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Desarme para un desarrollo humano y sostenible

OPINI脫N de Federico Mayor Zaragoza.- Com-partir, es la 煤nica soluci贸n para evitar las grav铆simas desigualdades sociales y asimetr铆as a que ha conducido el neoliberalismo globalizador.

Es 茅ticamente inaceptable que cada d铆a mueran de hambre m谩s de 20.000 personas al tiempo que se invierten 3.000 millones de d贸lares en gastos militares y armamento. Bastar铆a con una reducci贸n razonable de estas ingentes y desproporcionadas cifras para que pudieran incrementarse r谩pida y sustancialmente las ayudas al desarrollo end贸geno, sostenible y humano en todo el mundo; se atendiera el legado intergeneracional del medio ambiente, asegurando que se impida el deterioro irreversible de la habitabilidad de la Tierra; la cooperaci贸n internacional permitir铆a la realizaci贸n de las grandes prioridades de la ONU: alimentaci贸n, agua, salud, ecolog铆a, educaci贸n, paz; y se har铆a posible el “nuevo comienzo” que preconiza la Carta de la Tierra.

Todos los seres humanos iguales en dignidad. Cada ser humano 煤nico capaz de crear, de dise帽ar su propio futuro en un proceso de educaci贸n permanente, de tal modo que todos sean “libres y responsables”, como define la UNESCO a los “educados”, actuando en virtud de las propias reflexiones y nunca al dictado de nadie. Con el fanatismo y dogmatismo, tolerancia cero.

Frente a la “profunda crisis del ultraliberalismo”, el Forum de Crans Montana propone “situar de nuevo al ser humano en el centro de toda pol铆tica y estrategia”.

Es tiempo de acci贸n, porque pueden alcanzarse puntos de no retorno. Es preciso aplicar tratamientos adecuados. As铆 como la refundaci贸n del Sistema de Naciones Unidas despu茅s de los ineficientes grupos plutocr谩ticos (G-7, G-8, G-20), que el neoliberalismo estableci贸 en la d茅cada de los ochenta. ¿C贸mo pudo aceptarse que 6, 7, 8… 20 pa铆ses gu铆en los destinos de 193? Y, sobre todo, deben re-ponerse los “principios democr谩ticos”, que con tanta precisi贸n establece la Constituci贸n de la UNESCO, en donde el Partido Republicano de los Estados Unidos, en sus ambiciones hegem贸nicas y la Primer Ministro Margaret Thatcher como obediente ac贸lito, situ贸 las leyes mercantiles.

Ahora ya es posible que “Nosotros, los pueblos…”, silentes y obedientes desde tiempo inmemorial, puedan levantar la voz y participar activamente. Ahora, con la mujer progresivamente incorporada al proceso de toma de decisiones, ya es posible el imposible sue帽o, hasta hace bien pocos a帽os, de emancipaci贸n de la humanidad.

Ahora ya podemos imaginar en el ciberespacio clamores populares para los cambios radicales que se requieren sin demora. No tendr谩 lugar la guerra de las galaxias en el espacio sideral sino en el espacio “digital” se originar谩 la nueva paz, la formidable transici贸n desde la fuerza a la palabra, desde una cultura de imposici贸n, dominio y violencia a una cultura de encuentro, di谩logo, conciliaci贸n y paz.

¿C贸mo puede Europa, la gran emigrante, rechazar ahora a los inmigrantes? ¿C贸mo puede poner obst谩culos a su acceso en lugar de intensificar la ayuda al desarrollo para una vida digna en sus lugares de origen? ¿Por qu茅 no completa r谩pidamente su edificio institucional con una uni贸n pol铆tica y econ贸mica? ¿C贸mo puede aceptarse que la pretendida Europa-faro se haya detenido y circunscrito a una uni贸n monetaria? ¿Por qu茅 Europa sigue las pautas dictadas por el Partido Republicano norteamericano, cuando el propio Presidente Obama, para el bien de su pa铆s, las apart贸 c贸mo correspond铆a?

Convincentes voces se alzaron en los foros para reclamar con urgencia la solidaridad, la reposici贸n de los valores 茅ticos en el lugar en que han situado los burs谩tiles.

Si no hay evoluci贸n habr谩 revoluci贸n y que la diferencia entre estas dos palabras es la “r” de responsabilidad. Dejemos de seguir a los irresponsables y urjamos la transici贸n de una econom铆a basada en la especulaci贸n, la deslocalizaci贸n productiva y la guerra a una econom铆a de desarrollo sostenible y humano. De una cultura de guerra a una cultura de paz, liderada por un multilateralismo democr谩tico y eficiente.

La mejor soluci贸n es el desarme aplicando una parte razonable de los colosales medios dedicados a la seguridad para el desarrollo de todos los pueblos, de tal modo que se haga realidad la igual dignidad y calidad de vida.

Desarme para el desarrollo: as铆 de sencillo. Para ello son necesarias unas Naciones Unidas refundadas con urgencia. La soluci贸n existe. Falta el coraje y liderazgo para aplicarla. Antes la voz del pueblo no pod铆a alzarse. Ahora s铆. El clamor popular lograr谩 los cambios que la humanidad reclama con urgencia.

Federico Mayor Zaragoza
Catedr谩tico de Farmacia, ex director de la UNESCO

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