OPINI脫N de Brian Anglo.- Los gobiernos y los partidos del orden europeos no buscan soluciones al drama de la poblaci贸n civil siria (afgana, iraqu铆 ...) y de sus refugiados, sino que se preocupan sobre todo de mantenerlos a raya, traspasando buena parte del trabajo sucio a otros. Y encima, se aprovechan de este drama para legitimar su intervenci贸n, hacer tragar la represi贸n y el control, desviar el descontento con sus pol铆ticas antipopulares o esconder su responsabilidad en la gesti贸n –y la gestaci贸n– de esta misma situaci贸n.
Por el contrario, hay mucha gente que s铆 desea de verdad ayudar a estas personas. Se nota una gran empat铆a espont谩nea y ganas de "hacer algo", aunque estos sentimientos positivos todav铆a no han cuajado en un movimiento estructurado y coordinado con objetivos pr谩cticos y pol铆ticos claros, cuya necesidad es tan crucial como urgente.
Tambi茅n existe una cierta confusi贸n en cuanto a la justificaci贸n pol铆tica o moral que podr铆a fundamentar este movimiento y en ocasiones se utilizan argumentos o enfoques aparentemente v谩lidos, pero que tienen algunos aspectos problem谩ticos. Veamos unos cuantos.
• Parece bastante probable que la intervenci贸n de gobiernos extranjeros en Siria y otros pa铆ses incrementa a煤n m谩s el flujo de refugiados hacia Europa. Ahora bien, esto no es el principal motivo por el que hay que oponerse a esta intervenci贸n, que persigue objetivos ajenos e indiferentes a los intereses de la mayor铆a del pueblo sirio, sino la solidaridad con las personas que sufren las consecuencias directas de tal intervenci贸n, se conviertan en refugiados o no.
• Apoyar a las personas definidas como refugiadas, cuya desesperaci贸n queda palmaria en im谩genes sobrecogedoras, no deber铆a hacer olvidar o relegar a un rango inferior todas las dem谩s personas que migran, a menudo por razones similares, aunque menos medi谩ticas. Muchas de estas personas han muerto y siguen muriendo a causa de las pol铆ticas y las pr谩cticas excluyentes de la Uni贸n Europea y de los gobiernos de pa铆ses, como el del Estado espa帽ol, que hace tiempo que implementan el rechazo f铆sico, la devoluci贸n sin miramientos y la externalizaci贸n de fronteras. En todo caso, hay que defender la migraci贸n –la libertad de circulaci贸n y de establecimiento de las personas– como un derecho universal, sin jerarqu铆as.
• Tampoco debemos olvidar las personas, por ejemplo en Siria, que no pueden huir ... o que deciden quedarse porque no quieren abandonar su casa, su familia, su vecindario o su resistencia.
• Hay que superar la visi贸n de las personas refugiadas como v铆ctimas pasivas. Dentro de los m谩rgenes estrechos de sus circunstancias, son agentes activos, comport谩ndose a menudo con una gran determinaci贸n ante los m煤ltiples obst谩culos que encuentran en su camino. En algunos momentos incluso pueden obrar de forma colectiva, como cuando han forzado la apertura de fronteras cerradas a su paso o se han negado a ser devueltos desde Grecia a Turqu铆a. Es importante reconocer esta actividad.
• A la hora de criticar la mezquindad, el c谩lculo electoralista y el ego铆smo que limitan las plazas ofertadas para refugiados y que caracterizan el mercadeo en torno a la distribuci贸n de las exiguas cuotas finalmente acordadas (pero no aplicadas) entre los diferentes pa铆ses de la Uni贸n Europea, hay que condenar tambi茅n c贸mo, en todo este proceso, se obvia la voluntad de las personas directamente afectadas y que son tratadas como meras cifras a regatear, desprovistas de toda humanidad.
• Para contrarrestar la representaci贸n de los refugiados y refugiadas como una "carga", hay quien argumenta (como hacen algunos tambi茅n respecto a otros migrantes) que pueden ser 煤tiles para una poblaci贸n aut贸ctona que se envejece, mientras que ellos suelen ser j贸venes y emprendedores o tienen una buena formaci贸n. ¿Qu茅 pasa, sin embargo, si no resultan ser tan 煤tiles, o con los y las que no son tan rentables? Apoyarse en razones utilitaristas no proporciona una base s贸lida para la convivencia.
