OPINI脫N de Ram贸n Cotarelo/ Palinuro.- Por fortuna solo eran unas elecciones auton贸micas normales. Si llegan a ser un plebiscito, como quer铆an los malvados independentistas, o un refer茅ndum, como aconseja la prudencia, el resultado hubiera sido devastador.
Docenas, centenares de analistas y expertos est谩n sacando punta a los datos igual que John Wesley Hardin se la sacaba a su rev贸lver en la canci贸n de Johnny Cash. Que si el voto "s铆-s铆", el "si-no" y el seco "no"; que si la relaci贸n voto-esca帽o; el sistema electoral; el c贸mputo de los indecisos, el boicoteo del voto exterior, etc. Ah铆 seguir谩n un buen e in煤til rato pues ya est谩 claro que el independentismo ha ganado. Tiene mayor铆a absoluta en el Parlament en un sistema parlamentario. Pues ya est谩 todo dicho. Al menos para los medios internacionales que dan ganador al bloque del "s铆-s铆". Los medios espa帽oles, en cambio, dan ganador al bloque del "no", pero todos saben que la finalidad de los medios espa帽oles no es comunicar ni informar sino adoctrinar y mentir.
El triunfo independentista es indudable y todos los distingos y recuentos capciosos no lo convertir谩n en derrota. Ahora vienen los debates sobre hasta d贸nde llegan los poderes de un parlamento auton贸mico y si deja de serlo por una proclamaci贸n unilateral en la que se declara soberano en sentido pleno. Ser谩n temas apasionantes en los pr贸ximos tiempos. Controversias institucionales de hondo, revolucionario, calado.
El eremita intelectual de La Moncloa se ha manifestado con la pompa de una custodia para recitar la habitual melopea de lugares comunes y expresiones hueras. Las elecciones fueron auton贸micas y quien quiera romper la ley se las ver谩 con 茅l, su guardi谩n. La afirmaci贸n de que est谩 dispuesto a dialogar aunque siempre dentro de la ley es una conquista fruto del impacto de la revoluci贸n catalana en su p茅treo 谩nimo. Pero recu茅rdese que ser谩 "dentro de la ley", esa misma ley que 茅l cambia a su antojo mediando la mayor铆a-rodillo parlamentaria de que dispone. La instrumentalizaci贸n del Congreso para legitimar una pol铆tica puramente represiva hace sospechar que estamos a punto de restablecer los nefandos decretos de proscripci贸n, casi las lettres de cachet, provisiones penales dirigidas contra individuos concretos, con nombre y apellidos, por ejemplo, Artur Mas.
Es tal la degradaci贸n del sistema pol铆tico de la segunda restauraci贸n en esta incre铆ble, valle-inclanesca legislatura de Rajoy, que Cebri谩n se ha sentido obligado a revestirse de su hopalanda de conciencia de la comunidad. En El Pa铆s de hoy nos regala una de sus admoniciones colectivas, generalmente escritas con la iracundia con que Mois茅s increpaba al pueblo elegido cuando lo pillaba adorando el becerro de oro. En ella se insta con vehemencia al presidente del gobierno a abandonar su indolencia casi de serrallo y convocar elecciones anticipadas. Es lo que suele pedir para enderezar las cosas y, por lo general, las tuerce.
La revoluci贸n catalana ha dejado tiritando el sistema de partidos en Espa帽a. El ascenso vertiginoso de C's y el hundimiento de Podemos son ya objeto de grandes, enjundiosos debates. Confieso no tener las ideas claras con C's, aunque estoy d谩ndole vueltas, pero creo entender mejor el fiasco de Podemos en Catalu帽a. Estaban avisados. Solo faltaba que alguien les gritara "¡es Catalu帽a, est煤pidos!". Falt贸. No lo entendieron y desembarcaron en el Principado desconoci茅ndolo todo sobre 茅l y fiados en cuatro teor铆as apolilladas sobre la naturaleza del nacionalismo. Por si les flaqueaba el 谩nimo, se agarraron de la firme doctrina tradicional de la IU catalana, la vertiente de la IU espa帽ola de la que Podemos abominaba como del maligno. Han obtenido dos diputados menos de los que ten铆a IU en solitario, antes de que el partido morado oficiara de introductor de las masas de "la gente". Dicho en plata, Podemos no aporta nada a IU; resta.
Que esto sea as铆 o no en las elecciones generales est谩 por ver, pero la experiencia catalana prueba que, al menos en Catalu帽a, la gente no te vota si lo ignoras todo sobre ella y la juzgas con orejeras y prejuicios. Te da la espalda si haces campa帽as electorales ruines, ambiguas, de muy problem谩tica moralidad como la del famoso episodio de los abuelos. Este desastre no pod铆a ser cubierto solo por el infeliz de Rabell y fue precisa la comparecencia de Iglesias a dar su versi贸n de los hechos. Reconocer que un 47% del voto es independentista le honra pero no le hace ser m谩s r谩pido. Y enseguida vuelve a torc茅rsele la buena intenci贸n por desconocimiento. Afirma que es preciso "escuchar" a los catalanes, como si Catalu帽a fuera una tribu de la frontera y no lo que es, un igual a Espa帽a, de forma que quiz谩 debiera ser esta quien escuchara alguna vez.
