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Lecciones de un fracaso

OPINI脫N de Ram贸n Cotarelo/ Palinuro.- Cuando los ni帽os juegan a algo y pierden es frecuente que, en lugar de aceptar su derrota, analizar sus causas y tratar de corregirlas, echen la culpa a la perversidad del adversario y cuestionen las reglas del juego. Si ganan, no; pero, si pierden, la culpa la tiene otro, generalmente las reglas del propio juego. 


Eso es lo que est谩 pasando con Podemos: al no digerir sus infantiles l铆deres que la gente no los vota porque no los quiere, cuestionan la honradez del escrutinio. Por mi parte no creo que haya habido pucherazo y pienso que los de Podemos no son capaces de afrontar cr铆ticamente la ineptitud de su acci贸n colectiva. Pero hay dos razones que me han llevado a firmar una petici贸n de Avaaz que denuncia pucherazo en las elecciones: a) debe disiparse toda sombra de duda moral sobre el resultado de la votaci贸n; b) creo que estos sinverg眉enzas del gobierno que han sumido el pa铆s en un desastre en todos los sentidos, son capaces de cualquier cosa, lo legal y lo ilegal. El mismo Palinuro apunt贸 a la posibilidad del pucherazo pepero hace unos d铆as en un post titulado¿Pucherazo en las elecciones?

Pero, al margen de este comportamiento infantil, producto de una rabieta de cr铆o mal educado, conviene buscar respuestas a las preguntas que se plantean tras un batacazo de esta magnitud. Lo primero, desde luego, es reconocer que se trate de un batacazo y no de un triunfo. Porque ah铆 tienen ustedes a Teresa Rodr铆guez, portavoz de Podemos en Andaluc铆a, para quien de fracaso aqu铆 nada: hay 71 diputados del pueblo, de lo cual se dice orgullosa. Con semejante lumbrera no hay nada que explicar sino estar orgullosa de conseguir un tercer puesto cuando se aspiraba al primero o el segundo, ocupado por el odiado PSOE.

Para los dem谩s, no es tan sencillo sentirse orgullosos de semejante traspi茅s. As铆 pues, la Comisi贸n Ejecutiva de Podemos, cuyo portavoz es ese otro ejemplar de insufrible logorrea, Pablo Echenique, se reuni贸 el lunes por la ma帽ana para ponderar las razones de una derrota tan grave y para mostrar su desconcierto absoluto. A primera vista, no hay razones reales para que la ciudadan铆a les haya hecho tal corte de mangas.

Antes de que, as铆 como algunos culpan a las reglas del juego, otros cuestionen la capacidad mental de los electores juzgando, sin duda, que la suya es muy superior, Palinuro apunta algunas v铆as de indagaci贸n para que los altos dirigentes de Podemos salgan de su "desconcierto" y, quiz谩, entiendan el resultado de sus actos.

En primer lugar, el uso de los medios audivisuales y las redes sociales, especialmente la televisi贸n y Twitter. La tesis es que hay que contar con ellos, disponer de ellos, tenerlos a su servicio, moverse con ellos. Eso es verdad y Podemos lo hace de maravilla. Sus dirigentes est谩n d铆a y noche en la pantalla, con el motivo que sea y sus trolls controlan las redes sociales y se lanzan como nubes de pira帽as sobre los discrepantes.

Pero con controlar la televisi贸n y las redes sociales no basta. Es preciso tener un mensaje, un discurso, un contenido, algo que interese a la ciudadan铆a, aparte del careto y el porte. Sin mensaje, los medios de comunicaci贸n son un puro circo y los periodistas que se han puesto al servicio de Podemos, Ferreras, su se帽ora, 脡vole, Wyoming, los payasos. Sin mensaje, de nuevo, las redes sociales no pasan de ser gallineros y los trolls de Podemos, gallinas cluecas.

Y no, no hab铆a ni hay mensaje alguno o discurso con alguna consistencia. La prueba es que no se expone una sola posici贸n pol铆tica o moral sino que se respaldan todas, sean o no contradictorias y tengan el efecto que tengan. Por eso, los de Podemos dicen ser socialdem贸cratas y comunistas, marxistas y libertarios, populistas y doctrinarios, nacionalistas e internacionalistas, patriotas y cosmopolitas, keynesianos y liberales, librepensadores y escol谩sticos, laicos y religiosos, republicanos y no republicanos, el todo y la nada. Sobre todo, la nada. El caso es no perder votos.

As铆 que verlos aparecer a todas horas en la tele con sus empalagosos discursos de todas las facturas, acab贸 produciendo hast铆o y hasta hostilidad. Algo que los pelmazos de Podemos, incapaces de elaboraci贸n conceptual m谩s all谩 de repetir un cat贸n a la altura de Marta Harnecker, no consiguen entender.