• Ciertamente el acuerdo entre la Uni贸n Europea y Turqu铆a para la devoluci贸n de nuevos demandantes de asilo (as铆 como el almacenamiento y contenci贸n de m谩s de dos millones de personas) es de dudosa legalidad. Y es importante, por supuesto, desenmascarar los subterfugios e interpretaciones interesadas empleadas por los representantes de la UE para ocultar el incumplimiento de la legislaci贸n internacional y de la suya propia. Sin embargo, ante la posibilidad de que las instituciones consigan presentar determinadas medidas inaceptables como plenamente legales –algo poco sorprendente teniendo en cuenta qui茅n hace las leyes y a favor de qui茅n– es a煤n m谩s importante insistir sobre la legitimidad y la justicia como normas superiores a la ley, de una manera similar a como se llama a la desobediencia cuando la Ley de Extranjer铆a criminaliza la solidaridad con las personas sin papeles.
• Esto no quiere decir que no valga la pena utilizar v铆as jur铆dicas para cuestionar las actuaciones de los gobiernos y de las instancias comunitarias; al contrario. Ahora bien, hay que tener presente que un eventual recurso legal –de resultado incierto y en todo caso de eficacia limitada y tard铆a– por s铆 solo no frenar谩 estas medidas y no puede sustituir una movilizaci贸n masiva y sostenida.
• Pretender que "Europa" o, m谩s precisamente, la Uni贸n Europea, debiera tener verg眉enza por su actitud puede ayudar a resaltar la hipocres铆a de sus dirigentes, el doble rasero que utilizan y el abismo que separa su pr谩ctica de los valores que dicen mantener. Sin embargo, corre el riesgo de crear confusi贸n en la medida que concede credibilidad a estas instituciones y a la posibilidad de que esta supuesta "verg眉enza" les obligue a cambiar su actitud. Esto requerir铆a, m谩s bien, que la repulsi贸n 茅tica sentida por sectores amplios de la poblaci贸n vaya m谩s all谩 de condenas morales y que se traduzca en presi贸n directa y pol铆tica sobre estas instituciones y sus l铆deres.
En un mundo interconectado de mil maneras, donde cualquier pol铆tica o acontecimiento tiene repercusiones por todas partes, la 煤nica forma de abordar las cuestiones de cierta envergadura como la de los refugiados y las refugiadas desde una posici贸n de izquierda consecuente es a trav茅s de la solidaridad y la cooperaci贸n internacionales con todas las personas oprimidas y explotadas, est茅n donde est茅n, sean de donde sean.
*vientosur.info/
Por el contrario, hay mucha gente que s铆 desea de verdad ayudar a estas personas. Se nota una gran empat铆a espont谩nea y ganas de "hacer algo", aunque estos sentimientos positivos todav铆a no han cuajado en un movimiento estructurado y coordinado con objetivos pr谩cticos y pol铆ticos claros, cuya necesidad es tan crucial como urgente.
Tambi茅n existe una cierta confusi贸n en cuanto a la justificaci贸n pol铆tica o moral que podr铆a fundamentar este movimiento y en ocasiones se utilizan argumentos o enfoques aparentemente v谩lidos, pero que tienen algunos aspectos problem谩ticos. Veamos unos cuantos.
• Parece bastante probable que la intervenci贸n de gobiernos extranjeros en Siria y otros pa铆ses incrementa a煤n m谩s el flujo de refugiados hacia Europa. Ahora bien, esto no es el principal motivo por el que hay que oponerse a esta intervenci贸n, que persigue objetivos ajenos e indiferentes a los intereses de la mayor铆a del pueblo sirio, sino la solidaridad con las personas que sufren las consecuencias directas de tal intervenci贸n, se conviertan en refugiados o no.
• Apoyar a las personas definidas como refugiadas, cuya desesperaci贸n queda palmaria en im谩genes sobrecogedoras, no deber铆a hacer olvidar o relegar a un rango inferior todas las dem谩s personas que migran, a menudo por razones similares, aunque menos medi谩ticas. Muchas de estas personas han muerto y siguen muriendo a causa de las pol铆ticas y las pr谩cticas excluyentes de la Uni贸n Europea y de los gobiernos de pa铆ses, como el del Estado espa帽ol, que hace tiempo que implementan el rechazo f铆sico, la devoluci贸n sin miramientos y la externalizaci贸n de fronteras. En todo caso, hay que defender la migraci贸n –la libertad de circulaci贸n y de establecimiento de las personas– como un derecho universal, sin jerarqu铆as.
