OPINI脫N de Ava G贸mez Daza y Sabrina Flax.- Los 煤ltimos d铆as de abril han venido precedidos por una serie de cambios en las instituciones colombianas. Por una parte, el pasado 20 de abril, tras varias horas de discusi贸n, se aprob贸 en la Plenaria del Senado de la Rep煤blica de Colombia el Acto Legislativo para la Paz, que dota de las facultades necesarias al l铆der del Ejecutivo para que implemente el acuerdo general que se alcance en la mesa de negociaci贸n de La Habana, por medio de la expedici贸n de los decretos con fuerza de ley necesarios. En este Acto Legislativo tambi茅n se establece el deber de incluir por 20 a帽os en el Plan Nacional de Desarrollo un presupuesto de inversiones destinado a los ciudadanos y zonas afectadas por el conflicto.

Pasaron apenas dos d铆as, cuando la ministra de la Presidencia, Mar铆a Lorena Guti茅rrez, renunci贸 a su cargo, precipitando el cambio ministerial que ya se preve铆a desde hace unos meses. As铆, Santos pidi贸 la renuncia protocolaria de todos sus ministros, apelando a la necesidad de decidir y aplicar cambios en un equipo con el que el mandatario planea afrontar la paz con la guerrilla.
Sin lugar a duda, este revolc贸n institucional refleja (adem谩s del reposicionamiento de liderazgos al interior de las filas oficialistas) la cercan铆a a un acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Adem谩s, por medio del Acto Legislativo, se ampl铆a la base legal de los acuerdos venideros tambi茅n con el Ej茅rcito de Liberaci贸n Nacional (ELN), cuyo proceso de negociaci贸n est谩 ad portas del comienzo, tal y como se anunci贸 el pasado mes de marzo.
As铆 las cosas y a pesar de los recientes hechos en Ecuador, el presidente Rafael Correa ratific贸 la capacidad del pa铆s vecino para acoger los nuevos di谩logos de paz que, como se sabe, tendr谩n mesas en varios de los pa铆ses garantes del proceso. A pesar de ello, se sigue barajando la opci贸n de comenzar en Chile.
Otro de los aspectos que sigue preocupando es el hecho de comenzar el proceso sin un cese del fuego unilateral, algo que, si bien se alcanz贸 ya avanzados los di谩logos en La Habana, sirvi贸 para aliviar ciertas tensiones en su momento y, en el caso de las negociaciones con el ELN, podr铆a servir como revulsivo ante una opini贸n p煤blica que llega con los 谩nimos muy caldeados al inicio de las conversaciones con la guerrilla ‘elena’. Es por ello que, desde las Comisiones de Paz del Congreso de la Rep煤blica, se ha insistido en agilizar el inicio del di谩logo, a fin de desatascar esta primera medida que, sin lugar a dudas, es de fundamental importancia.
Y es que en este proceso, la participaci贸n de la ciudadan铆a va a tener un papel fundamental; puesto que, tal y como se帽ala el l铆der negociador de la guerrilla Eli茅cer Erlinto Chamorro, alias “Antonio Garc铆a”, las conversaciones en ciernes no pueden ser un “di谩logo a puerta cerrada” entre el gobierno colombiano y el grupo guerrillero, sino que debe haber una parte de la din谩mica pol铆tica que ha de caracterizarse por la acci贸n participativa de las comunidades, recordando una vez m谩s la caracter铆stica fundamental de este grupo guerrillero –identificada quiz谩 como el tal贸n de Aquiles para un proceso eficaz- y es la tantas veces reiterada horizontalidad del grupo.
Uno de los puntos m谩s dif铆ciles de destrabar en las negociaciones con las FARC es la forma de refrendaci贸n de lo pactado. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia sostienen la necesidad de una Asamblea Constituyente como s铆mbolo –pero tambi茅n como compromiso- de convocar a la ciudadan铆a colombiana a una refundaci贸n de la naci贸n. En este sentido, el Ej茅rcito de Liberaci贸n Nacional viene sosteniendo la necesidad de la participaci贸n m谩s activa por parte de las comunidades en los di谩logos de paz. ¿Ser谩 acaso que ambas guerrillas, m谩s all谩 de sus diferencias, observan la necesidad de un involucramiento por parte de la ciudadan铆a para que sea ella misma garantes de su propia seguridad y de su propio destino? ¿Ser谩 hora que el pueblo colombiano sea el que decida sobre el devenir de Colombia?
