarme ante los jefes de Dircote y una fiscal cuadriculada, que me interrogaron sobre la famosa computadora de Raúl Reyes de las FARC, que por supuesto no me mencionaba a mí, pero yo tuve la osadía de denunciar que se trabajaba en secreto para detener a dirigentes de la izquierda peruana y acusarlos de vínculos con el “terrorismo internacional” por referencias ya sea a reuniones de partidos latinoamericanos a las que asistieron miembros de las guerrillas colombianas que estaban tratando de reiniciar los diálogos de paz, visitas al Perú de sus delegados que fueron públicas, o encuentros en cocteles y otras reuniones similares con personas que a su vez intermediaron con la organización armada.

Bueno, yo ni siquiera tenía que ver con esos hechos y jamás conocí a un solo miembro de las FARC, pero la Dircote me convirtió en investigado para presionarme a no seguir informando sobre el tema. Lo más impactante fue sin embargo la ignorancia en el interrogatorio que era más o menos así. ¿usted es terrorista?, ¿se ha reunido con terroristas extranjeros?, ¿ha recibido instrucción terrorista? Claro, yo soy periodista y no es fácil hacerme firmar a la fuerza. Pero me pregunto que pasará con otras personas.





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