Producto del choque de esa revoluci贸n que los de Podemos iban a implantar pero no supieron ver cuando se inici贸, Iglesias promete convocar un refer茅ndum de autodeterminaci贸n de los catalanes. Est谩 claro, revolucionariamente claro, que solo votar谩n los catalanes porque, si votaran todos los espa帽oles no ser铆a de autodeterminaci贸n sino de heterodeterminaci贸n.
El se铆smo provocado por el estallido catal谩n alcanza su m谩xima intensidad precisamente en los predios independentistas. La CUP anuncia que el plebiscito no se ha ganado, que nada de DUI y que no apoyar谩 la investidura de Mas. O sea, una revoluci贸n dentro de la revoluci贸n. Pasa con frecuencia. Toda alianza o coincidencia pol铆tica, sobre todo si es de izquierda, suele venir acompa帽ada de controversias de car谩cter t谩ctico, estrat茅gico y hasta te贸rico. Es la termita de la unidad de la izquierda en todas partes. Supongo que la CUP, en este caso, tiene poderosas razones para interponer un veto rotundo con consecuencias estrat茅gicas f谩cilmente imaginables. Pero no se me alcanzan. La investidura de Mas no implica necesariamente un voto de confianza a su hipot茅tico programa y, en cambio, demuestra desconfianza hacia alguien que, al menos en la cuesti贸n nacional, no la merece, sino todo lo contrario. La aportaci贸n de Mas al proceso independentista a un coste personal que est谩 por determinar, ha sido y es esencial. Y a ello se a帽ade el criterio de que imponerse a la mayor铆a por la fuerza de los n煤meros (aunque sean parad贸jicamente menores, pero necesarios) y no de la raz贸n no es aceptable.
Estaba dando vueltas a esta cuestiones cuando de pronto Mas se descuelga dando un paso atr谩s y declar谩ndose dispuesto a renunciar a la presidencia a cambio del acuerdo y la unidad de acci贸n del independentismo. Es dif铆cil atribuir este gesto a intenciones mal茅volas de ning煤n tipo. Al contrario, ensalza la figura de Mas quien, como un nuevo Marco Curcio, se sacrifica por la salud de la Rep煤blica.
La revoluci贸n catalana tiene muchas facetas.
Docenas, centenares de analistas y expertos est谩n sacando punta a los datos igual que John Wesley Hardin se la sacaba a su rev贸lver en la canci贸n de Johnny Cash. Que si el voto "s铆-s铆", el "si-no" y el seco "no"; que si la relaci贸n voto-esca帽o; el sistema electoral; el c贸mputo de los indecisos, el boicoteo del voto exterior, etc. Ah铆 seguir谩n un buen e in煤til rato pues ya est谩 claro que el independentismo ha ganado. Tiene mayor铆a absoluta en el Parlament en un sistema parlamentario. Pues ya est谩 todo dicho. Al menos para los medios internacionales que dan ganador al bloque del "s铆-s铆". Los medios espa帽oles, en cambio, dan ganador al bloque del "no", pero todos saben que la finalidad de los medios espa帽oles no es comunicar ni informar sino adoctrinar y mentir.
El triunfo independentista es indudable y todos los distingos y recuentos capciosos no lo convertir谩n en derrota. Ahora vienen los debates sobre hasta d贸nde llegan los poderes de un parlamento auton贸mico y si deja de serlo por una proclamaci贸n unilateral en la que se declara soberano en sentido pleno. Ser谩n temas apasionantes en los pr贸ximos tiempos. Controversias institucionales de hondo, revolucionario, calado.
El eremita intelectual de La Moncloa se ha manifestado con la pompa de una custodia para recitar la habitual melopea de lugares comunes y expresiones hueras. Las elecciones fueron auton贸micas y quien quiera romper la ley se las ver谩 con 茅l, su guardi谩n. La afirmaci贸n de que est谩 dispuesto a dialogar aunque siempre dentro de la ley es una conquista fruto del impacto de la revoluci贸n catalana en su p茅treo 谩nimo. Pero recu茅rdese que ser谩 "dentro de la ley", esa misma ley que 茅l cambia a su antojo mediando la mayor铆a-rodillo parlamentaria de que dispone. La instrumentalizaci贸n del Congreso para legitimar una pol铆tica puramente represiva hace sospechar que estamos a punto de restablecer los nefandos decretos de proscripci贸n, casi las lettres de cachet, provisiones penales dirigidas contra individuos concretos, con nombre y apellidos, por ejemplo, Artur Mas.
