OPINI脫N de Ram贸n Cotarelo/ Palinuro.- El gobierno ha hecho a Mas presidente al llevarlo ante los tribunales. Porque es el gobierno. La acusaci贸n proviene de la Fiscal铆a general, pues los fiscales catalanes se negaron a ella. Es el gobierno el que quiere poner fuera de juego a Mas porque ve en 茅l el peligro. Con eso, fuerza una reacci贸n obligada en el campo independentista por consideraciones de estrategia de los viejos maestros de la guerra: defiende todo lo que el enemigo ataca y ataca todo lo que el enemigo defiende. Tambi茅n es posible no hacerlo as铆 pero, en tal caso, ser谩 preciso explicar qu茅 se gana dejando de defender lo que el enemigo ataca.
El ministro de Justicia, en un alarde de sensibilidad democr谩tica, explica que no se cit贸 antes al presidente Mas por no interferir en el proceso electoral. Y tambi茅n para evitar que el posterior 47% del voto hubiera sido muy superior. Pasado el peligro, viene la citaci贸n. Y esos asuntos, ¿los deciden los ministros, los pol铆ticos? ¿No los jueces?
Lo que se imputa a Mas acarrea posible inhabilitaci贸n para ejercicio de cargo p煤blico. Por haber convocado una consulta, ya que el Estado no le permit铆a hacer un refer茅ndum. El rechazo fue por abrumadora mayor铆a del Congreso pues, en asuntos catalanes, las coincidencias entre los dos partidos din谩sticos son inmensas.
Es decir, en el plazo de un a帽o, en Europa se han vivido dos episodios en dos pa铆ses distintos (Reino Unido/Escocia y Espa帽a/Catalu帽a) con semejanzas y desemejanzas curiosas. En los dos casos hay sendas opciones y tendencias pol铆ticas a favor de la independencia. En Escocia se hizo un refer茅ndum y triunf贸 el no a la separaci贸n. En Espa帽a no se tolera refer茅ndum territorial alguno y, quien lo inicia, puede acabar expulsado, sancionado, inhabilitado o, incluso, preso. Pero nadie ha aportado raz贸n convincente alguna que justifique por qu茅 los escoceses pueden hacer lo que los catalanes tienen prohibido, y qui茅n se beneficia de esta anomal铆a.
En las circunstancias actuales, la llamada "cuesti贸n social" se enfrenta a un incidente de prejudicialidad por cuanto, para tomar cualesquiera medidas, hay que disponer de un gobierno que lo haga y un Estado que le d茅 legitimidad. La cuesti贸n social va despu茅s de la cuesti贸n nacional, no por delante. Y una vez planteado el conflicto territorial ya solo queda saber de lo que cabe debatir en Espa帽a. Realmente, de poco y ese poco a toda velocidad pues quedan tres meses para las elecciones generales. Pr谩cticamente nada, con los partidos muy atribulados en un cuadro general poco previsible. El PP mira de reojo a C's. Estos se las prometen muy felices con el impulso catal谩n. El PSOE solemniza esa posici贸n de centralidad que lo convierte en objeto de diversas querencias. Podemos, por 煤ltimo, se encuentra c贸mo S铆sifo cuando ha de comenzar a subir de nuevo la cuesta con el pedrusco a la espalda. No le gusta nada quedarse en un gris谩ceo cuarto puesto. IU luchar谩 por mantener la cabeza por encima de la barrera legal. De las otras posibles ofertas de la izquierda se hablar谩 cuando abandonen el limbo de los proyectos unitarios.
En resumen, todo ello quisicosas electorales, program谩ticas, de negociaciones, pactos y contrapactos que animar谩n el trimestre de espera hasta las generales. Puro espect谩culo medi谩tico. Pero bastante rutinario. Si se quiere observar algo nuevo hay que seguir mirando a Catalu帽a. Todo hace pensar que la mayor铆a independentista pondr谩 en marcha su hoja de ruta en la forma que acaben negociando y con Mas de presidente, haya sido como haya sido su investidura. Ello va a implicar continuos enfrentamientos con el Estado que acompa帽ar谩n a la imputaci贸n y quiz谩 procesamiento de su presidente.
