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Cada cual en su sitio

OPINI脫N de Ram贸n Cotarelo/ Palinuro.- La fren茅ticas negociaciones para constituir gobierno en Espa帽a y no ser menos que los catalanes, quienes lo hicieron en tres meses, est谩n consiguiendo casi un milagro. Lo que la naturaleza no parece haber dado a los habitantes de la pen铆nsula, seg煤n generalizada opini贸n, esto es, capacidad de pactar, lo aprender谩n en seis semanas. Es como si estuvieran acudiendo a un crash course de "pactolog铆a".

El PSOE, con sus 90 raqu铆ticos diputados, ocupa la centralidad pol铆tica, como si tuviera entrada numerada y con la misma seguridad con que Podemos ejerce un ins贸lito "derecho de pernada", al decir del ex-ministro socialista Corcuera, 谩nimo en perpetua y clamante ira que ha vuelto del reino del olvido. El joven jeque S谩nchez es el primero que parece dispuesto a liberarse de la apolillada tutela del viejo gur煤 Gonz谩lez a quien todos respetan en p煤blico y maldicen en privado.

Los socialistas parecen haber pillado a los de Podemos alquilando una escalera para asaltar los cielos, menester al que se dedican los fines de semana igual que los dem谩s van a setas o visitan a su anciana madre. Porque, de no ser as铆, jam谩s permitir铆an ellos que alguien les arrebatase ese lugar de centralidad pol铆tica al que est谩n abonados como las pe帽as futbol铆sticas de los barrios perif茅ricos y que, al parecer, dominan por mor de su brillante oratoria y su probada capacidad metaf贸rica y esterilidad conceptual.

Ciudadanos, cuyo jefe se hab铆a acostumbrado ya a que, fuera de Catalu帽a, alguien prestara atenci贸n a las sinsorgadas que dice con la misma vacua solemnidad e id茅ntica sonrisa con que Primo de Rivera dec铆a las suyas, est谩 ins贸litamente callado. Tanto que alguno ha apuntado la posibilidad de que el flamante l铆der del neofalangismo haya sufrido un shock traum谩tico como el que Naomi Klein sostiene que los psic贸patas capitalistas aplican a las sufridas masas de consumidores occidentales cuando ya no queda nada por consumir.

Los partidos independentistas catalanes, ERC y el mutante Democr脿cia i Llibertat (DiL), cada vez parecen m谩s una especie de embajadores hirsutos de los confines del Imperio que invaden los espacios capitalinos con sus guturales voces. Desconocedores del protocolo servil de la corte, agravian casi sin querer al monarca, al que tratan con el desprecio propio de los pueblos libres para los cuales nadie es m谩s que nadie y, seg煤n las oscuras f贸rmulas de los juramentos en sus apartadas selvas, cada uno vale tanto como vos y, todos juntos, m谩s que vos.

El PP, viejo casino fan茅 y descangallado, refugio inmemorial de bandidos de la sierra, asaltacaminos, bandas de gangsters, jugadores de ventaja, busconas en decadencia y vendedores ambulantes de crecepelos, espera a que se restablezca el orden tras el paso del hurac谩n del 20D para evaluar da帽os. Algunos de sus m谩s afamados cuadrilleros han buscado santuario en el grupo mixto, mientras los seguidores de las german铆as valencianas desfilan camino de las galeras del Rey. Su jefe, nost谩lgico de los tiempos de gloria en que le bastaba gui帽ar el ojo izquierdo para que las cohortes aplastaran toda resistencia, trata de sobrevivir en el parque jur谩sico de su residencia a la sublevaci贸n de sus jefes de mesnadas, dispuestos a ocupar su sill贸n y entregarlo a 茅l en manos de los inmisericordes jueces.

Estos, los jueces, crecidos en su independencia al ver que los partidarios del pr铆ncipe est谩n obligados a abandonar sus antiguas posesiones y no mandan ni entre los forajidos m谩s fieles, comienzan a recobrar el resuello y a actuar con el sentido de la rectitud y la justicia que siempre se les atribuy贸, incluso cuando no lo demostraban. Mantener a la Infanta Cristina en el banquillo de los acusados, como el resto de los supuestos ladrones de guante blanco y sangre azul es un acto de rebeld铆a. Librarse de los dos jen铆zaros procesales encargados de la impunidad de los exactores del imperio una prueba de la alborada inicial de la justicia en el p谩ramo castellano.

El Comit茅 Federal quiere, dice, marcar los l铆mites de actuaci贸n del c贸nsul S谩nchez, ci帽茅ndole los poderes a pactar a medias con los representantes de la plebe de coletas y negar el saludo a los independentistas m谩s all谩 del limes, de los que no podr谩 solicitar ayuda activa ni pasiva. Seg煤n mandato de estos conmilitones, el compa帽ero secretario general no podr谩 beneficiarse de los votos independentistas y tampoco de su abstenci贸n ni ausencia. Es algo absurdo porque eso significa que S谩nchez tendr谩 que emplazarlos y exigirles que voten en contra suya, aunque no quieran, lo cual parece m谩s dif铆cil y maravilloso que ver licuarse la sangre de San Pantale贸n.

Pero, sin duda, la m谩s fant谩stico de la situaci贸n es que la estabilidad de un hipot茅tico gobierno de la izquierda espa帽ola dependa de los independentistas catalanes cuyo inter茅s l贸gico (quiz谩 no muy espa帽ol en el sentido de don Pelayo, pero bastante razonable) es que no haya gobierno estable alguno en Espa帽a que pueda mover a la represi贸n de su programa de independencia. Sobre todo ahora que, careciendo el imperio de legiones, pretende sofocar los movimientos emancipadores a base de magistrados o comisarios del Pr铆ncipe disfrazados de jueces.

Las j贸venes esperanzas plebeyas con su promesa de sangre renovada, pueblan las gradas m谩s altas y lejanas del anfiteatro en la alegre barah煤nda de mocosos y n煤cleos irradiadores mientras env铆an ultimata al centro de mando de Imperio, exigiendo posada y pernocta para los suyos en los aposentos del Se帽or en condiciones de igualdad con su servidumbre. Pero la guardia del pretor prefiere llegar a un acuerdo con Ciudadanos, valorando en estos dos virtudes sobre otras: son m谩s modestos y realistas, menos bocazas y presuntuosos que los de Podemos y m谩s de fiar que ellos porque no albergan en su seno los cestos de manzanas de la distintas discordias troyanas.

Al final, la combinaci贸n m谩s posible que permita a los patricios llegar a los Idus de marzo dej谩ndose por el camino el alma en pena del Sobresueldos del castillo, es un gobierno del PSOE con un Podemos al que los dioses hagan comprender que ni est谩n solos en el mundo ni este les pertenece, con un compromiso firme de los neofalangistas de ciudadanos de abstenerse siempre que una confluencia de votos negativos amenace la continuidad del gobierno.

Solo esta combinaci贸n eliminar铆a, de un lado, que el independentismo catal谩n destruya los gobiernos centrales uno tras otro como las cargas de la caballer铆a n煤mida destru铆a las formaciones romanas y, de otro, que los espectrales pobladores del castillo g贸tico de la derecha, con el mal茅fico y balbuceante Sobresueldos vuelva a sumergir Espa帽a en otros cuatro a帽os de estupidez y opresi贸n.

Eso o elecciones nuevas que no interesan a nadie salvo a los independentistas catalanes para seguir adelante con su hoja de ruta hacia la independencia y a la derecha troglodita y clept贸mana para que no se hable de su corrupci贸n cr贸nica.















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