Es tal la degradaci贸n del sistema pol铆tico de la segunda restauraci贸n en esta incre铆ble, valle-inclanesca legislatura de Rajoy, que Cebri谩n se ha sentido obligado a revestirse de su hopalanda de conciencia de la comunidad. En El Pa铆s de hoy nos regala una de sus admoniciones colectivas, generalmente escritas con la iracundia con que Mois茅s increpaba al pueblo elegido cuando lo pillaba adorando el becerro de oro. En ella se insta con vehemencia al presidente del gobierno a abandonar su indolencia casi de serrallo y convocar elecciones anticipadas. Es lo que suele pedir para enderezar las cosas y, por lo general, las tuerce.
La revoluci贸n catalana ha dejado tiritando el sistema de partidos en Espa帽a. El ascenso vertiginoso de C's y el hundimiento de Podemos son ya objeto de grandes, enjundiosos debates. Confieso no tener las ideas claras con C's, aunque estoy d谩ndole vueltas, pero creo entender mejor el fiasco de Podemos en Catalu帽a. Estaban avisados. Solo faltaba que alguien les gritara "¡es Catalu帽a, est煤pidos!". Falt贸. No lo entendieron y desembarcaron en el Principado desconoci茅ndolo todo sobre 茅l y fiados en cuatro teor铆as apolilladas sobre la naturaleza del nacionalismo. Por si les flaqueaba el 谩nimo, se agarraron de la firme doctrina tradicional de la IU catalana, la vertiente de la IU espa帽ola de la que Podemos abominaba como del maligno. Han obtenido dos diputados menos de los que ten铆a IU en solitario, antes de que el partido morado oficiara de introductor de las masas de "la gente". Dicho en plata, Podemos no aporta nada a IU; resta.
Que esto sea as铆 o no en las elecciones generales est谩 por ver, pero la experiencia catalana prueba que, al menos en Catalu帽a, la gente no te vota si lo ignoras todo sobre ella y la juzgas con orejeras y prejuicios. Te da la espalda si haces campa帽as electorales ruines, ambiguas, de muy problem谩tica moralidad como la del famoso episodio de los abuelos. Este desastre no pod铆a ser cubierto solo por el infeliz de Rabell y fue precisa la comparecencia de Iglesias a dar su versi贸n de los hechos. Reconocer que un 47% del voto es independentista le honra pero no le hace ser m谩s r谩pido. Y enseguida vuelve a torc茅rsele la buena intenci贸n por desconocimiento. Afirma que es preciso "escuchar" a los catalanes, como si Catalu帽a fuera una tribu de la frontera y no lo que es, un igual a Espa帽a, de forma que quiz谩 debiera ser esta quien escuchara alguna vez.
Producto del choque de esa revoluci贸n que los de Podemos iban a implantar pero no supieron ver cuando se inici贸, Iglesias promete convocar un refer茅ndum de autodeterminaci贸n de los catalanes. Est谩 claro, revolucionariamente claro, que solo votar谩n los catalanes porque, si votaran todos los espa帽oles no ser铆a de autodeterminaci贸n sino de heterodeterminaci贸n.
El se铆smo provocado por el estallido catal谩n alcanza su m谩xima intensidad precisamente en los predios independentistas. La CUP anuncia que el plebiscito no se ha ganado, que nada de DUI y que no apoyar谩 la investidura de Mas. O sea, una revoluci贸n dentro de la revoluci贸n. Pasa con frecuencia. Toda alianza o coincidencia pol铆tica, sobre todo si es de izquierda, suele venir acompa帽ada de controversias de car谩cter t谩ctico, estrat茅gico y hasta te贸rico. Es la termita de la unidad de la izquierda en todas partes. Supongo que la CUP, en este caso, tiene poderosas razones para interponer un veto rotundo con consecuencias estrat茅gicas f谩cilmente imaginables. Pero no se me alcanzan. La investidura de Mas no implica necesariamente un voto de confianza a su hipot茅tico programa y, en cambio, demuestra desconfianza hacia alguien que, al menos en la cuesti贸n nacional, no la merece, sino todo lo contrario. La aportaci贸n de Mas al proceso independentista a un coste personal que est谩 por determinar, ha sido y es esencial. Y a ello se a帽ade el criterio de que imponerse a la mayor铆a por la fuerza de los n煤meros (aunque sean parad贸jicamente menores, pero necesarios) y no de la raz贸n no es aceptable.
Estaba dando vueltas a esta cuestiones cuando de pronto Mas se descuelga dando un paso atr谩s y declar谩ndose dispuesto a renunciar a la presidencia a cambio del acuerdo y la unidad de acci贸n del independentismo. Es dif铆cil atribuir este gesto a intenciones mal茅volas de ning煤n tipo. Al contrario, ensalza la figura de Mas quien, como un nuevo Marco Curcio, se sacrifica por la salud de la Rep煤blica.
La revoluci贸n catalana tiene muchas facetas.