Ir al contenido principal

Lo que nos ha pasado

OPINI脫N de Jorge Riechmann.- El director de cine Fernando Colomo deplora en una entrevista que “lo 煤nico importante ahora sea tener dinero sin importar de d贸nde venga. ¿Qu茅 ha pasado en este pa铆s para que ese sea el 煤nico valor? ¿Por qu茅 la persona que es honrada es considerada un pobre hombre? Nada que ver todo esto con los ideales que nos ense帽aron de peque帽os…”[1]
Bueno, lo que ha pasado en este pa铆s est谩 bastante claro: han pasado sobre nosotros tres decenios de pol铆ticas neoliberales, aplicadas tanto por gobiernos del PSOE como del PP. El gran Karl Polanyi nos ense帽贸 a distinguir entre econom铆a de mercado y sociedad de mercado: “El mecanismo oferta- demanda- precio, cuya primera aparici贸n dio origen al concepto prof茅tico de ‘ley econ贸mica’, se convirti贸 r谩pidamente en una de las fuerzas m谩s poderosas que jam谩s haya penetrado en el panorama humano. Al cabo de una generaci贸n –de 1815 a 1845 (…)— el mercado formador de precios que anteriormente s贸lo exist铆a como modelo en varios puertos comerciales y algunas bolsas demostr贸 su asombrosa capacidad para organizar a los seres humanos como si fueran simples cantidades de materias primas, y convertirlos, junto con la superficie de la madre Tierra, que ahora pod铆a ser mercantilizada, en unidades industriales bajo las 贸rdenes de particulares especialmente interesados en comprar y vender para obtener beneficios. En un per铆odo de tiempo extremadamente breve, la ficci贸n mercantil aplicada al trabajo y a la tierra transform贸 la esencia misma de la sociedad humana. (…) La esencial dependencia del ser humano respecto de la naturaleza y de sus iguales en cuanto a los medios de subsistencia se puso bajo el control de esa reciente creaci贸n institucional de poder superlativo, el mercado, que se desarroll贸 de la noche a la ma帽ana a partir de un lento comienzo. Este artilugio institucional, que lleg贸 a ser la fuerza dominante de la econom铆a –descrita ahora con justicia como econom铆a de mercado–, dio luego origen a otro desarrollo a煤n m谩s extremo, una sociedad entera embutida en el mecanismo de su propia econom铆a: la sociedad de mercado.”[2]

En el siguiente siglo y medio, m煤ltiples resistencias -comenzando por la organizaci贸n del movimiento obrero- frenaron o hicieron retroceder (temporal y localmente) la din谩mica arrolladora del capital, con su esfuerzo incesante por transformar nuestras sociedades en sociedades de mercado. Luego, de forma fat铆dica, hacia 1980 se rompieron importantes barreras de contenci贸n y entramos en la desdichada fase de la historia humana que llamamos capitalismo financiarizado neoliberal. En este 煤ltimo tramo hist贸rico –tres decenios aproximadamente- no s贸lo se ha avanzado decisivamente hacia ese estado desociedad de mercado en casi todas partes, sino m谩s all谩: m谩s hondamente, penetrando en las mismas ra铆ces de la subjetividad humana de acuerdo con el lema thatcheriano seg煤n el cual “la econom铆a es el m茅todo, el objetivo es cambiar el alma”.[3] Por eso hoy, en Espa帽a y en otros lugares, tenemos no solamente sociedades de mercado –lo cual en s铆 mismo ya ser铆a catastr贸fico— sino algo mucho peor: cada vez m谩s sujetos de mercado en esas sociedades de mercado, vale decir, individuos que han interiorizado hasta lo m谩s profundo la ontolog铆a del capitalismo neoliberal –no hay otra cosa que empresas compitiendo en mercados, y las personas han de verse a s铆 mismas como empresas unipersonales que necesitan sacar provecho de sus capacidades en los mercados competitivos— y sus valores. O m谩s bien su valor 煤nico, ese que deploraba Fernando Colomo: “lo 煤nico importante ahora es tener dinero sin importar de d贸nde venga”.[4]


Notas

[1]Diego Gal谩n, “Toda Espa帽a es una comedia”, El Pa铆s, 28 de marzo de 2016.
[2] Karl Polanyi: La gran transformaci贸n: cr铆tica del liberalismo econ贸mico. La Piqueta, Madrid 1989 -ed. original de 1944; hay otra traducci贸n al espa帽ol en FCE-, p. 126. El importante an谩lisis de Polanyi contin煤a en la media docena de p谩ginas siguientes, cuya conclusi贸n es: “Los mercados de trabajo, de tierra y de dinero son sin ninguna duda esenciales para la econom铆a de mercado. No obstante, ninguna sociedad podr铆a soportar, ni siquiera por un breve lapso de tiempo, los efectos de semejante sistema fundado sobre ficciones groseras, a no ser que su sustancia humana y natural, as铆 como su organizaci贸n comercial, estuviesen protegidas contra las devastaciones de esta f谩brica del diablo” (p. 129).
[3] Sunday Times, 7 de mayo de 1988.
[4]Un buen estudio sobre estas cuestiones es La nueva raz贸n del mundo de Christian Laval y Pierre Dardot: (Gedisa, Barcelona 2012), sobre todo el excelente cap铆tulo 9 (“La f谩brica del sujeto neoliberal”).

*tratarde.org

ARCHIVOS

Mostrar m谩s


OTRA INFORMACI脫N ES POSIBLE

Informaci贸n internacional, derechos humanos, cultura, minor铆as, mujer, infancia, ecolog铆a, ciencia y comunicaci贸n

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de Espa帽a bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra informaci贸n es posible