Ante el temor a la agitaci贸n del mar, los refugiados prueban suerte con la ruta por tierra en Bulgaria
HARMANLI, Bulgaria- Cuando Faisal, un conductor de camiones de Alepo, sali贸 de una Siria devastada por la guerra hacia Europa, su mujer Frida y sus cuatro hijas consideraron la idea de cruzar el Mediterr谩neo amontonadas en un barco, pero desecharon la idea: ninguno de ellos sab铆a nadar.
“Lo 煤nico que me importa es la seguridad de mi familia”, dijo Faisal, se帽alando a sus hijas, de edades comprendidas entre los 7 y los 13 a帽os, mientras se sientan juntas en su habitaci贸n dentro de un antiguo y enorme cuartel militar en Harmanli, no muy lejos de la frontera con Turqu铆a.
En lugar de eso, la familia, perteneciente a la religi贸n yazid铆, que se ha convertido en el blanco de los militantes, desembols贸 6.700 d贸lares estadounidenses a un traficante de personas para que les ayudara a cruzar la frontera terrestre con Bulgaria. El coste era considerablemente mayor en comparaci贸n al del peligroso cruce por mar hacia Europa, el cual se ha llevado la vida de al menos 3.135 personas en lo que va de a帽o.
Esta familia se encuentra entre los 13.000 solicitantes de asilo que han trazado su trayectoria a trav茅s de Bulgaria este a帽o en b煤squeda de una ruta m谩s segura hacia Europa, un viaje que presenta muchos peligros por s铆 solo, habida cuenta de las condiciones cada vez m谩s dif铆ciles en las fronteras.
La familia de Faisal acab贸 en la c谩rcel tras ser descubierta durante su primer intento de llegar a Bulgaria. Confiscaron sus carnets de identidad antes de enviarlos de regreso a Turqu铆a, donde intentaron cruzar de nuevo la frontera, a pesar del endurecimiento de los controles.
A medida que se acerca el invierno, Bulgaria tiene intenci贸n de ampliar la valla que actualmente se extiende a lo largo de su frontera con Turqu铆a de los actuales 50 kil贸metros a 160 kil贸metros. La valla cuenta con guardias armados y equipos de vigilancia con alta tecnolog铆a.
La semana pasada, un refugiado afgano muri贸 a causa de un disparo de un guardia de frontera b煤lgaro cerca de la ciudad fronteriza de Sredets. ACNUR conden贸 el hecho y exigi贸 que se inicie una investigaci贸n. Sin embargo, la oposici贸n p煤blica de Bulgaria en relaci贸n a los refugiados se ha endurecido.
Mientras tanto, en un dormitorio femenino en la cuidad de Harmanli, en Bulgaria, Aveno, una joven madre kurda procedente de Qamishli, en el norte de Siria, remov铆a de una peque帽a estufa una cazuela con sopa que herv铆a a fuego lento. Se ten铆a que encargar de varias cosas a la vez, acunando a su beb茅 de cuatro meses en un brazo mientras su hijo de un a帽o tiraba de su falda, reclamando atenci贸n. “Se cansaron mucho en el camino hacia aqu铆”, afirm贸.
Despu茅s de que los militantes mataran a su marido, Aveno hab铆a reunido 4.500 euros para llegar hasta aqu铆, en vez de arriesgar la vida de sus hijos en el azaroso viaje por mar hacia Grecia. Espera que su hija, que sufre de una afecci贸n card铆aca, pueda recibir cuidados m茅dicos.
Una mujer de mediana edad que ayudaba a Aveno con la cocina narraba c贸mo recientemente hab铆a pasado tres d铆as perdida en un bosque b煤lgaro cerca de la frontera. Fue golpeada por la polic铆a, robada y enviada de regreso a Turqu铆a, aunque encontr贸 la forma de regresar. “Las mujeres debemos permanecer unidas para estar seguras”, afirm贸.
Dada la afluencia masiva de refugiados que llegaron al centro de acogida de Harmanli durante los 煤ltimos meses, las autoridades establecieron un campamento de tiendas de campa帽a sustituy茅ndolo, posteriormente, por prefabricados. No obstante, este se ha vaciado notablemente durante las 煤ltimas semanas, ya que los refugiados y migrantes optan por dirigirse hacia otros pa铆ses europeos.
Bulgaria dispone de seis centros de acogida operativos, con un total de 5.130 camas, pero actualmente los centros se encuentran aproximadamente al 70% u 80% de su capacidad.
“Ahora casi nadie quiere quedarse en Bulgaria”, afirma Gospodin Gospodinov, un trabajador social de Harmanli, cuyo escritorio est谩 lleno de solicitudes de asilo. “Algunos esperan a o铆r nuestra decisi贸n; otros no lo hacen y contin煤an su viaje de forma ilegal”.
Gracias a la Voluntaria en L铆nea Carmen Ju谩rez Junquera por el apoyo ofrecido con la traducci贸n del ingl茅s de este texto.