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El Parque Forestal de Monsanto, el "pulmón" verde de Lisboa


Miguel Conceição.- Antes conocido como uno de los centros de prostitución y drogas de Lisboa, el Parque Forestal de Monsanto es hoy el pulmón verde que desde hace más de ocho décadas alimenta a la capital lusa de una nueva vida.

Con cerca de mil hectáreas de arboledas, este espacio situado en el oeste de la ciudad es uno de los principales motivos de orgullo de Lisboa, a quien brinda una mejoría significativa del bienestar de sus habitantes y contribuye a ampliar su biodiversidad.

Debido a su densa floresta, el "Central Park" luso "funciona como garantía de una buena calidad del medio ambiente" para el principal núcleo urbano de Portugal, según explicó a Efe el coordinador del plan de acción local para la biodiversidad de Lisboa, Fernando Alves.

Como tal, el Parque de Monsanto ofrece a toda la región de Lisboa aire de buena calidad, además de conseguir "retener la polución atmosférica" y apoyar su ciclo del agua, permitiendo que la ciudad tenga un clima más ameno, de acuerdo con Alves.

El experto destaca igualmente la contribución de Monsanto a la biodiversidad de Lisboa, "donde es posible oír a los pájaros cantando" debido a la presencia del parque, punto de paso de varias aves migratorias y lugar donde algunas especies acostumbran a crear sus nidos.

Según Alves, se busca crear espacios "donde se privilegie la introducción de los ecosistemas naturales", destacando la inmensa variedad de flora presente en sus mil hectáreas, tales como el alcornoque, la encina, el roble y el pino.

A la vegetación de Monsanto se une una gran riqueza en cuanto a su fauna, ya que en él pueden encontrarse diversas aves, murciélagos y especies de anfibios, aunque ninguna tan sobresaliente como la ardilla, un animal que llegó a desaparecer en suelo luso.

Para reintroducirlos en Portugal, el parque fue a buscar esta especie a la región española de Toledo, provincia con la que comparte latitud y donde las ardillas "fueron adquiriendo un espectro de tolerancia que les permitió resistir" al clima de Monsanto, afirma el experto.

Los visitantes pueden disfrutar ahora de estos roedores saltando libremente por la hierba o trepando a los árboles del parque, donde se han colocado señalizaciones avisando de su presencia, puesto que son "bastante salvajes", muy diferentes a las que se ven en parques como los británicos, por ejemplo.

El trabajo de protección de la fauna del parque es especialmente importante en el "Espacio biodiversidad", una zona protegida de 16 hectáreas que Fernando Alves describe como el símbolo de Monsanto.

Al ser una zona de acceso limitado, "la presión humana sobre el ecosistema es mucho menor", creando un ambiente de tranquilidad para las especies animales, funcionando como un "refugio" y permitiendo una utilización más libre por parte del público.

En este espacio existen todavía varias charcas para atraer la fauna, algo esencial pues "la necesidad de agua es un factor limitador en la ciudad de Lisboa", facilitando la observación de las especies.

Con esta actuación, la sensibilización y el aprendizaje ambiental es una de las principales misiones del parque, que procura ofrecer a quien lo visita una experiencia "enriquecedora en términos de educación ambiental".

Como uno de los mayores parques forestales urbanos de Europa, Monsanto concilia esta vertiente medioambiental con la urbana y constituye una ciudad por sí solo.

Además de los habituales lugares de pícnic y parques infantiles, en el recinto es posible encontrar restaurantes, un "skate park", campos de tenis, de rugby, de fútbol o de baloncesto, un anfiteatro y una zona de cámping y escalada, entre muchos otros.

En las inmediaciones de este enorme espacio verde se encuentran también un establecimiento carcelario e incluso la embajada de México en suelo luso.

Creado en la década de los años 30, el Parque de Monsanto puede presumir de ser una de las joyas de la corona a nivel nacional y el pasado mes de abril fue presentado en el Parlamento un proyecto para que este espacio sea clasificado por el Gobierno luso como "Área Protegida de Interés Regional".

Monsanto recibió también reconocimientos internacionales y en marzo de este año obtuvo el Certificado de Gestión Forestal de la alemana Forest Stewardship Council (FSC), la principal certificación mundial en este ámbito.

Miguel Conceição. EFE















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