OPINI脫N de Javier Madrazo Lav铆n.- “No llevar el pan a casa nos roba la dignidad”. Estas palabras, pronunciadas por el Papa Francisco, en un encuentro celebrado con trabajadores y peque帽os empresarios en la regi贸n italiana de Molise, situada entre los Apeninos y el mar Adri谩tico, no desvela ning煤n secreto porque todas las personas somos conscientes de esta realidad, pero si contribuye a poner el dedo en la llaga de una gran verdad, que en muchas ocasiones olvidamos. La reflexi贸n del Papa no ha tenido el mismo eco que han merecido otras declaracionessuyas, aunque, en este caso, s铆 merecen atenci贸n especial porque cuestionan de lleno el modelo de desarrollo actual, que est谩 en el origen de la desigualdad y el empobrecimiento de una parte importante de la poblaci贸n.
Vivimos un a帽o marcado por sucesivos procesos electorales, que nos brindan la oportunidad de conocer los programas de las diferentes opciones pol铆ticas. El empleo est谩 en el centro de todas las propuestas, pero ninguna de ellas es percibida como sincera por la ciudadan铆a. Son muchas las personas, especialmente j贸venes y mayores de 45 a帽os, afectadas por el drama del desempleo, que han perdido toda esperanza de encontrar un trabajo en el corto o medio plazo. Hablamos de m谩s de cinco millones de hombre y mujeres en Espa帽a, pr谩cticamente la mitad inscrita en el paro desde hace m谩s de dos a帽os. La situaci贸n empeora si tenemos en cuenta que s贸lo una de cada tres personas de este colectivo percibe una prestaci贸n social por desempleo.
Me consta que no es f谩cil abordar un fen贸meno complejo de tal magnitud y menos a煤n solucionarlo. Sin embargo, creo que si hubiera voluntad y compromiso por parte de quienes tienen la competencia si ser铆a posible implementar pol铆ticas e impulsar medidas eficaces que estimulasen la econom铆a y facilitasen la creaci贸n de puestos de trabajo. Mientras tanto, resulta imprescindible tejer una red social s贸lida que limite el impacto del empobrecimiento en grupos cada vez m谩s amplios y vulnerables. Lamentablemente, no es as铆. La austeridad impuesta frena la productividad y el crecimiento, la p茅rdida de confianza en el futuro reduce el consumo y los recortes decretados desmantelan un estado del bienestar, que en Espa帽a antes del estallido de la crisis estaba a煤n en proceso de desarrollo, lejos de su consolidaci贸n.
El Gobierno del Partido Popular intenta negar esta evidencia con discursos triunfalistas, que responden a un obvio inter茅s electoral, aunque chocan frontalmente con el d铆a a d铆a de millones de personas, que no se ven reflejadas en el pa铆s que Mariano Rajoy ha dibujado, o m谩s bien ha so帽ado, con motivo del debate del Estado de la Naci贸n. Sus mensajes quedan desmontados uno a uno en el 煤ltimo Informe elaborado por C谩ritas Europa, con fecha del mes de febrero, en el que se analizan con detalle indicadores de pobreza y privaciones en pa铆ses miembros de la Uni贸n, entre ellos Espa帽a. Las conclusiones del estudio no dejan lugar a dudas: la cohesi贸n social se resquebraja y el desafecto en relaci贸n con las instituciones aumenta por su incapacidad para garantizar los servicios p煤blicos esenciales y generar empleo.
Se podr谩 decir m谩s alto, pero nunca m谩s claro. Sin embargo, quienes deben prestar atenci贸n a voces autorizadas como C谩ritas Europa hacen o铆dos sordos a sus recomendaciones, que terminan por pasar desapercibidas para la opini贸n p煤blica, aunque encierren grandes verdades, que han de ser escuchadas y atendidas. El futuro de la Uni贸n Europa s贸lo se puede construir desde la adhesi贸n de la ciudadan铆a a un proyecto compartido en que el sientan que sus aspiraciones son respetadas y tomadas en consideraci贸n. Evidentemente, no es el caso actual. Nadie quiere formar parte de un grupo o una comunidad que le castiga y le condena a la exclusi贸n. Los responsables de la Uni贸n Europea no pueden ser ajenos a esta situaci贸n si pretenden consolidar un proyecto cre铆ble, en el que las personas conf铆en porque les oferta seguridad.
El t铆tulo del estudio realizado por C谩ritas Europa, “Pobreza y desigualdades al alza: La 煤nica soluci贸n que se necesita son sistemas sociales“, evidencia la prioridad de impulsar pol铆ticas viables, que prioricen el bienestar y la justicia sobre la austeridad y el poder de la oligarqu铆a empresarial y financiera. Resulta imposible comprender c贸mo la deuda bancaria se ha transformado en deuda soberana y, en cambio, no hay recursos suficientes para facilitar unos ingresos m铆nimos a toda la poblaci贸n y hacer frente sin demora al drama humano de los desahucios. Quienes en la Uni贸n Europa toman ahora las decisiones lo hacen siempre con intenci贸n y respondiendo a unos objetivos fijados, que no se corresponden con el mandato para el que fueron elegidos. El Papa Francisco le ha recordado a Angela Merkel, quien como Mariano Rajoy y otros muchos lo han olvidado, cu谩l es la verdadera raz贸n de su trabajo: “Proteger a sus pobres”. Los ricos no lo necesitan.