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Este domingo en plebiscito los colombianos votan por la paz

OPINI脫N de Emilio Mar铆n.- En Cartagena de Indias se firm贸 el acuerdo de paz entre el presidente de Colombia y el l铆der guerrillero de las FARC. Ahora es el turno de la sociedad colombiana, que votar谩 este domingo en plebiscito si acepta esa paz o si sigue el conflicto.
El lunes 26 se firm贸 al acuerdo de paz entre Juan Manuel Santos y el comandante de las FARC, Rodrigo Londo帽o “Timochenko”, en el centro de convenciones de Cartagena de Indias. La ceremonia cont贸 con la presencia de 14 presidentes, una veintena de cancilleres y delegados de gobiernos, y el secretario general de la ONU, Ban Ki moon. Uno de los m谩s felices era Ra煤l Castro, pues Cuba tuvo much铆simo que ver con esta paz colombiana y eso es reconocido mundialmente. Entre los invitados estaba Mauricio Macri, del mismo palo conservador que el anfitri贸n, con quien ven铆a procurando acuerdos comerciales entre el Mercosur y la Alianza del Pac铆fico. Ambos tienen sinton铆a fina con Estados Unidos.

Como el acuerdo de paz cont贸 con el benepl谩cito de la administraci贸n Obama, tambi茅n estuvo entre los invitados el secretario de Estado John Kerry, que aprovech贸 para tener una reuni贸n bilateral con el venezolano Nicol谩s Maduro. Si de all铆 surgiera alg煤n leve mejoramiento de la beligerancia en Venezuela, atizada por Washington por medio de la oposici贸n a ultranza de la Mesa de Unidad Democr谩tica, entonces la paz en Colombia habr铆a servido para mejorar en algo la tensi贸n en el vecino.

De todos modos, eso 煤ltimo est谩 por verse y es muy poco probable que suceda. En cambio la paz en Colombia s铆 aparece como posibilidad muy real. Este 煤ltimo tramo arranc贸 con los anuncios en La Habana, de Santos y Timochenko, el pasado 24 de agosto, de que hab铆an arribado a un acuerdo final. Entre el 17 y el 23 de setiembre deliber贸 la X Conferencia Nacional Guerrillera, en las Sabanas del Yar铆, Meta, aprobando por unanimidad el texto de ese acuerdo. El lunes 26 los dos m谩ximos representantes de las partes firmaron solemnemente los instrumentos de la paz, en la ceremonia de Cartagena. Y de ese modo qued贸 despejado el terreno para el plebiscito, que como se acord贸 en la larga negociaci贸n en Cuba, ten铆a la 煤ltima palabra en la refrendaci贸n del acuerdo.

Ese electorado dir谩 si apoya lo firmado, votando la opci贸n del S铆. O si, siguiendo al sector guerrerista de la clase dominante y el Centro Democr谩tico del ex presidente 脕lvaro Uribe y el ex procurador Alejandro Ord贸帽ez, le parece que es una claudicaci贸n ante las FARC y vota la opci贸n del No.

En Cartagena estaban los impulsan el S铆. Un clima de reconciliaci贸n recorr铆a los discursos de Santos y Timochenko. El 煤nico momento de tensi贸n se vivi贸 mientras hablaba el jefe guerrillero, pues pas贸 una escuadra de cazabombarderos Kfir, fabricados por Israel, con un ruido infernal. El orador mir贸 al cielo, por instinto, recordando tantos bombardeos a los campamentos. Santos dijo “tranquilo que vienen a saludar la paz”. Pareci贸 una intimidaci贸n y/o provocaci贸n contra la guerrilla, a la que parec铆an decirle: siempre estaremos listos para disparar, si ustedes no se portan bien.

FARC no reniega

Timochenko, en l铆nea con su oratoria en agosto en el Palacio de las Convenciones habanero y en la apertura y cierre de la X Conferencia Nacional Guerrillera, consider贸 una gran victoria de todos los colombianos haber podido negociar las bases de la paz. Es la mayor de las victorias fruto de una suerte de empate, pues el ej茅rcito no hab铆a podido derrotar a las FARC y 茅stas tampoco vencieron en el combate. En su visi贸n no hab铆a vencedores ni vencidos, una tesis que no comparte el gobierno colombiano, y menos a煤n los sectores ultra-derechistas como Uribe, p煤blicamente sostienen que la guerrilla ten铆a muy poca vida y que lleg贸 agonizante al acuerdo. Santos cuid贸 sus palabras en sus 煤ltimos mensajes, lo mismo que su jefe de negociador, Humberto de la Calle, pero en el fondo creen que hubo vencedores y que son ellos.

¿Alguien piensa que si efectivamente las FARC estaban aplastadas, la Casa de Nari帽o y sus fuerzas militares no habr铆an ordenado una ofensiva final y bombardeos para concretar una victoria total? Si no lo hicieron es porque esa fuerza rebelde de 8.000 combatientes estaba en condiciones de seguir guerreando. No ten铆a voluntad de apostar a la guerra porque crey贸 que hab铆a que darle una oportunidad a la paz, a la que abon贸 con sucesivos altos del fuego unilaterales. Y al final tuvieron raz贸n en que se pod铆a firmar algo digno para ambas partes, con apoyo internacional y tratar de llevarlo a la pr谩ctica, que es la fase m谩s dif铆cil que se abre si el domingo gana la opci贸n pacifista.