Y eso en cuanto al contenido. Vamos ahora al talante, la filosof铆a pr谩ctica, esa arrogancia intelectual absolutamente injustificada porque no dicen m谩s que sinsorgadas y vulgaridades. Vamos a la pedanter铆a de expresiones como "n煤cleo irradiador", "construir pueblo", "referentes vac铆os", o cursiler铆as relamidas como "asaltar los cielos", "la sonrisa de un pa铆s", etc. Vamos a la mezcla de prepotencia ("gobernaremos este pa铆s"), mala fe y peor uva ("el partido de la cal viva") , chuler铆a ("S谩nchez tendr谩 que elegir entre hacer presidente a Rajoy o a m铆") y pura idiocia (el feminismo, el aborto, la rep煤blica, la Iglesia no son cuestiones de importancia hoy en Espa帽a) para completar el cuadro de un pu帽ado de narcisistas privilegiados, sin contacto verdadero con la realidad y acostumbrados a que en las asambleas de la facultad les aplaudan las gracias.

El proyecto originario del pu帽ado de amigos supo ver la ventana de oportunidad para articular como partido pol铆tico sus ambiciones personales al amparo de la crisis sist茅mica de 2008 en adelante. Fue audaz y r谩pido a la hora de ridiculizar la insuficiencia de los argumentos hasta entonces en vigor y, muy especialmente, supo aprovechar las carencias del sistema de partidos; en concreto, la profunda decadencia de un PSOE dirigido por los tres 煤ltimos secretarios generales, Zapatero, Rubalcaba y S谩nchez, a cual m谩s incompetente y entregado a la pol铆tica reaccionaria de la dinast铆a borb贸nica. Pero, si ver las deficiencias de un sistema es f谩cil, ya no lo es proponer alternativas que le gente vote y, desde luego, no surgen solas del hecho de que los l铆deres sean bien parecidos, se peinen de una u otra forma o parezcan m谩s despiertos. Hacen falta ideas, proyectos, planes que puedan estudiarse, aquilatarse, analizarse.

Este es el handicap esencial de Podemos: su absoluta vaciedad conceptual y doctrinal. No digo ya que no tengan una sola idea nueva pues todas las que adelantan son meros plagios. Digo que no tienen una sola idea propia, sea nueva o vieja. Y, como no la tienen, han ido a buscarla all铆 donde su querencia de mozos les dec铆an que estaba: al viejo comunismo agazapado en IU. De eso modo, tiraron por la borda los r茅ditos que pudieron haber obtenido acentuando la novedad de un discurso de izquierda original y se echaron en brazos de las viejas monsergas comunistas estilo Anguita. Todos veneran a este pomposo personaje como si fuera un gur煤, aunque no se le conozca una sola idea digna de rese帽ar como no sea la jaculatoria "programa, programa, programa", de la que se olvid贸 en un abrir y cerrar de ojos cuando vio que pod铆a confluir (otra cursiler铆a) con Podemos.


Advertidos de que la resurrecci贸n de Anguita no garantizar铆a el 茅xito electoral, los de Podemos se abrazaron a las nuevas generaciones comunistas, estilo Garz贸n, cuya 煤nica virtud consiste en ser cincuenta a帽os m谩s joven que Anguita y medio siglo m谩s viejo en cuanto a sus concepciones pol铆tico-sociales. Al final estas se han resumido en una campa帽a electoral en la que, para disimular el comunismo de base han sustituido la hoz y el martillo por un corazoncito con los colores de la abeja Maya.

Por 煤ltimo, si los dirigentes de Podemos hubieran tenido no ya un 谩pice de modestia (que no saben qu茅 sea) sino de pura racionalidad, habr铆an mostrado alg煤n inter茅s por conocer otros puntos de vista, contrastarlos con los suyos y, si acaso, refutarlos. Hubieran querido escuchar puntos de vista cr铆ticos y hasta discrepantes con los suyos. Pero eso es imposible. Tienen miedo a contrastar y debatir sus concepciones con los que sostienen otras. Piden, s铆, debatir con adversarios de chicha y nabo a los que ya saben de antemano que van a refutar, pero censuran y ocultan las posiciones cr铆ticas de gente con m谩s peso y mejores razones. Les tienen miedo. Solo quieren escuchar a sus palmeros.

Esto es lo que explica ese pintoresco titular de la ilustraci贸n: Garz贸n (y, con 茅l, los estrategas de Podemos) est谩 convencido de que "el camino de la confluencia es el correcto". Gracias a esa "correcci贸n" han perdido m谩s de un mill贸n de votos y si, en democracia, la correcci贸n o incorrecci贸n se mide en n煤mero de votos, la decisi贸n de Podemos era un verdadero desatino.

Pero es imposible hacer ver estos extremos a una generaci贸n que no ha hecho nada por mejorar el mundo en que vivimos salvo presentarlo como m谩s deseable que el que ellos bosquejan sin oficio ni inter茅s alguno.




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