Son varios los ejemplos de gobiernos latinoamericanos que sin cesar han intentado, y que lo siguen haciendo, generar en la poblaci贸n una mayor conciencia respecto de los derechos conquistados y, en ese sentido, de la necesidad de defenderlos a lo largo del tiempo a pesar de las vicisitudes que muchas veces conllevan. Quiz谩 es hora que Colombia deje de mirar hacia sus vecinos del norte y observe las experiencias de sus hermanos del Sur, quiz谩 Am茅rica Latina deba mirar a Am茅rica Latina.
Sin embargo, hasta el momento y a la espera de que se instale la mesa de negociaci贸n, las esperanzas quedan puestas en los dos l铆deres dispuestos a guiar el proceso, figuras pol铆ticas cuya trayectoria en conversaciones previas es de larga data. Empezando por Frank Pearl, quien se desempe帽贸 como Alto Comisionado para la Paz durante el gobierno de 脕lvaro Uribe y quien entonces apoy贸 el pol茅mico proceso de Justicia y Paz para la desmovilizaci贸n del grupo paramilitar Auto Defensas Unidas de Colombia (AUC). M谩s adelante, ya en el gobierno de Santos, dej贸 su trabajo como ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible para desempe帽arse como negociador en La Habana. De forma paralela, su trabajo tambi茅n se centr贸 en las negociaciones extraoficiales para la instalaci贸n de la mesa de di谩logo con el ELN y, desde el anuncio de la apertura de la fase p煤blica de los di谩logos, es Jefe Negociador de paz con la guerrilla ‘elena’. Por otra parte, “Antonio Garc铆a” cuyo nombre es Eli茅cer Erlinto Chamorro, es el l铆der negociador del ELN, miembro del Comando Central y parte de la guerrilla desde los 19 a帽os. De 茅l se recuerda su participaci贸n en los di谩logos iniciados durante el gobierno de Andr茅s Pastrana, los cuales no llegaron a buen puerto debido a la intransigencia de las partes negociadoras.
Estos dos l铆deres son los responsables, en gran medida, de llevar a cabo un proceso de negociaci贸n adecuado que sea capaz de empatar con el paralelo que avanza –sin mayores contratiempos- en La Habana.
Sin embargo y a pesar de la madurez que se haya podido adquirir tras el proceso con las FARC, los poderes f谩cticos de los medios de comunicaci贸n y las bandas criminales paramilitares, que a煤pan las iniciativas de la extrema derecha pol铆tica, siguen abonando el terreno para el fomento de un discurso de rechazo hacia la reconciliaci贸n, as铆 lo hemos visto en las recientes convocatorias de movilizaciones sociales en contra de los di谩logos de paz. Estos hechos son acompa帽ados del preocupante aumento de los asesinatos a l铆deres sociales, por parte de las c茅lulas paramilitares que siguen operando a sus anchas en Colombia.
En una entrevista reciente, publicada en el diario espa帽ol El Pa铆s[1], Sergio Jaramillo, Alto Comisionado para la Paz, ha manifestado que las negociaciones actuales con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se encuentran en un cierre, abordando las problem谩ticas vinculadas al cese definitivo de las hostilidades, la dejaci贸n de las armas y un cronograma que a煤n no es de p煤blico conocimiento. Hizo menci贸n a que los acuerdos que se comienzan con el Ej茅rcito de Liberaci贸n Nacional, si bien pertenecen a otra mesa de negociaci贸n, son parte de un mismo momento hist贸rico y que una es complementaria de la otra. Recordemos que seg煤n encuestas de opini贸n, la poblaci贸n colombiana no considera una paz completa si solo se logra un acuerdo con las FARC.[2]
Si tenemos en cuenta los pedidos de ambas guerrillas podemos pensar que el gobierno colombiano, a trav茅s de la pedagog铆a de la paz, tambi茅n considera necesario un mayor involucramiento de la poblaci贸n. Santos ya hab铆a mencionado anteriormente en entrevistas p煤blicas lo dif铆cil que resultaba hablar de las bondades de la paz en una sociedad que ha sido formateada en pos de la guerra.
Ser谩 hora de la refundaci贸n de Colombia, en un momento hist贸rico en que los ciudadanos tienen la posibilidad de ser protagonistas y no meros espectadores.
