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Humillan y escarnecen a mujeres gitanas en Europa

OPINI脫N de Carlos Migu茅lez Monroy.- Circulan por las noticias del mundo las burlas contra personas que piden limosna en las zonas donde los aficionados de distintos equipos de f煤tbol se pon铆an hasta arriba de cerveza y gritaban improperios. Las im谩genes muestran a un tipo que quema un billete en la cara de una mujer gitana que pide dinero, o a otros que lanzan monedas desde su silla en la Plaza Mayor de Madrid o a uno que, con gestos, insin煤a que soltar谩 la limosna si otra mujer es capaz de hacer de imitar sus contorsiones. La mujer se pone a hacer flexiones y “se gana unas monedas”. Tambi茅n hay im谩genes de dos “aficionados” que orinaron encima de una se帽ora en Roma.

No tarda mucha gente en asociar f煤tbol y alcohol con estos comportamientos, como si todos los aficionados del deporte se comportaran como patanes cuando se toman dos, tres, cinco o veinte cervezas. Se llevan las manos a la cabeza como si estas humillaciones no ocurrieran con frecuencia desde hace a帽os y en otros contextos, muchas veces en versiones de mayor violencia.

Algunos medios han informado del aumento de insultos a las personas sin hogar, muchas veces por parte de j贸venes que no alcanzan la mayor铆a de edad. La creaci贸n de un observatorio de delitos de odio contra las personas m谩s vulnerables en Espa帽a responde a agresiones f铆sicas y a muertes de personas que, por su situaci贸n de exclusi贸n social, est谩n m谩s expuestas a abusos y a arbitrariedades.

Poco tardan tambi茅n periodistas de algunos grandes medios de comunicaci贸n en llamar a organizaciones de la sociedad civil que trabajan con personas sin hogar a las que con frecuencia se refieren como “mendigos” o “vagabundos”. Piden una entrevista con alg煤n responsable para valorar hechos que, muchas veces, han ignorado a pesar de las notas de prensa y los actos de denuncia por delitos de odio contra las personas m谩s vulnerables de nuestras sociedades que han llevado de sus bandejas de entrada a la papelera de reciclaje. Pretenden convertir en realidad ciertos hechos s贸lo cuando se producen en un contexto futbol铆stico o de famoseo.

¿Con qu茅 objetivo vamos a hacer una entrevista? ¿Cu谩l ser铆a el enfoque, m谩s all谩 de repetir que se trata de hechos lamentables que deshumanizan a seres humanos, lo que salta a la vista de cualquier espectador con sensibilidad? Parece como si estas preguntas, normales desde la perspectiva de cualquier responsable de comunicaci贸n en el ejercicio de su funci贸n, sorprendieran a algunos periodistas.

Las organizaciones no pueden estar tan desesperadas por salir en la televisi贸n como para prestarse a dedicar horas de conversaciones y de grabaci贸n para s贸lo salir seis segundos en las noticias con declaraciones que no ahondan en las causas, que no ofrecen contextos jur铆dicos, pol铆ticos o sociales, que no aportan propuestas. No basta con indignarse y repetir lo obvio: como sociedad no podemos consentir las humillaciones a las personas m谩s vulnerables.

Se puede trabajar con los profesionales de los medios para que estas im谩genes no se queden en an茅cdotas y para que se busque el contexto en que se producen esas humillaciones. No se pueden atribuir a la casualidad cuando coinciden con la proliferaci贸n de discursos de la derecha populista contra inmigrantes y refugiados, con el repunte de la extrema derecha en contextos de desempleo y de crisis econ贸mica y con discursos de odio que empiezan a calar en la sociedad.

Algunos canales de televisi贸n han llamado a expertos jur铆dicos para consultarles sobre posibles acciones legales contra quienes humillan de esta forma a personas que no dejan de tener derechos por el hecho de estar en situaci贸n de calle, incluso si han llegado ah铆 por decisiones que han tomado. La tipificaci贸n de delitos de odio abre una puerta para tomar medidas legales contra actos que atenten contra la dignidad de las personas vulnerables.

Los medios tienen la oportunidad de comunicar a los ciudadanos sobre las consecuencias que puede tener dejar en manos de “representantes” pol铆ticos la decisi贸n de discriminar a personas en funci贸n de su etnia, de su nacionalidad o de su capacidad econ贸mica, muchas veces vinculadas. Tambi茅n sirve como oportunidad para la reflexi贸n y la autocr铆tica: fueron periodistas de la televisi贸n quienes, hace unos a帽os, humillaron a unas personas que ped铆an limosna. En una Eurocopa.

Carlos Migu茅lez Monroy
Periodista y editor en el Centro de Colaboraciones Solidarias
Twitter: @cmiguelez

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