Por Asamblea Feminista de Madrid.- Hay quienes creen que no existe una discriminaci贸n real contra las mujeres. Pero la sociedad en la que vivimos est谩 estructurada por las desigualdades de g茅nero: la diferente posici贸n de mujeres y hombres en el trabajo asalariado y en el de cuidados, la cosificaci贸n de los cuerpos de las mujeres, el desigual acceso a todo tipo de recursos, la infra-representaci贸n de las mujeres en espacios de poder y por supuesto, los comportamientos e ideas que subordinan, discriminan y desvalorizan a las mujeres. Todas estas desigualdades legitiman la violencia machista.
Nuestra sociedad tiene mecanismos que refuerzan y reproducen estas desigualdades. Lo vemos por ejemplo en el tratamiento sexista de los medios de comunicaci贸n, en las leyes discriminatorias y en la violencia institucional. Todo esto sigue se帽alando a las mujeres como sujetos desiguales.
Por lo tanto, solo acabando con la desigualdad se pondr谩 fin realmente a las violencias machistas.
La violencia se percibe socialmente como un problema y se condena solo en su m谩xima expresi贸n: la agresi贸n y asesinato de mujeres a manos de sus parejas o exparejas. Pero en muchos casos, esta condena se queda en el 谩mbito de lo pol铆ticamente correcto y en otros se banaliza, se ignora o se naturaliza.
Todas las mujeres estamos expuestas a la violencia machista pero hay quienes por su edad, su situaci贸n socioecon贸mica, su condici贸n migrante o administrativa, su transexualidad o su orientaci贸n sexual, se enfrentan a m谩s dificultades en el acceso a los derechos y a la justicia.
Debemos recordar que los insultos, humillaciones, desprecios, amenazas, el aislamiento de la mujer de su entorno (amistades o familia), la violencia sexual, el acoso callejero, el acoso laboral y el menosprecio general de las mujeres forman parte de la denominada violencia machista y son expresiones de un mismo problema.
¡NO A LAS VIOLENCIAS MACHISTAS!
PROPONEMOS:
1. Acabar con las condiciones materiales y simb贸licas de la reproducci贸n de la desigualdad sexista. Si esto no es as铆, la educaci贸n en la igualdad no es posible y se convierte en una utop铆a.
2. Sensibilizar a la sociedad y a las instituciones por medio de una educaci贸n no sexista.
3. Reforzar las medidas preventivas y aumentar los recursos destinados a la atenci贸n y protecci贸n a las v铆ctimas de violencias machistas, recuperando la gesti贸n p煤blica.
4. Apostar por cambios normativos que incluyan medidas contra todas las violencias.
5. Establecer otros mecanismos de protecci贸n que no necesiten de la denuncia para que las mujeres v铆ctimas de violencias machistas tengan acceso a los recursos.
6. Tejer alianzas y apoyos con todos los movimientos sociales.
Hagamos de la vida cotidiana, de los lugares de ocio, de las familias, de los centros de trabajo, espacios libres de violencias machistas.
Para eso es necesario el compromiso activo de todas las personas. Consideramos fundamental la acci贸n feminista y el refuerzo por parte de una sociedad movilizada y solidaria.
Nosotras seguiremos saliendo a las calles porque queremos una vida libre de violencias machistas y digna para todas. Pero todas, todas, todas…
Madrid, noviembre de 2015
Nuestra sociedad tiene mecanismos que refuerzan y reproducen estas desigualdades. Lo vemos por ejemplo en el tratamiento sexista de los medios de comunicaci贸n, en las leyes discriminatorias y en la violencia institucional. Todo esto sigue se帽alando a las mujeres como sujetos desiguales.
Por lo tanto, solo acabando con la desigualdad se pondr谩 fin realmente a las violencias machistas.
La violencia se percibe socialmente como un problema y se condena solo en su m谩xima expresi贸n: la agresi贸n y asesinato de mujeres a manos de sus parejas o exparejas. Pero en muchos casos, esta condena se queda en el 谩mbito de lo pol铆ticamente correcto y en otros se banaliza, se ignora o se naturaliza.
Todas las mujeres estamos expuestas a la violencia machista pero hay quienes por su edad, su situaci贸n socioecon贸mica, su condici贸n migrante o administrativa, su transexualidad o su orientaci贸n sexual, se enfrentan a m谩s dificultades en el acceso a los derechos y a la justicia.
Debemos recordar que los insultos, humillaciones, desprecios, amenazas, el aislamiento de la mujer de su entorno (amistades o familia), la violencia sexual, el acoso callejero, el acoso laboral y el menosprecio general de las mujeres forman parte de la denominada violencia machista y son expresiones de un mismo problema.
¡NO A LAS VIOLENCIAS MACHISTAS!
PROPONEMOS:
1. Acabar con las condiciones materiales y simb贸licas de la reproducci贸n de la desigualdad sexista. Si esto no es as铆, la educaci贸n en la igualdad no es posible y se convierte en una utop铆a.
2. Sensibilizar a la sociedad y a las instituciones por medio de una educaci贸n no sexista.
3. Reforzar las medidas preventivas y aumentar los recursos destinados a la atenci贸n y protecci贸n a las v铆ctimas de violencias machistas, recuperando la gesti贸n p煤blica.
4. Apostar por cambios normativos que incluyan medidas contra todas las violencias.
5. Establecer otros mecanismos de protecci贸n que no necesiten de la denuncia para que las mujeres v铆ctimas de violencias machistas tengan acceso a los recursos.
6. Tejer alianzas y apoyos con todos los movimientos sociales.
Hagamos de la vida cotidiana, de los lugares de ocio, de las familias, de los centros de trabajo, espacios libres de violencias machistas.
Para eso es necesario el compromiso activo de todas las personas. Consideramos fundamental la acci贸n feminista y el refuerzo por parte de una sociedad movilizada y solidaria.
Nosotras seguiremos saliendo a las calles porque queremos una vida libre de violencias machistas y digna para todas. Pero todas, todas, todas…
Madrid, noviembre de 2015