OPINI脫N de Claudia Brihuega Ortiz.- Las ciudades pueden regenerar la democracia cuando se basan en los conceptos de c贸digo abierto, herramientas digitales gratuitas y participaci贸n activa de las personas. El informe Estado del poder 2016, elaborado por el periodista e investigador Bernardo Guti茅rrez, recoge las experiencias en distintas ciudades del mundo en las que se han implantado estas alternativas.
Las ciudades se convierten en el centro pol铆tico. “Abanderan causas que exceden sus competencias, abren camino a nuevas pol铆ticas, leyes, pr谩cticas y herramientas”, se帽ala Guti茅rrez.
El dise帽o de las ciudades, basado en la tecnolog铆a propietaria y la vigilancia masiva, olvida a muchas de las personas que viven en ellas.
“Ocupemos la ciudad, habitemos la pol铆tica”, dice el candidato pol铆tico independiente Pedro Kumamoto. El colectivo Wikipol铆tica, liderado por Kumamoto, surgi贸 de los desdoblamientos mexicanos de Occupy Wall Street. Los movimientos activistas de los 煤ltimos a帽os han recuperado la idea del espacio urbano global.
Realizan proyectos y programas por medio del intercambio, del debate y de la investigaci贸n. Los foros permiten conocer la opini贸n de las personas.
“Hace tiempo ten铆amos miedo al bosque”, escribe el pensador y pedagogo Francesco Tonucci. Su libro, La ciudad de los ni帽os, se帽ala el intercambio de roles entre el bosque y la ciudad. Los bosques se convierten en el espacio deseado frente a las ciudades grises y ca贸ticas.
El tiempo en la ciudad se escapa. Todas las personas antes de salir de casa saben su recorrido, los minutos que van a emplear en comprar un caf茅 y si hay demasiada gente no lo tomar谩n para no perder el autob煤s.
Los n煤cleos urbanos ofrec铆an espacios donde compartir y encontrarse. La separaci贸n y especializaci贸n, as铆 como el valor de la productividad y comercial de los espacios han distorsionado su esencia.
Las ciudades est谩n pensadas en dise帽o y servicios para el adulto de edad media, trabajador y consumidor.
Los ni帽os y las ni帽as est谩n desprotegidos. No pueden ir solos a jugar al parque, necesitan de una persona que les vigile. “Bajo vigilancia no se puede jugar”, expresa Tonucci. Durante el juego surgen fantas铆as y situaciones que deben aprender a resolver. No se puede aislar al ni帽o.
En las ciudades actuales se anima a los ni帽os a crecer de manera precoz. La soledad de los ni帽os se compensa con productos de consumo.
Se les ense帽a a temer al desconocido. Pero no se ense帽a al desconocido a cuidar de ellos. Si viven con miedo a lo diferente y a lo que no conocen es dif铆cil que exista la tolerancia.
Las personas mayores adquieren un papel protagonista en la nueva concepci贸n de ciudad. Son los aliados de los ni帽os. Recuperan su papel activo en la sociedad, salen de nuevo a la ciudad para disfrutar de sus rincones y ense帽arla a los m谩s peque帽os.
Las relaciones intergeneracionales ayudan a “tomar conciencia tanto de la posici贸n que cada persona tenemos en el ciclo vital como de la existencia de otras generaciones”, expresa el soci贸logo Mariano S谩nchez Mart铆nez.
Ciudades sostenibles y democr谩ticas pensadas para todas las personas basadas en relaciones horizontales y de equilibrio. Se debe pensar desde lo local para actuar en lo global.
*Claudia Brihuega Ortiz es Periodista
Las ciudades se convierten en el centro pol铆tico. “Abanderan causas que exceden sus competencias, abren camino a nuevas pol铆ticas, leyes, pr谩cticas y herramientas”, se帽ala Guti茅rrez.
El dise帽o de las ciudades, basado en la tecnolog铆a propietaria y la vigilancia masiva, olvida a muchas de las personas que viven en ellas.
“Ocupemos la ciudad, habitemos la pol铆tica”, dice el candidato pol铆tico independiente Pedro Kumamoto. El colectivo Wikipol铆tica, liderado por Kumamoto, surgi贸 de los desdoblamientos mexicanos de Occupy Wall Street. Los movimientos activistas de los 煤ltimos a帽os han recuperado la idea del espacio urbano global.
Realizan proyectos y programas por medio del intercambio, del debate y de la investigaci贸n. Los foros permiten conocer la opini贸n de las personas.
“Hace tiempo ten铆amos miedo al bosque”, escribe el pensador y pedagogo Francesco Tonucci. Su libro, La ciudad de los ni帽os, se帽ala el intercambio de roles entre el bosque y la ciudad. Los bosques se convierten en el espacio deseado frente a las ciudades grises y ca贸ticas.
El tiempo en la ciudad se escapa. Todas las personas antes de salir de casa saben su recorrido, los minutos que van a emplear en comprar un caf茅 y si hay demasiada gente no lo tomar谩n para no perder el autob煤s.
Los n煤cleos urbanos ofrec铆an espacios donde compartir y encontrarse. La separaci贸n y especializaci贸n, as铆 como el valor de la productividad y comercial de los espacios han distorsionado su esencia.
Las ciudades est谩n pensadas en dise帽o y servicios para el adulto de edad media, trabajador y consumidor.
Los ni帽os y las ni帽as est谩n desprotegidos. No pueden ir solos a jugar al parque, necesitan de una persona que les vigile. “Bajo vigilancia no se puede jugar”, expresa Tonucci. Durante el juego surgen fantas铆as y situaciones que deben aprender a resolver. No se puede aislar al ni帽o.
En las ciudades actuales se anima a los ni帽os a crecer de manera precoz. La soledad de los ni帽os se compensa con productos de consumo.
Se les ense帽a a temer al desconocido. Pero no se ense帽a al desconocido a cuidar de ellos. Si viven con miedo a lo diferente y a lo que no conocen es dif铆cil que exista la tolerancia.
Las personas mayores adquieren un papel protagonista en la nueva concepci贸n de ciudad. Son los aliados de los ni帽os. Recuperan su papel activo en la sociedad, salen de nuevo a la ciudad para disfrutar de sus rincones y ense帽arla a los m谩s peque帽os.
Las relaciones intergeneracionales ayudan a “tomar conciencia tanto de la posici贸n que cada persona tenemos en el ciclo vital como de la existencia de otras generaciones”, expresa el soci贸logo Mariano S谩nchez Mart铆nez.
Ciudades sostenibles y democr谩ticas pensadas para todas las personas basadas en relaciones horizontales y de equilibrio. Se debe pensar desde lo local para actuar en lo global.
*Claudia Brihuega Ortiz es Periodista