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*Ava G贸mez Daza y Sabrina Flax/CELAG
[1] http://internacional.elpais.com/internacional/2016/04/19/actualidad/1461094403_262052.htl
[2] http://www.rcnradio.com/nacional/mayoria-colombianos-iria-votar-plebiscito-aunque-crece-pesimismo-dialogos-paz/
Fuente:
http://www.celag.org/colombia-paz-y-participacion-por-ava-gomez-daza-y-sabrina-flax/
Pasaron apenas dos d铆as, cuando la ministra de la Presidencia, Mar铆a Lorena Guti茅rrez, renunci贸 a su cargo, precipitando el cambio ministerial que ya se preve铆a desde hace unos meses. As铆, Santos pidi贸 la renuncia protocolaria de todos sus ministros, apelando a la necesidad de decidir y aplicar cambios en un equipo con el que el mandatario planea afrontar la paz con la guerrilla.
Sin lugar a duda, este revolc贸n institucional refleja (adem谩s del reposicionamiento de liderazgos al interior de las filas oficialistas) la cercan铆a a un acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Adem谩s, por medio del Acto Legislativo, se ampl铆a la base legal de los acuerdos venideros tambi茅n con el Ej茅rcito de Liberaci贸n Nacional (ELN), cuyo proceso de negociaci贸n est谩 ad portas del comienzo, tal y como se anunci贸 el pasado mes de marzo.
As铆 las cosas y a pesar de los recientes hechos en Ecuador, el presidente Rafael Correa ratific贸 la capacidad del pa铆s vecino para acoger los nuevos di谩logos de paz que, como se sabe, tendr谩n mesas en varios de los pa铆ses garantes del proceso. A pesar de ello, se sigue barajando la opci贸n de comenzar en Chile.
Otro de los aspectos que sigue preocupando es el hecho de comenzar el proceso sin un cese del fuego unilateral, algo que, si bien se alcanz贸 ya avanzados los di谩logos en La Habana, sirvi贸 para aliviar ciertas tensiones en su momento y, en el caso de las negociaciones con el ELN, podr铆a servir como revulsivo ante una opini贸n p煤blica que llega con los 谩nimos muy caldeados al inicio de las conversaciones con la guerrilla ‘elena’. Es por ello que, desde las Comisiones de Paz del Congreso de la Rep煤blica, se ha insistido en agilizar el inicio del di谩logo, a fin de desatascar esta primera medida que, sin lugar a dudas, es de fundamental importancia.
Y es que en este proceso, la participaci贸n de la ciudadan铆a va a tener un papel fundamental; puesto que, tal y como se帽ala el l铆der negociador de la guerrilla Eli茅cer Erlinto Chamorro, alias “Antonio Garc铆a”, las conversaciones en ciernes no pueden ser un “di谩logo a puerta cerrada” entre el gobierno colombiano y el grupo guerrillero, sino que debe haber una parte de la din谩mica pol铆tica que ha de caracterizarse por la acci贸n participativa de las comunidades, recordando una vez m谩s la caracter铆stica fundamental de este grupo guerrillero –identificada quiz谩 como el tal贸n de Aquiles para un proceso eficaz- y es la tantas veces reiterada horizontalidad del grupo.
Uno de los puntos m谩s dif铆ciles de destrabar en las negociaciones con las FARC es la forma de refrendaci贸n de lo pactado. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia sostienen la necesidad de una Asamblea Constituyente como s铆mbolo –pero tambi茅n como compromiso- de convocar a la ciudadan铆a colombiana a una refundaci贸n de la naci贸n. En este sentido, el Ej茅rcito de Liberaci贸n Nacional viene sosteniendo la necesidad de la participaci贸n m谩s activa por parte de las comunidades en los di谩logos de paz. ¿Ser谩 acaso que ambas guerrillas, m谩s all谩 de sus diferencias, observan la necesidad de un involucramiento por parte de la ciudadan铆a para que sea ella misma garantes de su propia seguridad y de su propio destino? ¿Ser谩 hora que el pueblo colombiano sea el que decida sobre el devenir de Colombia?
Son varios los ejemplos de gobiernos latinoamericanos que sin cesar han intentado, y que lo siguen haciendo, generar en la poblaci贸n una mayor conciencia respecto de los derechos conquistados y, en ese sentido, de la necesidad de defenderlos a lo largo del tiempo a pesar de las vicisitudes que muchas veces conllevan. Quiz谩 es hora que Colombia deje de mirar hacia sus vecinos del norte y observe las experiencias de sus hermanos del Sur, quiz谩 Am茅rica Latina deba mirar a Am茅rica Latina.