De Timochenko salieron frases muy dignas en Cartagena, primero al visibilizar al pueblo humilde de esa zona, en su mayor铆a afro descendiente, que hab铆a sido raleado de la ceremonia y los 2.500 invitados especiales. Hasta Evo Morales dijo que no hab铆a sido invitado. Se ve que los originarios no tienen buena prensa en Colombia, ni siquiera a la hora del festejo de la paz.

El l铆der de lo que hasta ahora es guerrilla y que en 180 d铆as deber谩 completar su desarme, para convertirse en un movimiento pol铆tico, ratific贸 que luchar谩n en el terreno pol铆tico por las mismas ideas libertarias, de la tierra para quien la trabaja, de una sociedad sin pobreza ni exclusi贸n, etc, que antes procuraban por la v铆a militar. Que sus ideas no cambian. Nuestra 煤nica arma ser谩 la palabra, reiter贸.

Y Santos, retomando el debate, retruc贸 que en cuanto a los modelos econ贸micos no est谩 en nada de acuerdo con la guerrilla. Obvio, 茅l proviene de la vieja oligarqu铆a, ligada a los negocios con el capital extranjero, del agro-business, la miner铆a, el petr贸leo y el comercio internacional.

Ahora habr谩 un intenso debate pol铆tico y parlamentario, donde a las FARC se les han asegurado diez legisladores, cinco para un mandato y cinco para el siguiente, a煤n si no consiguieran el piso m铆nimo necesario. Pinta como una batalla de ideas, entre defensores del neoliberalismo y la Alianza del Pac铆fico, de un lado, y los que quieren reforma agraria y democracia integral de una nueva Colombia integrada al ALBA, con Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Antigua y Barbuda, San Vicente y Granadinas, etc.

Bienvenida sea esa lucha pol铆tica, dura pero incruenta. El cronista vio la cobertura de CNN sobre la X Conferencia Guerrillera y los reportajes a combatientes. Preguntados sobre su mayor temor, todos contestaron que temen por sus vidas, que hay dudas si el Estado cumplir谩 su palabra, si no volver谩n los cr铆menes que costaron 5.000 vidas a la Uni贸n Patri贸tica en una desmovilizaci贸n de mediados de los '80.

Por eso Timochenko detuvo su discurso en Cartagena y mir贸 hacia el cielo, cuando irrumpieron los cazas Kfir rompiendo la barrera del sonido...

Por S铆 o por No

La ultraderecha que se opone al acuerdo de paz tiene una fuerza no desde帽able, que ronda el 35 o m谩s por ciento de la intenci贸n de voto, pero en principio perder铆a la compulsa.

Todas las encuestas coinciden en que ganar谩 el S铆. El sondeo de Opin贸metro de Datexto, publicada por el diario El Tiempo de Bogot谩 el 27 de septiembre, registr贸 que la intenci贸n de voto por el S铆 es del 55 por ciento y el del No el 36,6. El mismo d铆a, pero la firma Cifras y Conceptos, en conjunto con Caracol Radio y Red+Noticias, asegur贸 que el 62 por ciento que participe del plebiscito del domingo refrendar谩 los acuerdos de paz entre el gobierno y las FARC. S贸lo el 38 por ciento optar铆a por el No. Ipsos Napole贸n Franco estim贸 que el 66 por ciento votar谩 por el S铆, frente a un 34 por ciento que lo har谩 por el No.

No hay un resultado asegurado. Tendr铆an que votar por el S铆 4.500.000 colombianos, de un padr贸n general de 46 millones. Las encuestadoras creen que acudir谩n 9 millones.

El pron贸stico es que lo firmado va a ser refrendado porque es una buena alternativa para dejar atr谩s un conflicto que provoc贸 300.000 muertos, 6.9 millones de desplazados internos y 45.000 desaparecidos, con todo el dolor y sufrimientos que eso implica adem谩s de los da帽os materiales de 52 a帽os de guerra.

La campa帽a por el S铆 insiste en que lo suscripto en Cartagena es la forma de superar esos dramas y traumas. En cambio, Uribe y el Centro Democr谩tico, como figuras visibles (seguramente en las sombras muchos militares, envenenados por la guerra) plantean el No. Uribe incluso hizo un acto en una plaza de Cartagena y areng贸 a sus seguidores: “Estamos aqu铆 para decir ‘no’ a los terroristas, no a este mal acuerdo, no a esta firma final”. Sus seguidores contestaron “No m谩s Farc, no m谩s Santos, no a los acuerdos de paz”. A煤n luego de la firma de Santos y Timochenko, Uribe difundi贸 una declaraci贸n cuyo t铆tulo lo dec铆a todo: “Terrorismo triunfante ha logrado que le aprueben toda su agenda”.

Uno de sus mayores temores qued贸 develado cuando se quej贸 de que en los acuerdos “surge una nueva motivaci贸n constitucional para expropiar propiedad privada de personas honestas”. O sea que el ex presidente teme algunas expropiaciones de tierras para cumplir al menos parcialmente con el reclamo de reforma agraria de las FARC, recogido en el punto 1 de los acuerdos de Cuba.

Ojal谩 que los guerreristas sea derrotados el domingo 2 y deban esperar su oportunidad reci茅n en las presidenciales de 2018. Si en el interregno se afianza la paz tambi茅n all铆 ser谩n derrotados Uribe y los paramilitares.

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