OPINI脫N de Federico Mayor Zaragoza.- Las crecientes desigualdades sociales, el deterioro del medio ambiente, la debacle cultural, conceptual y moral... claman por una modificaci贸n radical de las tendencias actuales. Se trata de inflexiones imprevistas, imprevisibles. Lo inesperado -como sucedi贸 con Mandela y Gorbachev- es nuestra esperanza para esclarecer los horizontes hoy tan sombr铆os.
Hay momentos en que es preciso hacer realidad, con imaginaci贸n e intrepidez, lo que se juzga indebido por los anclados en la inercia, en insistir en aplicar viejos remedios para nuevas patolog铆as.
Ya lo advirti贸 Amin Maalouf y no me cansar茅 de repetirlo: "Situaciones sin precedentes requieren soluciones sin precedentes".
El mundo de "los mercados" se est谩 acercando peligrosamente a puntos de no retorno. Ser铆a una irresponsabilidad hist贸rica mantener las pautas actuales. La soluci贸n es democracia genuina a todas las escalas: mundial (multilateralismo eficiente), regional, local y personal. Es apremiante la transici贸n de la fuerza a la palabra, reducir dr谩sticamente el gasto en la seguridad de unos cuantos para atender la vida digna de todos (alimentaci贸n, salud...) Ya lo advirti贸 Jos茅 Luis Sampedro en su mensaje a la juventud: "Tendr茅is que cambiar de rumbo y nave".
Entre tanto, el poder ciudadano est谩 emergiendo. S铆: son cambios inaplazables.