Sin embargo, hasta el momento y a la espera de que se instale la mesa de negociaci贸n, las esperanzas quedan puestas en los dos l铆deres dispuestos a guiar el proceso, figuras pol铆ticas cuya trayectoria en conversaciones previas es de larga data. Empezando por Frank Pearl, quien se desempe帽贸 como Alto Comisionado para la Paz durante el gobierno de 脕lvaro Uribe y quien entonces apoy贸 el pol茅mico proceso de Justicia y Paz para la desmovilizaci贸n del grupo paramilitar Auto Defensas Unidas de Colombia (AUC). M谩s adelante, ya en el gobierno de Santos, dej贸 su trabajo como ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible para desempe帽arse como negociador en La Habana. De forma paralela, su trabajo tambi茅n se centr贸 en las negociaciones extraoficiales para la instalaci贸n de la mesa de di谩logo con el ELN y, desde el anuncio de la apertura de la fase p煤blica de los di谩logos, es Jefe Negociador de paz con la guerrilla ‘elena’. Por otra parte, “Antonio Garc铆a” cuyo nombre es Eli茅cer Erlinto Chamorro, es el l铆der negociador del ELN, miembro del Comando Central y parte de la guerrilla desde los 19 a帽os. De 茅l se recuerda su participaci贸n en los di谩logos iniciados durante el gobierno de Andr茅s Pastrana, los cuales no llegaron a buen puerto debido a la intransigencia de las partes negociadoras.
Estos dos l铆deres son los responsables, en gran medida, de llevar a cabo un proceso de negociaci贸n adecuado que sea capaz de empatar con el paralelo que avanza –sin mayores contratiempos- en La Habana.
Sin embargo y a pesar de la madurez que se haya podido adquirir tras el proceso con las FARC, los poderes f谩cticos de los medios de comunicaci贸n y las bandas criminales paramilitares, que a煤pan las iniciativas de la extrema derecha pol铆tica, siguen abonando el terreno para el fomento de un discurso de rechazo hacia la reconciliaci贸n, as铆 lo hemos visto en las recientes convocatorias de movilizaciones sociales en contra de los di谩logos de paz. Estos hechos son acompa帽ados del preocupante aumento de los asesinatos a l铆deres sociales, por parte de las c茅lulas paramilitares que siguen operando a sus anchas en Colombia.
En una entrevista reciente, publicada en el diario espa帽ol El Pa铆s[1], Sergio Jaramillo, Alto Comisionado para la Paz, ha manifestado que las negociaciones actuales con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se encuentran en un cierre, abordando las problem谩ticas vinculadas al cese definitivo de las hostilidades, la dejaci贸n de las armas y un cronograma que a煤n no es de p煤blico conocimiento. Hizo menci贸n a que los acuerdos que se comienzan con el Ej茅rcito de Liberaci贸n Nacional, si bien pertenecen a otra mesa de negociaci贸n, son parte de un mismo momento hist贸rico y que una es complementaria de la otra. Recordemos que seg煤n encuestas de opini贸n, la poblaci贸n colombiana no considera una paz completa si solo se logra un acuerdo con las FARC.[2]
Si tenemos en cuenta los pedidos de ambas guerrillas podemos pensar que el gobierno colombiano, a trav茅s de la pedagog铆a de la paz, tambi茅n considera necesario un mayor involucramiento de la poblaci贸n. Santos ya hab铆a mencionado anteriormente en entrevistas p煤blicas lo dif铆cil que resultaba hablar de las bondades de la paz en una sociedad que ha sido formateada en pos de la guerra.
Ser谩 hora de la refundaci贸n de Colombia, en un momento hist贸rico en que los ciudadanos tienen la posibilidad de ser protagonistas y no meros espectadores.
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*Ava G贸mez Daza y Sabrina Flax/CELAG
[1] http://internacional.elpais.com/internacional/2016/04/19/actualidad/1461094403_262052.htl
[2] http://www.rcnradio.com/nacional/mayoria-colombianos-iria-votar-plebiscito-aunque-crece-pesimismo-dialogos-paz/
Fuente:
http://www.celag.org/colombia-paz-y-participacion-por-ava-gomez-daza-y-sabrina-flax/