OPINI脫N de Federico Mayor Zaragoza.- Igual que sucedi贸 en procesos electorales anteriores –por ejemplo en Brasil o en Argentina- est谩 ahora produci茅ndose en nuestro pa铆s una tumultuosa reacci贸n de los “mercados” para que no se altere la “estabilidad econ贸mica” de Espa帽a.
O te sometes a las directrices neoliberales –Obama no lo ha hecho- o m谩s aguda ser谩 una situaci贸n que favorecer谩 la huida de los capitales.
Veamos algunos t铆tulos de los 煤ltimos d铆as: “Las dudas sobre la econom铆a lastran a la banca y golpean duro a las bolsas”; “La UE alerta a Espa帽a del riesgo inminente sobre su econom铆a”; “Bruselas avisa del riesgo de la alta deuda p煤blica en Espa帽a”; “Prima de riesgo econ贸mica”…
Parece ser que nos hemos habituado a la mayor铆a absoluta de tal forma que, despu茅s de cinco a帽os de “leyes rodillo”, ya nadie sabe en realidad lo que es una democracia genuina.
Por fortuna, la “mayor铆a absoluta” ya ha pasado y no deber铆a nunca m谩s volver, porque la palabra “absoluta” es, precisamente, la ant铆tesis de democracia.
La democracia es el dif铆cil arte de representar fidedignamente la voluntad popular. Y consiste en procurar –por encima de partidos y nombramientos- cumplir los objetivos que pueden beneficiar al pueblo. Pues por eso votaron. No se atrevieron a hacer frente a las intimidaciones de sistemas en declive que han sustituido el multilateralismo democr谩tico por grupos plutocr谩ticos y los valores 茅ticos por los burs谩tiles.
Re煤nanse, presenten sus proyectos concretos, lleguen a conclusiones propicias para una acci贸n relevante e inmediata porque, en caso contrario, “cuando las horas cruciales pasan es in煤til despu茅s correr para alcanzarlas”. Desoigan a los unos y a los otros porque, como ha advertido Amin Maalouf, “situaciones sin precedentes requieren soluciones sin precedentes”.
O te sometes a las directrices neoliberales –Obama no lo ha hecho- o m谩s aguda ser谩 una situaci贸n que favorecer谩 la huida de los capitales.
Veamos algunos t铆tulos de los 煤ltimos d铆as: “Las dudas sobre la econom铆a lastran a la banca y golpean duro a las bolsas”; “La UE alerta a Espa帽a del riesgo inminente sobre su econom铆a”; “Bruselas avisa del riesgo de la alta deuda p煤blica en Espa帽a”; “Prima de riesgo econ贸mica”…
Parece ser que nos hemos habituado a la mayor铆a absoluta de tal forma que, despu茅s de cinco a帽os de “leyes rodillo”, ya nadie sabe en realidad lo que es una democracia genuina.
Por fortuna, la “mayor铆a absoluta” ya ha pasado y no deber铆a nunca m谩s volver, porque la palabra “absoluta” es, precisamente, la ant铆tesis de democracia.
La democracia es el dif铆cil arte de representar fidedignamente la voluntad popular. Y consiste en procurar –por encima de partidos y nombramientos- cumplir los objetivos que pueden beneficiar al pueblo. Pues por eso votaron. No se atrevieron a hacer frente a las intimidaciones de sistemas en declive que han sustituido el multilateralismo democr谩tico por grupos plutocr谩ticos y los valores 茅ticos por los burs谩tiles.
Re煤nanse, presenten sus proyectos concretos, lleguen a conclusiones propicias para una acci贸n relevante e inmediata porque, en caso contrario, “cuando las horas cruciales pasan es in煤til despu茅s correr para alcanzarlas”. Desoigan a los unos y a los otros porque, como ha advertido Amin Maalouf, “situaciones sin precedentes requieren soluciones sin precedentes”.