OPINI脫N de Ismael Rezzak Mariano.- Alguna vez nos entra la curiosidad de poner nuestro nombre en el buscador, y que nos aparezca toda la actividad que generamos en Internet. Toda esa informaci贸n constituye nuestra identidad digital. Las redes sociales permiten disponer de diferentes identidades digitales, como una profesional en Linkedin y otra de car谩cter m谩s personal en Facebook, pero todas ellas quedan fijadas en el ciberespacio, y resulta complicado eliminar su rastro. Recientemente, la Comisi贸n Europea ha puesto en marcha un proceso normativo para regular el derecho al olvido digital.
Esta permanencia perenne de nuestro rastro digital, puede ocasionar problemas, como en el caso de muchas empresas de recursos humanos que confiesan que cuando reciben candidaturas rastrean en Internet el nombre del candidato y les influye lo que encuentran sobre 茅l. Si descubren que fue arrestado en su juventud por grafitero, o im谩genes suyas subidas por un amigo de otros tiempos en una fiesta con desenlaces embarazosos, probablemente sea un punto negativo para su entrada en una empresa. Sin embargo, forma parte de su identidad digital, porque en la Red somos lo que decimos y lo que hacemos. Textos, fotos, p谩ginas web que visitamos, comentarios que emitimos en blogs… todo queda registrado.
Con esta situaci贸n, la Comisi贸n Europea prepar贸 una directiva sobre lo que se conoce como “derecho al olvido digital”, que obligar谩 a las p谩ginas web a borrar todo rastro de una persona que as铆 lo solicite. Las empresas que no act煤en ante una petici贸n de este tipo se arriesgar谩n a ser multadas con hasta un mill贸n de euros.
En principio, el derecho al olvido digital incluir谩 tanto los datos personales como el contenido que un internauta haya insertado en cualquier formato. De ser aprobada cada ciudadano podr谩 exigir en cualquier momento a las empresas controladoras del espacio virtual que borren toda la informaci贸n de que dispongan sobre 茅l, sea visual, de contacto o la simple menci贸n de la persona. S贸lo la existencia de algunos “argumentos leg铆timos” para conservarlos eximir铆a a las empresas de acatar dicha solicitud. El proyecto alcanza no s贸lo a las redes sociales, sino tambi茅n a cualquier empresa que maneje datos personales; entre otras, a las consultoras de selecci贸n de personal.
Asimismo, ense帽ar al internauta de una correcta gesti贸n digital le permitir谩 evitar problemas en un futuro. Es recomendable no aportar datos personales y, en todo caso, brindarlos en los entornos m谩s seguros posible y directamente a personas conocidas.
Ya dec铆a George Orwell en 1984: “Qui茅n controla el pasado controla el futuro. Qui茅n controla el presente controla el pasado.”
Ismael Rezzak Mariano
Periodista
Esta permanencia perenne de nuestro rastro digital, puede ocasionar problemas, como en el caso de muchas empresas de recursos humanos que confiesan que cuando reciben candidaturas rastrean en Internet el nombre del candidato y les influye lo que encuentran sobre 茅l. Si descubren que fue arrestado en su juventud por grafitero, o im谩genes suyas subidas por un amigo de otros tiempos en una fiesta con desenlaces embarazosos, probablemente sea un punto negativo para su entrada en una empresa. Sin embargo, forma parte de su identidad digital, porque en la Red somos lo que decimos y lo que hacemos. Textos, fotos, p谩ginas web que visitamos, comentarios que emitimos en blogs… todo queda registrado.
Con esta situaci贸n, la Comisi贸n Europea prepar贸 una directiva sobre lo que se conoce como “derecho al olvido digital”, que obligar谩 a las p谩ginas web a borrar todo rastro de una persona que as铆 lo solicite. Las empresas que no act煤en ante una petici贸n de este tipo se arriesgar谩n a ser multadas con hasta un mill贸n de euros.
En principio, el derecho al olvido digital incluir谩 tanto los datos personales como el contenido que un internauta haya insertado en cualquier formato. De ser aprobada cada ciudadano podr谩 exigir en cualquier momento a las empresas controladoras del espacio virtual que borren toda la informaci贸n de que dispongan sobre 茅l, sea visual, de contacto o la simple menci贸n de la persona. S贸lo la existencia de algunos “argumentos leg铆timos” para conservarlos eximir铆a a las empresas de acatar dicha solicitud. El proyecto alcanza no s贸lo a las redes sociales, sino tambi茅n a cualquier empresa que maneje datos personales; entre otras, a las consultoras de selecci贸n de personal.
Asimismo, ense帽ar al internauta de una correcta gesti贸n digital le permitir谩 evitar problemas en un futuro. Es recomendable no aportar datos personales y, en todo caso, brindarlos en los entornos m谩s seguros posible y directamente a personas conocidas.
Ya dec铆a George Orwell en 1984: “Qui茅n controla el pasado controla el futuro. Qui茅n controla el presente controla el pasado.”
Ismael Rezzak Mariano
Periodista