Ir al contenido principal

Ayer a la vista

OPINI脫N de Rafael Fernando Navarro.- Pretendo escribir un art铆culo. Pero ignoro si puedo ampararlo en mi derecho a la libertad de opini贸n o va a ser juzgado por un Tribunal de Orden P煤blico de este neo franquismo gubernamental llamado Ley de Seguridad Ciudadana. Sab铆a a qu茅 atenerme entonces, cuando todo en mi pa铆s estaba bajo la bota de un caudillo de Espa帽a por la gracia de Dios. Su muerte me devolvi贸 la libertad y pude dar mi visi贸n sobre la realidad nacional desde la resurrecci贸n de mis derechos. Hoy es posible que alguien me pida mi identificaci贸n y que estas l铆neas puedan ser maldecidas por un uniforme policial sin que haga falta la sentencia de un juez para condenar mis palabras, porque este r茅gimen de mayor铆a absoluta ha decidido que mis derechos no emanan de la propia esencia de mi humanidad, sino de la concesi贸n graciosa de un ministerio del interior Opus Dei por la gracia de un dios id茅ntico al de entonces que reivindica un nacional catolicismo rancio que habita en las afueras de la historia.

El paso de una dictadura a una democracia viene dado por la libertad que se ejerce como derecho inalienable o por su supresi贸n. Las dictaduras son una corrupci贸n en s铆 mismas porque se apoderan de la palabra como vientre fecundo en el que se gesta la democracia. Y cuanto m谩s se coarta esa libertad en un gobierno que se dice democr谩tico, m谩s dictatorial se va volviendo, hasta el punto de que el gobierno se convierte en un crujiente celof谩n que envuelve el hedor que emana de su putrefacci贸n real. La democracia y los derechos que la constituyen est谩n siempre amenazados. Hay gobiernos te帽idos de estados de derecho que esp铆an la oportunidad para dar un golpe de 23-F y erigirse en ametralladoras que disparan cada amanecer contra las tapias un cementerio cualquiera. Hay Tejeros vestidos de Armani y perfumados de loewe. Est谩n mal vistos los sables y las polainas. Hoy se dispara de otra forma, pero se mata como siempre. Hoy no se buscan las nucas. Se asesina con m谩s elegancia, pero terminan hediendo los cad谩veres. Hoy se sajan los derechos con bistur铆 el茅ctrico o se cercenan los derechos con laparoscopia. Se ahorra la sangre y la visi贸n nauseabunda de antiguos quir贸fanos. Pero el resultado es el mismo. Los derechos se amputan y se tiran en cloacas biodegradables para que no contaminen el ambiente perfumado de los asientos de diputados.

Estamos regresando a la 茅poca del hambre, del pan con aceite, de la sopa de cubitos, a los hospitales de caridad, al pan de las parroquias para los ni帽os pobres, al ropero de C谩ritas. Los jubilados han vuelto a ser simplemente viejos, los enfermos mercanc铆a que vende la administraci贸n a m茅dicos privados, a seguros de pensiones porque el dinero que fuimos ahorrando se march贸 a los bolsillos de se帽ores importantes. El trabajo se ha devuelto al foso de la esclavitud, se pierden los derechos laborales, se desprestigia a los que gritan contra la corrupci贸n porque estropean el banquete de unos pocos, se inyecta un miedo disimulado, se vuelven a apropiar de la calle como cuando Fraga, se amenaza con multas, con c谩rcel, con despidos.

La crisis ha sido la gran coartada para recortar sanidad, ense帽anza, promulgar leyes laborales que dejan a la intemperie al obrero. Se les niega ayuda a los dependientes, se les congela la pensi贸n a quien ha estado toda la vida cotizando para tener la tranquilidad de un tute en el bar o una petanca en el parque. Ahora tienen que pensar en c贸mo alimentar a los hijos en paro y a los nietos con el est贸mago vac铆o. Al auxilio social le llaman ahora comedor social y a las casas de socorro ambulatorios. A la limosna la nombran como solidaridad. Y no regateo m茅ritos a todos esos voluntarios que entregan su tiempo, sus fuerzas, sus vidas al servicio de los m谩s pobres. Lo que me escuece es que haya pobres a millones para que unos pocos hayan conseguido ser m谩s ricos. Y lo que duele es que algunos se tengan que ocupar de la chavaler铆a que sue帽a con una tortilla porque los gobiernos prefieren disminuir el d茅ficit y se empe帽an en crear un abismo entre los que m谩s tienen y los que tienen s贸lo hambre.

Y como prueba definitiva del regreso a un neo franquismo dictatorial, este aplastamiento de la libertad que proh铆be exigir derechos, reclamar dignidad, pedir pan y libertad.

Muchos me llamar谩n demagogo y populista. El ministro del interior, cuando termine sus oraciones y pida perd贸n a dios porque mir贸 los muslos de una diputada, me tachar谩 de filo etarra, radical y terrorista. Deb铆 pensarlo antes de ponerme a escribir.

ARCHIVOS

Mostrar m谩s


OTRA INFORMACI脫N ES POSIBLE

Informaci贸n internacional, derechos humanos, cultura, minor铆as, mujer, infancia, ecolog铆a, ciencia y comunicaci贸n

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de Espa帽a bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra informaci贸n es posible