OPINI脫N de Juan Hern谩ndez Vigueras.- “Tan grande era la maldad de se帽ores ricos y poderosos que compraban reclamaciones de deudas y que por intermedio de sus altas e influyentes posiciones, infund铆an temor en los tribunales y con ello garantizaban sentencias injustas y sin fundamento, que se hizo necesario, tempranamente en Inglaterra, promulgar leyes para impedir tales pr谩cticas”.
Con esta cita de un caso judicial ocurrido en el siglo XVI, el juez Sweet de Nueva York apoyaba su fallo en la sentencia del caso Elliot Associates contra Per煤, deneg谩ndole a este fondo buitre la petici贸n de que le reembolsaran por su valor 铆ntegro los bonos soberanos adquiridos con descuento; luego, este fallo fue anulado por el tribunal de apelaci贸n. Sin embargo, recientemente en el caso del fondo NML Capital frente a Argentina, la decisi贸n del juez federal de Nueva York ratificada por el Tribunal Supremo, conced铆a a este otro fondo buitre estadounidense un beneficio del 1.600 por ciento sobre la inversi贸n que hizo en devaluados bonos viejos de Argentina y que se hab铆a negado a canjear en a帽os anteriores.
Desde que la pol铆tica de los EEUU, siguiendo los dictados de Wall Street, convirti贸 los pr茅stamos de los bancos a los Estados en productos financieros comercializables, las entidades de financieros pocos escrupulosos encontraron una l铆nea de negocio en el endeudamiento de los pa铆ses en desarrollo, aprovechando la compra de deuda soberana con descuento para reclamar ante los tribunales el cobro del valor nominal 铆ntegro, aunque el pa铆s se quedara sin recursos econ贸micos para atender las necesidades b谩sicas de sus gentes.
Esta es la actividad que ha caracterizado a los fondos dedicados a ese negocio y les ha valido el apelativo de buitre. Y desde los a帽os noventa, a medida que el Estado se vio privado de la inmunidad jur铆dica hist贸rica ante tribunales extranjeros, se han sucedido los litigios internacionales promovidos por los fondos de inversi贸n especulativa contra pa铆ses endeudados de Am茅rica Latina y de 脕frica, con la pretensi贸n de conseguir ante los tribunales la rentabilidad que los mercados no les daban (cap铆tulos 2 y 4). El problema es que, como demuestran recientes investigaciones, se ha producido un importante crecimiento de los litigios promovidos por estos fondos en la d茅cada de 2000.
Argentina es el caso paradigm谩tico, porque desde su salida del pozo de endeudamiento en que le dej贸 la cruenta dictadura militar, sigue afrontando desde hace m谩s de trece a帽os el acoso de un potente grupo de fondos buitre que, adem谩s de plantear continuos litigios, dispone de una agencia de lobby propia para, entre otras cosas, degradar internacionalmente la imagen del pa铆s del Cono Sur (cap铆tulo 3). Y este caso inacabable ha demostrado cu谩n vulnerables son los pa铆ses que toman decisiones soberanas para afrontar una crisis grave de la deuda; porque la sentencia de los tribunales estadounidenses a favor de estos fondos y contra Argentina, como admit铆a recientemente el FMI, "podr铆a tener consecuencias generalizadas para futuras reestructuraciones de deuda soberana mediante el aumento de influencia de los acreedores discrepantes".
Este es uno de los problemas que preocupan en Europa ante la posibilidad de reestructuraciones de la deuda soberana.
Porque, adem谩s, la estrategia depredadora de estos fondos calificados como buitres, se ha generalizado actualmente con la expansi贸n de los mercados de deuda en las econom铆as europeas m谩s vulnerables. En especial, los casos de Grecia, Chipre o Espa帽a, muestran que los gobiernos est谩n siendo demandados por inversores especuladores extranjeros en raz贸n de decisiones que no han tomado libremente sino bajo el imperio de la Troika (FMI, BCE y Comisi贸n Europea). Estos fondos especulativos ignoran tambi茅n la prerrogativa de cualquier Estado soberano para decidir, por razones de superior inter茅s general en tiempos de crisis, medidas que no pudieron preverse con antelaci贸n, independientemente de si son discriminatorias para los inversores extranjeros.
Con la fuerza de sus posiciones minoritarias de bloqueo, los fondos buitre no aceptaron la reestructuraci贸n con quita de la deuda griega y Grecia les ha seguido pagando el 100 por cien del valor nominal de sus bonos. Irlanda ha sido otro terreno para los depredadores financieros internacionales, como muestra el caso del fondo buitre Fir Tree Partners; porque aunque no fuera el pa铆s m谩s afectado por la crisis en la periferia de la zona euro, para muchos fondos de inversiones especulativas ofrec铆a oportunidades de inversi贸n rentables, gracias a la combinaci贸n de un grave desastre financiero, un gobierno neoliberal puro y duro, leyes de reestructuraci贸n propicias y otros factores favorables.
