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Un lugar para vivir, un derecho humano

OPINI脫N de Javier Madrazo Lav铆n.- El derecho a la vivienda, entendido como un derecho humano fundamental, ha recuperado vigencia en el debate pol铆tico y social, en gran medida como respuesta a la ola de desahucios, consecuencia directa del austericidio y el empobrecimiento de una parte importante de la llamada clase media, que se ve imposibilitada para hacer frente a los cr茅ditos contra铆dos al perder su puesto de trabajo. Es obvio que todas las personas necesitamos un hogar en el que poder desarrollar, de un modo aut贸nomo, nuestro proyecto de vida. Sin una vivienda digna nadie puede tener una vida digna. Hablamos de una demanda ciudadana leg铆tima, consagrada en la Constituci贸n espa帽ola del a帽o 1978, que las Administraciones P煤blicas competentes siempre han incumplido.

En este sentido, constituye una buena noticia que PSE, Bildu y UPD hayan alcanzado un acuerdo para impulsar en Euskadi una Ley de Vivienda, que reconozca, por fin, el derecho subjetivo a un lugar en el que poder vivir. Se trata, sin duda alguna, de un paso hacia adelante, que conecta con el esp铆ritu del Anteproyecto de Ley de Garant铆a del Derecho Ciudadano a una Vivienda Digna, que Ezker Batua-Berdeak remiti贸 al Parlamento vasco para su aprobaci贸n en el a帽o 2009, en su etapa en el Gobierno vasco. No fue posible, entonces, en gran medida por la negativa de las formaciones que ahora impulsan esta propuesta, que, en cualquier caso, es bienvenida. Euskadi no es ajena al drama de los desahucios y la vivienda constituye a煤n para muchas personas una suerte de privilegio inalcanzable.

No deja de ser curiosa, en este sentido, la reacci贸n del Gobierno vasco y la formaci贸n pol铆tica que lo sustenta, denunciando el contenido de esta iniciativa, tan leg铆tima como bien fundada, recurriendo al t贸pico del “efecto llamada”, tantas veces empleado por el partido Popular para descreditar, por ejemplo, la Renta General de Ingresos y la Prestaci贸n Complementaria de Viviendas. Una vez m谩s, se recurre a un argumento tan manido como demagogo, que no es otro que el temor, que se alienta con el prop贸sito de impedir el ejercicio de un derecho, que las Administraciones P煤blicas deber铆an intentar garantizar en lugar de rechazar, como ocurre en este caso. Ezker Batua-Berdeak consensu贸 con el PNV, hace ahora seis a帽os, una propuesta legislativa de implantaci贸n progresiva, seg煤n la cual, en una primera fase, todas las personas con ingresos anuales inferiores a 22.000 euros, un colectivo de 8.000 hombres y mujeres en aquel periodo, acceder铆an a una vivienda en alquiler en el plazo m谩ximo de cinco a帽os.

El objetivo no pod铆a ser m谩s ambicioso: hacer realidad el derecho subjetivo de todas las personas a un techo. Una opci贸n real y viable, siempre y cuando el Ejecutivo aut贸nomo asumiera el compromiso de construir 35.000 viviendas en alquiler protegido en diez a帽os. La proximidad de los comicios auton贸micos conden贸 al fracaso esta iniciativa, que hubiera prosperado si los c谩lculos electorales y los intereses partidistas no se hubieran impuesto sobre el inter茅s general, dejando pasar una oportunidad que ahora puede retomarse con 茅xito. Ojal谩 sea as铆. Conf铆o en que el texto pactado pueda ver la luz porque son muchas las personas que se beneficiar谩n de ello y las instituciones de Euskadi ser谩n modelo de sensibilidad social, una se帽a de identidad irrenunciable, que habr铆a de presidir todas sus actuaciones. En este sentido, el PNV deber铆a desmarcarse del discurso del Partido Popular y buscar acuerdos para que nuestra Comunidad se sit煤e en el r谩nking de los pa铆ses m谩s avanzados y progresistas en materia de vivienda. En Escocia se puso en marcha una iniciativa similar con resultados muy positivos.

Euskadi ha sido y debe ser un referente de progreso en un contexto de recortes de derechos y prestaciones, demostrando que se puede gobernar con conciencia, primando el bien general sobre el bien particular. Apoyar a las personas con mayores dificultades, aquellas que se encuentran en situaci贸n de mayor vulnerabilidad al carecer de una vivienda digna, es una obligaci贸n irrenunciable de quienes ejercen el poder. No hablamos de solidaridad, sino de justicia. Las Administraciones P煤blicas, en Euskadi y el Estado, han respaldado a menudo la propiedad en detrimento del alquiler porque han considerado la vivienda un negocio y no un derecho. Y 茅sta y no otra es la raz贸n que est谩 en el origen de la especulaci贸n y la corrupci贸n en el sector inmobiliario. Siendo Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno vasco mi primera intenci贸n fue promover un parque p煤blico de alquiler, impidiendo que dinero p煤blico se invirtiera en pisos destinados a la propiedad, que en un plazo de veinte a帽os fueran libres y pudieran venderse como tales a precio de mercado.

Lo logramos y fue un gran avance en un largo camino que ahora el Parlamento vasco podr铆a profundizar, pese a la oposici贸n del PNV y el Partido Popular. El derecho subjetivo a una vivienda no es una demanda revolucionaria, ni mucho menos ut贸pica o populista. Es factible y viable, como lo fueron en su d铆a la sanidad o la educaci贸n, aunque hoy est茅n tambi茅n en cuesti贸n. Comparto la penalizaci贸n de la vivienda vac铆a, estableciendo un canon que la grave, porque creo que una medida de esta naturaleza favorecer铆a su alquiler. Fu茅 una propuesta pionera, no bien entendida, que ahora puede y debe ser una realidad. Esta iniciativa deber铆a ir acompa帽ada del fortalecimiento del programa que pusimos en marcha , Bizigune, de movilizaci贸n de vivienda vac铆a, y que en los 煤ltimos a帽os ha ido perdiendo fuerza y atractivo por los recortes practicados en materia de vivienda tanto por el gobierno de L贸pez como de Urkullu.

Deseo que pronto sea una realidad el reconocimiento del derecho subjetivo de todas las personas a una vivienda en alquiler. Ganaremos todas y todos.
*javiermadrazo.wordpress.com




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