Pero tambi茅n va a implicar m谩s cuestiones, algunas de calado. Por ejemplo, los independentistas abordar谩n tarde o temprano la cuesti贸n de si participan o no en las elecciones generales. Ese puede ser uno de los puntos de la desconexi贸n. Esta abstenci贸n aumentar铆a la representaci贸n parlamentaria de los partidos nacionales espa帽oles, pero no necesariamente la legitimidad del parlamento espa帽ol y sus decisiones en Catalu帽a.
El ministro de Justicia, en un alarde de sensibilidad democr谩tica, explica que no se cit贸 antes al presidente Mas por no interferir en el proceso electoral. Y tambi茅n para evitar que el posterior 47% del voto hubiera sido muy superior. Pasado el peligro, viene la citaci贸n. Y esos asuntos, ¿los deciden los ministros, los pol铆ticos? ¿No los jueces?
Lo que se imputa a Mas acarrea posible inhabilitaci贸n para ejercicio de cargo p煤blico. Por haber convocado una consulta, ya que el Estado no le permit铆a hacer un refer茅ndum. El rechazo fue por abrumadora mayor铆a del Congreso pues, en asuntos catalanes, las coincidencias entre los dos partidos din谩sticos son inmensas.
Es decir, en el plazo de un a帽o, en Europa se han vivido dos episodios en dos pa铆ses distintos (Reino Unido/Escocia y Espa帽a/Catalu帽a) con semejanzas y desemejanzas curiosas. En los dos casos hay sendas opciones y tendencias pol铆ticas a favor de la independencia. En Escocia se hizo un refer茅ndum y triunf贸 el no a la separaci贸n. En Espa帽a no se tolera refer茅ndum territorial alguno y, quien lo inicia, puede acabar expulsado, sancionado, inhabilitado o, incluso, preso. Pero nadie ha aportado raz贸n convincente alguna que justifique por qu茅 los escoceses pueden hacer lo que los catalanes tienen prohibido, y qui茅n se beneficia de esta anomal铆a.
En las circunstancias actuales, la llamada "cuesti贸n social" se enfrenta a un incidente de prejudicialidad por cuanto, para tomar cualesquiera medidas, hay que disponer de un gobierno que lo haga y un Estado que le d茅 legitimidad. La cuesti贸n social va despu茅s de la cuesti贸n nacional, no por delante. Y una vez planteado el conflicto territorial ya solo queda saber de lo que cabe debatir en Espa帽a. Realmente, de poco y ese poco a toda velocidad pues quedan tres meses para las elecciones generales. Pr谩cticamente nada, con los partidos muy atribulados en un cuadro general poco previsible. El PP mira de reojo a C's. Estos se las prometen muy felices con el impulso catal谩n. El PSOE solemniza esa posici贸n de centralidad que lo convierte en objeto de diversas querencias. Podemos, por 煤ltimo, se encuentra c贸mo S铆sifo cuando ha de comenzar a subir de nuevo la cuesta con el pedrusco a la espalda. No le gusta nada quedarse en un gris谩ceo cuarto puesto. IU luchar谩 por mantener la cabeza por encima de la barrera legal. De las otras posibles ofertas de la izquierda se hablar谩 cuando abandonen el limbo de los proyectos unitarios.
En resumen, todo ello quisicosas electorales, program谩ticas, de negociaciones, pactos y contrapactos que animar谩n el trimestre de espera hasta las generales. Puro espect谩culo medi谩tico. Pero bastante rutinario. Si se quiere observar algo nuevo hay que seguir mirando a Catalu帽a. Todo hace pensar que la mayor铆a independentista pondr谩 en marcha su hoja de ruta en la forma que acaben negociando y con Mas de presidente, haya sido como haya sido su investidura. Ello va a implicar continuos enfrentamientos con el Estado que acompa帽ar谩n a la imputaci贸n y quiz谩 procesamiento de su presidente.
Pero tambi茅n va a implicar m谩s cuestiones, algunas de calado. Por ejemplo, los independentistas abordar谩n tarde o temprano la cuesti贸n de si participan o no en las elecciones generales. Ese puede ser uno de los puntos de la desconexi贸n. Esta abstenci贸n aumentar铆a la representaci贸n parlamentaria de los partidos nacionales espa帽oles, pero no necesariamente la legitimidad del parlamento espa帽ol y sus decisiones en Catalu帽a.