Y en Espa帽a, Elliott Management Corporation, un fondo especulador del multimillonario estadounidense Paul Singer, al que nos referiremos en varios de los casos que hemos analizado en este libro, se ha embolsado ya mil millones de euros de cr茅ditos morosos de Bankia y 300 millones de euros del Grupo Santander. En todos estos casos, como ha sucedido en Irlanda, las estrategias de fondos buitre de las firmas de Goldman Sachs y de Blackstone les lleva, incluso, a buscar la rentabilidad de operaciones inmobiliarias no ya por la v铆a de la venta posterior, cuando la coyuntura haya mejorado, sino como oportunidades de negocios financieros, empeorando de hecho las condiciones contractuales en perjuicio de los inquilinos de las viviendas sociales adquiridas de Comunidades y Ayuntamientos. Y es que en la Eurozona, la aplicaci贸n de la opci贸n europea en favor de la gran banca, la denominada consolidaci贸n fiscal y la llamada austeridad o empobrecimiento de las poblaciones y del nivel de actividad econ贸mica real, han atra铆do a numerosos fondos de inversi贸n especulativa hacia los pa铆ses m谩s tocados por la recesi贸n econ贸mica y sometidos a la dictadura de la Troika. Y esto se ha producido a medida que ha ido aflorando la devaluaci贸n generalizada de toda clase activos, generados por situaciones de gran endeudamiento e insolvencia que, a su vez, dan lugar a nichos rentables para los grandes fondos de inversi贸n especulativa, calificados como fondos buitre, que la ortodoxia financiera prefiere denominar fondos de inversi贸n en deuda deprimida o en apuros. A esos nichos privados se suman las acumulaciones de deuda de los pa铆ses soberanos m谩s endeudados y vulnerables. Y estos pa铆ses europeos se han convertido en mercados atractivos para los fondos especulativos con gran capacidad financiera, que est谩n en disposici贸n de acudir all谩 donde haya coyunturalmente disponibles activos en venta a precios de saldo o necesidad de liquidez, sean de bancos o empresas o hasta de los Estados, porque la comercializaci贸n de las deudas privadas o p煤blicas se integran tambi茅n en los mercados financieros globales (cap铆tulo 5).
La visi贸n econ贸mica dominante la expresa muy bien un analista del Financial Times: "estos fondos no picotean en los cad谩veres de las empresas que han muerto sino que tratan de devolverles a la vida… A pesar de que sit煤en ante todo sus rendimientos, y a veces se pierdan puestos de trabajo, proporcionan liquidez valiosa cuando otros no lo har谩n." Pero esta visi贸n de la doctrina neoliberal dominante, que contempla a los fondos buitre como sanadores de las econom铆as, ignora los costes totales y los efectos sociales nocivos de las experiencias de las 煤ltimas d茅cadas y de los casos que analizamos en este libro.
Todas estas pr谩cticas financieras depredadoras, que se cubren bajo la expresi贸n de fondos buitre, representan la expansi贸n a las 谩reas m谩s vulnerables de las econom铆as de la estrategia refinada practicada en la reestructuraci贸n de la deuda externa impuesta a Grecia por la Troika, de la que han salido ganando Elliot Associates y Dart Management, fondos acreditados como buitres familiares para latinoamericanos y africanos. Y frente al problema actual de estos fondos, que buscan obtener ganancias litigando en las crisis de endeudamiento soberano, tras la crisis del euro y el rescate de Grecia, la Uni贸n Europea acord贸 la inserci贸n obligatoria de cl谩usulas contractuales para los nuevos bonos de la Eurozona que hagan posibles las reestructuraciones vinculantes de la deuda. Y el FMI, que abandon贸 el proyecto de acuerdo multilateral de regulaci贸n, recomienda asimismo cl谩usulas contractuales en las emisiones de bonos que permitan, llegado el caso, un acuerdo de reestructuraci贸n por mayor铆a de los acreedores que prevenga de los acreedores discrepantes (cap铆tulo 6). Son las denominadas soluciones de mercado, basadas en la voluntad de los acreedores, sin abordar la desregulaci贸n vigente para las finanzas.
Aunque los pa铆ses de la Uni贸n Europea mostraron posiciones divergentes, hemos de esperar que se cumpla la resoluci贸n aprobada por la Asamblea General de la ONU de septiembre de 2014, con el apoyo abrumador del voto de 124 pa铆ses miembros para la creaci贸n de un mecanismo regulador de la reestructuraci贸n de la deuda soberana de los pa铆ses. Una regulaci贸n multilateral necesaria que facilite una salida ordenada y justa a las quiebras de los Estados; y que habr谩 de impedir la obstrucci贸n de los fondos buitre, que pretenden beneficiarse mediante litigios contra el Estado deudor. Un asunto sobre el que los pa铆ses en desarrollo hab铆an venido abogando durante mucho tiempo con el fin de impedir las acciones de fondos especuladores, que “erosionan las ganancias derivadas de la condonaci贸n de la deuda para los pa铆ses m谩s pobres y hacen peligrar el cumplimiento de las obligaciones de derechos humanos de estos pa铆ses”, como se denunciaba hace pocos a帽os desde 脕frica; y que hoy contemplamos que tambi茅n afecta a Europa.
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