OPINI脫N de Ram贸n Cotarelo/ Palinuro.- El resultado de las elecciones andaluzas ha conmocionado al PP. Y no se entiende bien por qu茅. Deb铆a esperarlo. Estaba cantado. Las encuestas coincid铆an. Los analistas, tambi茅n. El candidato del PP era el candidato de Rajoy, persona no bienquista en general en Espa帽a, en donde su valoraci贸n media es de 2,24 sobre 10, seg煤n el CIS. Margallo, un hombre temperamental, lo lleva al extremo: el resultado ha sido infinitamente peor de lo esperado. ¿Y qu茅 esperaba? ¿Mayor铆a absoluta? Pues con un canto en los dientes porque esos 33 diputados y el mill贸n largo de votos prueban que el PP tiene un suelo berroque帽o en Andaluc铆a. No votantes: fieles.
No obstante, hay malestar en las disciplinadas filas conservadoras. Se buscan culpables. Los mensajeros, como siempre, los primeros amenazados, o sea, los portavoces, portadislates y portaexabruptos, Cospedal, Floriano, Hernando y Casado, ese joven dicharachero que dice que "los de izquierdas son unos carcas: todo el d铆a buscando la tumba de no s茅 qui茅n", porque, evidentemente, no sabe qu茅 significa "carca". Los mensajeros culpados de que el mensaje no cale en la ciudadan铆a. Los pobres mensajeros. Es cierto que estos son tan malos que, aunque hubiera mensaje, no lo trasmitir铆an. Pero, adem谩s, no hay mensaje. Lo dijo hace ya dos a帽os un Feij贸o clarividente: a este Gobierno le falta relato en 茅poca de crisis. No es solo que los mensajeros sean malos -como insisten en se帽alar otros dirigentes seguramente deseosos de ocupar sus puestos-, es que no hay mensaje. No hay relato.
Y ahora se ve la importancia de este, no por la derrota del PP, sino por triunfo de Ciudadanos. Esa es la verdadera raz贸n del repentino p谩nico de la derecha. Otra opci贸n conservadora pero innovadora, aparentemente limpia de corrupci贸n, reciamente espa帽ola y con un relato de regeneraci贸n.
La ausencia de relato, sin embargo, no es algo que pueda resolverse por un acto de voluntad. No es cosa de contratar comunicadores para que consigan comunicar un no-relato. Es cosa de averiguar por qu茅 no hay relato. Y es sencillo: no lo hay porque, cualquiera sea el tema en tratamiento, el gobierno aparece implicado en la parte negativa. Prefiere no hablar. ¿C贸mo va a hablar de corrupci贸n un presidente que es su responsable pol铆tico? ¿C贸mo va a hacerlo el gobierno sobre la regeneraci贸n democr谩tica sin verse directamente interpelado?
El gobierno no puede hablar de la crisis y sus felices augurios de recuperaci贸n porque nadie lo cree m谩s que al Pedro del lobo. Sobre todo porque la gente no aprecia tal recuperaci贸n en su vida cotidiana, sino todo lo contrario, empeoramiento y m谩s incertidumbre. Aqu铆 no solamente no hay relato sino que, cuando se recita, suena a pitorreo.
El gobierno tampoco puede hablar de Europa porque Espa帽a no pinta nada. Los mandatarios europeos se re煤nen a tratar sobre Grecia y a veces se pasea por all铆 Rajoy con cara de entender poco, aunque luego, ya en casa, recuerde que las decisiones "se toman en la UE". Es la habitual mendacidad oculta del presidente ya que, al fin y al cabo, Berl铆n es la UE. Hay quien dice que es toda la UE. Es con Berl铆n con quien negocia Grecia. Pero ¿qu茅 relato tiene el gobierno sobre Europa y Grecia? Ninguno. Que haremos lo que diga "Europa". La interpelaci贸n directa aqu铆 al gobierno es por la v铆a m谩s negativa posible: la de la inoperancia.
El relato del orden p煤blico est谩 a cargo de un ministro que condecora v铆rgenes, env铆a guardias civiles de peregrinaci贸n a Lourdes, se recoge a sus devociones en el Valle de los Ca铆dos e inaugura los cuarteles de la Benem茅rita acompa帽ado de un obipo, hisopo en ristre. Casi mejor podr铆a hacerlo el presidente de la Conferencia Episcopal.
Montoro no puede hablar de Hacienda porque le sacan su empresa; Moren茅s tampoco de defensa porque le recuerdan la suya; Arias Ca帽ete se fue del gobierno a Europa llev谩ndose un emporio de las suyas. Ninguno puede decir ni p铆o sobre la crisis del sistema financiero y las cajas porque les sacan a Blesa y a Rato, dos luminarias en la negra noche de la corrupci贸n. Nadie puede hablar que no haya cobrado sobresueldos o le haya tocado la loter铆a 17 veces seguidas o est茅 directa o indirectamente implicado en este desmadre y despadre.
No, no es un problema de comunicaci贸n. Tiene raz贸n Feij贸o; es un problema de ausencia de relato.
*http://cotarelo.blogspot.com/