• Tampoco debemos olvidar las personas, por ejemplo en Siria, que no pueden huir ... o que deciden quedarse porque no quieren abandonar su casa, su familia, su vecindario o su resistencia.
• Hay que superar la visi贸n de las personas refugiadas como v铆ctimas pasivas. Dentro de los m谩rgenes estrechos de sus circunstancias, son agentes activos, comport谩ndose a menudo con una gran determinaci贸n ante los m煤ltiples obst谩culos que encuentran en su camino. En algunos momentos incluso pueden obrar de forma colectiva, como cuando han forzado la apertura de fronteras cerradas a su paso o se han negado a ser devueltos desde Grecia a Turqu铆a. Es importante reconocer esta actividad.
• A la hora de criticar la mezquindad, el c谩lculo electoralista y el ego铆smo que limitan las plazas ofertadas para refugiados y que caracterizan el mercadeo en torno a la distribuci贸n de las exiguas cuotas finalmente acordadas (pero no aplicadas) entre los diferentes pa铆ses de la Uni贸n Europea, hay que condenar tambi茅n c贸mo, en todo este proceso, se obvia la voluntad de las personas directamente afectadas y que son tratadas como meras cifras a regatear, desprovistas de toda humanidad.
• Para contrarrestar la representaci贸n de los refugiados y refugiadas como una "carga", hay quien argumenta (como hacen algunos tambi茅n respecto a otros migrantes) que pueden ser 煤tiles para una poblaci贸n aut贸ctona que se envejece, mientras que ellos suelen ser j贸venes y emprendedores o tienen una buena formaci贸n. ¿Qu茅 pasa, sin embargo, si no resultan ser tan 煤tiles, o con los y las que no son tan rentables? Apoyarse en razones utilitaristas no proporciona una base s贸lida para la convivencia.
• Ciertamente el acuerdo entre la Uni贸n Europea y Turqu铆a para la devoluci贸n de nuevos demandantes de asilo (as铆 como el almacenamiento y contenci贸n de m谩s de dos millones de personas) es de dudosa legalidad. Y es importante, por supuesto, desenmascarar los subterfugios e interpretaciones interesadas empleadas por los representantes de la UE para ocultar el incumplimiento de la legislaci贸n internacional y de la suya propia. Sin embargo, ante la posibilidad de que las instituciones consigan presentar determinadas medidas inaceptables como plenamente legales –algo poco sorprendente teniendo en cuenta qui茅n hace las leyes y a favor de qui茅n– es a煤n m谩s importante insistir sobre la legitimidad y la justicia como normas superiores a la ley, de una manera similar a como se llama a la desobediencia cuando la Ley de Extranjer铆a criminaliza la solidaridad con las personas sin papeles.
• Esto no quiere decir que no valga la pena utilizar v铆as jur铆dicas para cuestionar las actuaciones de los gobiernos y de las instancias comunitarias; al contrario. Ahora bien, hay que tener presente que un eventual recurso legal –de resultado incierto y en todo caso de eficacia limitada y tard铆a– por s铆 solo no frenar谩 estas medidas y no puede sustituir una movilizaci贸n masiva y sostenida.
• Pretender que "Europa" o, m谩s precisamente, la Uni贸n Europea, debiera tener verg眉enza por su actitud puede ayudar a resaltar la hipocres铆a de sus dirigentes, el doble rasero que utilizan y el abismo que separa su pr谩ctica de los valores que dicen mantener. Sin embargo, corre el riesgo de crear confusi贸n en la medida que concede credibilidad a estas instituciones y a la posibilidad de que esta supuesta "verg眉enza" les obligue a cambiar su actitud. Esto requerir铆a, m谩s bien, que la repulsi贸n 茅tica sentida por sectores amplios de la poblaci贸n vaya m谩s all谩 de condenas morales y que se traduzca en presi贸n directa y pol铆tica sobre estas instituciones y sus l铆deres.
En un mundo interconectado de mil maneras, donde cualquier pol铆tica o acontecimiento tiene repercusiones por todas partes, la 煤nica forma de abordar las cuestiones de cierta envergadura como la de los refugiados y las refugiadas desde una posici贸n de izquierda consecuente es a trav茅s de la solidaridad y la cooperaci贸n internacionales con todas las personas oprimidas y explotadas, est茅n donde est茅n, sean de donde sean.
*vientosur.info/